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  • Denuncian a médico por presunta negligencia: “La mandaron a casa”

    » Elterritorio

    Fecha: 02/07/2025 23:52

    Una mujer murió por derrame cerebral, diagnóstico que, acusa la familia, era evitable si la sometían a tiempo a una cirugía. Ambulancia desequipada y estudios denegados miércoles 02 de julio de 2025 | 10:30hs. Al tercer día de atención en el hospital de Iguazú, fue derivada a Posadas. Una familia de Puerto Iguazú denunció malos tratos y presunta negligencia de parte de un médico a cargo de la guardia de Emergencias del Samic de esa ciudad. Malestares agudos que, acusan, no se trataron a tiempo, provocaron que el traslado de una paciente de 49 años hacia Posadas se demorara más de lo necesario, haciendo irreversible el cuadro de hidrocefalia y derrame cerebral de Mabel Da Silva, quien -en consecuencia- falleció el último lunes por la tarde. Vecina conocida por sus panificados y su amabilidad con la gente, Mabel es recordada por su familia como “una mujer sana, con toda la vitalidad, carismática y servicial”. Así la describió Romina, su hermana menor, quien compartió su indignación por la atención recibida el sábado 21 de junio por parte de César M. Según contó, a Da Silva se le negaron exámenes clínicos cuando ingresó a Emergencias y, a pesar de manifestar dolor agudo y tener vómitos, le dieron el alta. Extendió las acusaciones al personal del hospital de San Vicente, lugar donde Mabel se atendió inicialmente el viernes 20 de junio porque estaba en ese municipio de visita. Con dolores fuertes y contracciones, allí “la tuvieron más de 15 horas en una camilla dura sin frazada, sin medicación correcta, sólo con un suero, y ella muerta de dolor, y nadie hizo nada por ella”, lamentó Romina en diálogo con El Territorio. Fue ante esa experiencia que decidieron trasladarla de forma particular hasta la Ciudad de las Cataratas, donde la víctima vivía con su hija. “Teníamos la esperanza de que en Iguazú fuera mejor y nos dimos contra la pared, porque la trataron malísimo y la mandaron a la casa”, apuntó la hermana. Lo vivido fue expuesto en una denuncia que hizo una de las hermanas de la víctima, Luciana, el pasado 27 de junio en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional V de Iguazú. Primeras horas de agonía Los síntomas comenzaron, de forma rápida y repentina, el viernes 20 de junio por la mañana. Mabel estaba de visita en casa de su hermano en San Vicente hasta que “empezó a sentir como si se le derramara un calor, vidrios por dentro”, precisó Romina remitiéndose al relato que su propia hermana logró contarle durante los días que estuvo consciente. Todo apuntaba a que era el inicio de un accidente cerebrovascular (ACV). Ingresó al hospital de esa localidad cerca de las 10:30. Sin embargo, acusó, “hasta las 21 horas que consiguió ser atendida no se sabía nada de Mabel, nadie decía nada. Mi hermana estaba en la misma camilla dura desde la mañana y muerta de dolor”. “Le dicen que la tendrían en observación y aproximadamente entre las 1 y 1.30 de la madrugada le dan el alta y no le dicen por qué: que ella ya estaba estabilizada y que se fuera a la casa”, relató la mujer. Ante lo que acusaron como inacción y negligencia, emprendieron viaje hasta Iguazú y Mabel ingresó a la guardia del Samic cerca de las 4 de la mañana del sábado, donde fue atendida por César. Pero el trato, según contó su familiar, no fue el esperado. “El doctor le dice que no era de gravedad y el enfermero le dice lo mismo. Mis hermanas les explican cómo estaba Mabel y el médico les dice: “Si fuera grave en San Vicente no le darían el alta”. Así textual”. Tras insistencias, Da Silva pasó al consultorio aunque no la dejaron que ingresara acompañada. Ya afuera compartió con sus hermanas que el médico denunciado le habría advertido: “¿A vos quién te dijo que tenés un ACV?, ¿tus hermanas cómo saben?”