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  • “Alemi Kidss es nuestro proyecto familiar, que nació pensando en nuestra hija, con mucho sacrificio pero también con mucha satisfacción”

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 04/07/2025 00:02

    En un contexto económico complejo, Alemi Kidss logró sostenerse en el tiempo, adaptarse a nuevas tendencias y mantener una relación cercana con sus clientes. En la edición N° 78 de Conociendo a, hablamos con Ramiro Andrés Miño, responsable del local, quien repasó el origen del emprendimiento junto a su familia, cómo fueron los comienzos vendiendo desde el auto y qué significa mantener vivo un comercio en el rubro de indumentaria infantil. ¿Cómo y cuándo arranca Alemi Kidss? “Arrancamos aproximadamente en el 2016. En ese momento venía mi nena en camino, y tanto yo como mi señora, María Elena Delgado, éramos empleados de comercio. Ella, por el embarazo y para dedicarse más a la nena, decidió no seguir trabajando. Yo trabajaba en otro comercio, pero los dos teníamos ganas de apostar a algo nuestro. Así fue como surgió la idea de emprender en ropa de niños. Al principio era todo a pulmón: yo trabajaba hasta el viernes a la noche, y ese mismo viernes preparábamos todo en el auto con los nenes, y viajábamos a Buenos Aires para estar el sábado temprano y poder comprar mercadería allá. Ella era la encargada de vender por redes sociales primero, y después abrimos el local en Entre Ríos 500, en la Galería Estilo. Así empezó todo: con muy poquita mercadería, pero con muchas ganas.” ¿Qué tipo de productos ofrecen hoy? ¿Hasta qué edades abarcan? “Hoy por hoy, por el bajo consumo y la situación económica, lamentablemente no podemos abarcar todo lo que quisiéramos. No llegamos a cubrir todo lo que sería línea teen completa hasta los 14 años, pero tratamos de mantener ropa desde el año en adelante hasta más o menos esa edad. Se venden más que nada cosas puntuales que la gente necesita: pantalones colegiales, camperas, poleras para el frío… Cosas básicas que siempre se usan. Antes podíamos tener más variedad, comprar más de moda, de tendencia; ahora, con el contexto, es más difícil.” ¿Cómo era antes el consumo y cómo es ahora? ¿Notás un cambio? “Sí, totalmente. Antes la gente entraba, miraba, le gustaba algo y lo compraba. Hoy es más “vengo porque necesito tal cosa”: un pantalón, una campera, una polera. Y se cuida muchísimo más la plata. Antes compraban algo más por gusto; hoy priorizan la necesidad. Aparte, antes por ahí comprábamos más cantidad de mercadería, porque se vendía más. Ahora cuesta mucho más cubrir variedad, y uno tiene que elegir bien qué traer. La gente también se fija mucho más el precio, pregunta, compara. Es lógico, porque todo está más difícil.” “Tratamos de tener variedad, dentro de lo posible. Tenemos camperas infladas, camperas de jean que están de moda, pantalones anchos como se usan ahora y los clásicos con babucha. Intentamos que haya opciones para todos los gustos, aunque no podamos traer tanto stock como antes.” Imaginamos que tienen clientes fieles desde el principio. ¿Qué creés que hacen ustedes para que vuelvan? “Creo que algo que siempre tratamos de mantener, desde el primer día, es la atención. Tanto mi señora como yo, y mi hermana que también nos ayuda, disfrutamos de atender al público. Nos gusta mucho, y se nota. A veces, incluso viene gente que no compra nada pero necesita hablar, descargarse… Y nosotros estamos. Capaz que se quedan charlando un rato, se van más tranquilos. Eso también es parte del trabajo, y creo que eso hace que la gente vuelva: que se sientan escuchados, cómodos. No es solo vender: es atender con respeto y cariño.” Si alguien los ve como un ejemplo de éxito, ¿qué le recomendarías para abrir su propio negocio de ropa de niños? “Me encantaría tener una fórmula mágica, pero sinceramente no la hay. Nosotros vamos probando todo el tiempo qué funciona y qué no. Lo único que sí estoy convencido es que la atención es clave. Donde el cliente se siente cómodo, vuelve. Después, el resto es prueba y error: qué traer, qué no, qué se vende más… Es difícil, porque el contexto económico complica todo. Pero atender bien, ser sincero con el cliente, no venderle algo que no le sirve… Eso creo que vale mucho.” Hablando del contexto: ¿qué sentís que es lo más difícil hoy? ¿Cuál es el desafío más grande? “Lo económico, sin dudas. Por ejemplo, tuvimos que cerrar el local que teníamos en Entre Ríos 514 porque no pudimos sostenerlo más. Fue una decisión difícil, pero había que priorizar mantener abierto el que tenemos ahora. El desafío diario es decidir en qué invertir, qué traer, cómo hacer para que alcance la plata. Y que la gente siga viniendo, aunque todo está caro. Es un día a día, y no es fácil.” ¿Qué significa Alemi Kidss para vos, después de estos años? “Es algo muy importante. Es nuestro proyecto familiar, que nació pensando en nuestra hija. Es mucho sacrificio, muchas horas de trabajo, pero también mucha satisfacción cuando ves que alguien se va contento, o cuando un cliente que empezó comprándote algo chiquito sigue viniendo después de años.” Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscanos como: Despertar Entrerriano.

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