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Parana » Informe Digital
Fecha: 28/06/2025 20:28
“Para producir, es necesario afrontar diversos costos: semillas, fertilizantes, salarios, fletes, seguros, entre otros. Una vez cosechado, el cultivo se vende. El dinero que permanece tras cubrir los costos se divide en tres partes: el valor para quienes alquilan la tierra para producir (26,6%), la ganancia (9,8%) y los impuestos que se deben abonar (63,6%)”, afirmó Nicolle Pisani Claro, Economista Jefa de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). En efecto, el Índice elaborado por FADA quantifica el peso de los impuestos para quienes trabajan la tierra. En junio, este indicador se incrementó en comparación con el dato de marzo anterior, a pesar del efecto de la disminución temporal de los Derechos de Exportación (DEX). La caída en los precios fue tan significativa que ocasionó un menor valor de la producción de granos, lo que, a su vez, incrementó la carga tributaria, explicó la economista durante el programa radial Chacra Agro Continental. Los precios del trigo a junio de 2025 se sitúan por debajo del promedio de los últimos cinco años. En comparación con el promedio desde marzo de 2020 hasta la fecha, actualmente el cereal está un 20% más bajo. Al contrastar con la medición anterior de FADA (marzo de 2025), se observa una disminución del precio del 6%. Asimismo, al analizarlo en relación con lo registrado un año atrás, la caída del precio es del 28,2%. “Si los precios son inferiores, la renta del productor también disminuye, ya que recibe menos dinero por los granos que comercializa. Sin embargo, continúa pagando los mismos impuestos. Por ello, el peso del Estado es mayor”, explicó Pisani Claro. El escenario para esta campaña de trigo “no es esperanzador”. Con la disminución del precio y el aumento de algunos insumos, el índice se eleva al 78%. Se requeriría un precio local más cercano a los USD 220 por tonelada para mejorar el resultado, pero actualmente se encuentra en USD 200 por tonelada”, señala el estudio de la Fundación FADA. El peso de los impuestos en soja es del 65,9%, en maíz del 53,4%, en trigo del 78,2% y en girasol del 63,2%. Se anunció que la reducción temporal de DEX se prolonga únicamente para el trigo; por lo tanto, con el regreso de las retenciones para los demás cultivos, los índices aumentarían. El promedio nacional ascendería al 67%, mientras que para la soja alcanzaría el 70%, en maíz se elevaría al 56% y en girasol al 67%, detalló Pisani Claro. De todos los impuestos que abona una hectárea agrícola, el 63,8% son nacionales no coparticipables, es decir, no regresan a las provincias. El 28,4% son nacionales coparticipables, un 6,8% corresponde a los impuestos provinciales y un 1% a los municipales. Mientras el Índice FADA nacional es del 63,6%, las provincias muestran variaciones según costos, producción e impuestos locales. Córdoba registra un 64%, Buenos Aires 59,7%, Santa Fe 58,6%, La Pampa 62%, Entre Ríos 69,1% y San Luis 61,1%. En todas las provincias analizadas se abonan impuestos inmobiliarios rurales y un impuesto a los sellos para la compraventa de granos. En Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis se aplican Ingresos Brutos con distintos porcentajes. En Córdoba y Santa Fe, la actividad está exenta. Buenos Aires y Santa Fe cuentan con tasas municipales, mientras que La Pampa tiene guías cerealeras. Córdoba, San Luis y Entre Ríos no tienen imposiciones a nivel local. San Luis y La Pampa tienen impuestos similares a aduanas internas. “Cada una de estas provincias enfrenta realidades distintas en cuanto a rendimientos, estructura de costos e impuestos, lo que explica la variabilidad de estos resultados”, subrayó la Economista Jefa de FADA.
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