. Lo que siguió a aquella atención de madrugada fue un episodio agresivo, que también quedó plasmado en la denuncia hecha el viernes pasado. Romina contó que el profesional de la salud le recetó un inyectable a la víctima y le dio el alta médica. “El enfermero le pone el inyectable y Mabel seguía con dolor de cabeza y vomitando, entonces mis hermanas intentan hablar con el médico pero él cierra la puerta en las manos a una de ellas”, narró. Después de ese altercado en las instalaciones del Samic, Mabel fue llevada a su casa donde permaneció, con malestares, hasta las 10 de la mañana del domingo 22 de junio, cuando regresó al hospital. La mujer, que padecía presión alta, fue atendida en la guardia por una médica cuyos datos se evitaron exponer en la denuncia. Fue ésta quien, finalmente, solicitó una tomografía y otros estudios: los exámenes terminaron de confirmar que Mabel sufrió una hemorragia cerebral. El traslado a Posadas Aquel domingo Da Silva ingresó a terapia intensiva pero, por falta de camas y ante la urgencia de una paciente menor de edad que requería estar en esa sala, fue trasladada nuevamente a una habitación común. La gravedad del cuadro era tal que desde el Samic pidieron su derivación a Posadas, ya que sólo allí se podía hacer el examen de angiografía -análisis que atiende la circulación sanguínea en el organismo y podía determinar, en este caso, qué provocó la hemorragia-. El viaje estaba previsto para el martes 24, fecha en que, tal como narró Romina, comenzó la odisea. “La ambulancia no tenía nada”, recalcó. “El chofer entró a revisar y notó que la ambulancia no tenía bien el oxígeno, no tenían los aparatos, no tenían la batería suficiente en el monitor, no tenían nada”. Allí demoraron cerca de 2 horas y media en acondicionar el móvil mientras que el cuadro de Mabel se agravaba: “Cerca de Colonia Delicia mi hermana convulsionó, entonces frenamos en el hospital de Eldorado para que fuera asistida. Ella estaba con los dedos morados, pero el médico me dice que necesitaba el estudio sí o sí y que debíamos seguir viaje, y yo dije que sí, que lo íbamos a lograr”, confió Romina. A 6 kilómetros de la capital “se rompió la dirección de la ambulancia”, continuó el relato. En ese contexto de urgencia, la mujer debió ser internada en el hospital Favaloro y, desde allí, fue derivada al Madariaga. “Los médicos nos avisan que había que drenar el líquido en el cerebro, que era mucho el sangrado y que tenía hidrocefalia”, detalló Romina. “Se podía haber evitado” Era tal la complejidad del estado de salud de Mabel que una cirugía ya no estaba entre las posibilidades. Si bien se hicieron intervenciones para drenar el líquido cerebral, poco se pudo hacer: la iguazuense dejó de responder el lunes 30 de junio por la mañana tras sufrir una muerte cerebral, y a las horas se confirmó su deceso. El caso reabrió heridas en la familia que hoy pide justicia por su muerte. Romina observó que “si en San Vicente actuaban como correspondía y la enviaban a Oberá, y de allí pedían la tomografía para ver la gravedad del caso y la angiografía en el Madariaga, mi hermana tenía chances de someterse a la cirugía y estar con vida”. Reconoció que esa intervención “no iba a revertir el derrame pero sí estaba la posibilidad de no agravar el cuadro. Pero pasó muchísimo tiempo y se tardó mucho”, lamentó la joven quien, junto a sus hermanos y sobrinos, despidió a Mabel en un encuentro íntimo ayer en Iguazú. “Es una pérdida muy grande que no se puede explicar: ya no tenemos a Mabel y se podía haber evitado”. Niegan que llegó oficio policial al Samic de Iguazú Consultadas por la reciente denuncia al médico del Samic Iguazú, desde el Directorio de ese centro de salud confirmaron a este matutino que no recibieron ningún oficio policial sobre la causa. Siguiendo lo que compartieron estas fuentes, el malestar de la familia habría concluido en un reclamo verbal en las instalaciones. A pesar de la falta del escrito policial, desde el Hospital de esa ciudad ya se inició una investigación interna con el personal comprometido para esclarecer las intervenciones que recibió Da Silva.

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