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Concordia » Hora Digital
Fecha: 30/06/2025 07:01
Andre Agassi declaró que odió el tenis desde el primer día en una entrevista con Andy Roddick para el pódcast Served, grabada días antes de su participación como comentarista en Roland Garros 2025 para TNT Sports. En la conversación, el ex tenista repasó su historia personal, las luchas internas durante su carrera y su perspectiva sobre las grandes figuras del tenis, retomando un sentimiento que ya había expresado años atrás en su autobiografía Open. Agassi relató que su relación con el tenis fue impuesta por su padre. Desde niño, el deporte le resultó una carga, no una pasión. Describió su paso por la academia de Nick Bollettieri como una experiencia caótica, en la que no existía supervisión adulta y los jóvenes competían ferozmente entre sí. “Quería quemar ese lugar”, recordó, en referencia a su resentimiento hacia la institución. Su motivación inicial no provenía del amor al tenis, sino del miedo y la necesidad de escapar de su entorno. “Puedes estar motivado por el miedo o por el amor. En mi caso, era el miedo lo que me impulsaba”, explicó a Roddick, quien fue su rival a principios de los 2000 y conductor del pódcast. En 1997, atravesó una crisis tanto personal como profesional. Reconoció su consumo de drogas y sus pensamientos autodestructivos: “Intentaba hacerme daño porque no sabía quién era”, confesó. Fue entonces cuando su entrenador Brad Gilbert le planteó un ultimátum: “O lo dejas, o empezamos de nuevo”. Esta reflexión lo llevó a entender que, aunque no había elegido su vida, podía adueñarse de ella. Ese fue el punto de inflexión que marcó el inicio de su reconciliación con el tenis. Inspirado por su experiencia, fundó una escuela en Las Vegas, comprometido con la educación y el desarrollo de los más jóvenes. “Mi razón era algo mucho más grande que yo”, afirmó, destacando que su trabajo filantrópico le permitió encontrar un propósito más allá de la competición. La victoria de Agassi en Roland Garros 1999 ocupa un lugar central en su relato. Según explicó en la entrevista con Roddick, aquel título fue la culminación de un proceso de reconstrucción tras años de altibajos. Llegó a París tras una temporada irregular y con una lesión en el hombro. “No esperaba hacer nada en Roland Garros. Era el único Grand Slam que me faltaba y ya había perdido dos finales”, recordó. Su entrenador lo animó con una frase que aún recuerda: “¿Cómo vas a ganar el torneo si no lo juegas?”. Así, se presentó en Roland Garros con la intención de sumar ritmo competitivo. En la final, se midió con el ucraniano Andrei Medvedev, a quien había aconsejado días antes sobre cómo recuperar la confianza. “Me convertí en su coach personal durante ese tramo”, relató, al describir la paradoja de enfrentar a un rival al que había ayudado. El partido comenzó con dos sets perdidos en menos de 50 minutos. “Fue probablemente la única vez en mi vida donde estuve muy desconectado emocionalmente en la cancha”, comentó. Una interrupción por lluvia y una arenga de Gilbert lo sacaron del letargo: “No puedes decir que este tipo es demasiado bueno si ni siquiera te estás moviendo”, le reprochó su entrenador. Luego de ese momento remontó y ganó el único Grand Slam que le faltaba, completando el “Career Golden Slam”. “Sabía que probablemente no tendría otra oportunidad. No sentía que la mereciera, pero no quería desperdiciarla”, señaló en Served. A lo largo de la entrevista, también analizó a algunas de las figuras más destacadas del tenis, como Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic, Pete Sampras, Jimmy Connors, Boris Becker e Ivan Lendl. Sobre el suizo, destacó su capacidad de cambiar la dirección de la pelota en el último instante: “Roger era magia”. Del español, comentó su habilidad para transformar la defensa en ataque: “Me encantaría haberlo visto subir más a la red”. En cuanto al serbio, lo describió como “el mejor defensor de la historia, pero también capaz de ser el mejor atacante cuando lo necesita”. Sampras, por su parte, fue elogiado por su capacidad de mantener la calma en momentos cruciales: “Pete era el jugador más ‘clutch’ de todos los tiempos”, aseguró. La conversación abordó el impacto de la fama en la carrera de Agassi. Recordó cómo, al convertirse en una figura mediática, sintió el peso de las comparaciones con otros tenistas estadounidenses. “Era como un pelotón: teníamos que ayudarnos a creer que podíamos ganar, pero al mismo tiempo competíamos por ser el número uno”, explicó. El éxito de compatriotas como Michael Chang, Jim Courier y Pete Sampras lo afectó emocionalmente. “La presión era una carga, pero también un acelerador oculto”, afirmó. Con el tiempo, aprendió a redefinir su relación con el éxito. “Ganar no bastaba, siempre había que ir por más. Pero perder también te daba otra oportunidad la semana siguiente”, reflexionó. Según relató en el podcast Served, esa comprensión llegó con la madurez y la distancia respecto a sus años más intensos. En la actu, el ex número uno del ranking ATP sigue vinculado al tenis como comentarista para TNT Sports y capitán de la Laver Cup. En Served, expresó su admiración por jóvenes como Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. “Alcaraz me impresiona por su velocidad y su capacidad de mantener un nivel regular en todas las superficies. Sinner, en cambio, parece un algoritmo: cada día es igual de eficiente”, destacó. También destacó la importancia de la Laver Cup como un espacio para el aprendizaje y la camaradería entre jugadores de distintas generaciones. Al final de la entrevista, reiteró su creencia de que el verdadero propósito de su trayectoria va más allá de los trofeos: “Mi objetivo es que los jugadores encuentren una razón más allá de los trofeos. La gracia está en tener una razón para lo que haces, algo más grande que uno mismo”.
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