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» Voxpopuli
Fecha: 03/07/2025 09:30
La visita de Lula a Argentina, en el marco del encuentro de presidentes del Mercosur, está teñida de fricciones. La conflictiva relación entre Milei y el mandatario del principal socio comercial de Argentina ha sido evidente. Milei ha calificado públicamente a Lula de «corrupto» y «comunista», ataques que se sumaron a la ausencia de una reunión bilateral cuando el libertario visitó Brasil el año pasado, optando por un encuentro exclusivo con el expresidente Jair Bolsonaro. No sorprende, entonces, el «pase de factura» del líder del PT. Lula no tiene previsto ningún encuentro a solas con Milei durante la cumbre, y su decisión de reunirse con la principal adversaria política de la administración libertaria es un claro mensaje. Este guiño a Cristina Kirchner no es la primera señal de sintonía desde la ratificación de su condena a seis años de prisión. La campaña internacional «Cristina Libre» se inspira directamente en «Lula Livre», el lema usado durante la detención del propio mandatario brasileño entre 2018 y 2019. Afinidad Ideológica y Respaldo Estratégico Aunque Cristina Kirchner no visitó a Lula durante su reclusión en Brasil, sí lo hizo el expresidente Alberto Fernández en 2019, año en que competiría por la presidencia. Lula y Fernández de Kirchner comparten una larga trayectoria política, marcada por encuentros clave cuando ambos lideraban sus respectivos países. Si bien su vínculo se había vuelto más discreto recientemente, la decisión de Lula de visitarla ahora, en un momento de debilidad política y judicial para la expresidenta, puede interpretarse como un fuerte respaldo personal y político. Con esta visita, Lula no solo rompe el aislamiento político de la exjefa de Estado desde su condena, sino que también envía un mensaje contundente a nivel regional: las lealtades políticas en América del Sur continúan fuertemente ligadas a afinidades ideológicas, trascendiendo cargos y coyunturas. Este acto diplomático, más allá de la cortesía, es un golpe directo al gobierno de Milei y una reafirmación de las complejas dinámicas de poder en el continente.
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