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» Diario Cordoba
Fecha: 28/06/2025 20:06
El escenario del Córdoba Live se convirtió anoche en un espacio cargado de nostalgia, emoción y celebración. Pecos, sinónimo de armonía, amor y tradición musical, ofrecieron un concierto inolvidable que, en esta ocasión, recogía en El Arenal a un público más maduro. Pedro y Javier, durante la interpretación de uno de sus temas. / A. J. González Frente al recinto, bajo el cielo cálido de junio, los autobuses llenos de fans traían más que pasajeros: traían historias, amistades forjadas al calor de un estribillo, álbumes gastados de tanto escucharse, y corazones fieles que nunca dejaron de latir al ritmo de los Pecos. Eran clubes de fans, como ellos mismo afirmaban, «de los de siempre», con camisetas a juego, pulseras y voces dispuestas a cantar como si este fuera su primer concierto del dúo. En el interior, cada asiento, todos llenos, guardaba a alguien con un recuerdo distinto, pero todos compartiendo la misma emoción: la de volver a ser jóvenes por unas horas, con la música como máquina del tiempo. Y es que desde los primeros acordes, el público fue transportado por una línea del tiempo hecha de melodías, recuerdos y una complicidad artística que se mantiene intacta pasen los años que pasen. El concierto comenzó con una proyección de imágenes que recorrieron todos los años de trayectoria de este dúo, fotografías y momentos que muchos reconocían al instante, una historia visual de uno de los dúos más queridos de España, y que arrancó algunos suspiros y muchas sonrisas. Tras esa emotiva secuencia, una cuenta atrás marcó el inicio oficial de la noche, y entonces, entre aplausos y vítores, salieron ellos a escena. Clásicos como Háblame de ti o Esperanzas fueron coreados a una sola voz por los asistentes, con unos Pecos visiblemente contentos y emocionados de seguir teniendo una conexión tan fuerte con su público, público que los ha visto crecer y ha crecido con ellos. Una fan muestra fotografías con el dúo madrileño. «Qué alegría volver a veros, Córdoba, seguís tan jóvenes como siempre», comentaban a un público al que afirmaban haber echado de menos, ya que son varios los años que han pasado desde la última vista de Pecos a la ciudad. La puesta es escena era simple pero eficaz, ellos en el centro y una amplia y experimentada banda de músicos y coristas arropándoles, con pantallas a ambos lados y el centro. El de anoche fue un concierto sin duda especial, un encuentro entre cantantes y público de esos que reconfortan y te hacen salir con una sonrisa del lugar. Con esta gira, el dúo no solo celebra su pasado, sino que reafirma su vigencia . Córdoba fue, una vez más, testigo de ese milagro que ocurre cuando no importa nada más que conectar con la música, disfrutar, y ser todos uno al ritmo de acordes y letras que guardan miles de recuerdos.
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