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» La Guia Semanal
Fecha: 28/06/2025 21:49
El Refugio Canino de Venado Tuerto: Cuando ayudar a los perros se convierte en un abrazo para el alma Ser voluntario en el Refugio Canino de Venado Tuerto es una de esas experiencias que te cambian para siempre. Puede empezar como una simple intención de ayudar, pero pronto se transforma en una historia de afectos, aprendizajes y vínculos que dejan huella. Para quienes piensan que ser voluntario es solo sacar a pasear un perro, acá van cinco datos que quizás no conocías… y que muestran lo profundo de esta tarea silenciosa, amorosa y transformadora: 1. El famoso “3er tiempo” Después del trabajo con los perros, cuando los caniles vuelven a estar en calma, llega ese momento sagrado: el de compartir unos mates, contar lo que se vivió, reírse de alguna anécdota y abrazarse en equipo. Porque en el Refu también se cuidan los corazones humanos. 2. La prueba de fuego ¿Querés saber si estás hecho para esto? El primer paseo es con un perro enérgico, de esos que te ponen a prueba el alma y el cuerpo. Si volvés después de eso… entonces sí, ya sos parte de la manada. 3. Caniles a cargo Con el tiempo, cada voluntario asume un rol más comprometido: hacerse cargo de un grupo de perros, conocerlos por nombre, saber cuándo comen, si están tristes, si necesitan atención veterinaria o simplemente un mimo más. Porque el Refu funciona también gracias a esos vínculos únicos. 4. Conexión real En un mundo lleno de pantallas, horarios apretados y ruidos que agotan, estar en el refugio es volver a la esencia: tierra, aire, pelos en la ropa, lengüetazos y la compañía noble de quienes no juzgan. Muchos voluntarios encuentran allí un refugio para ellos mismos. 5. Perros de otra casa Algunos perros del Refu no duermen en la casa del voluntario, pero viven en su corazón. Se crean lazos tan fuertes que esos animales se convierten en parte de la familia elegida. Y cuando alguno es adoptado, se celebra como un hijo que encuentra su lugar en el mundo. Ser voluntario en el Refu no es un simple acto solidario. Es un compromiso de alma, un viaje de ida. Y como todo lo que se hace con amor, deja una huella que ni el tiempo borra. Si querés ser parte de esta comunidad y vivirlo en carne propia, El Refugio Canino te invita a sumarte como voluntario. Comunicate con sus redes sociales.
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