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Colon » El Entre Rios
Fecha: 28/06/2025 15:30
Murió hoy en su casa de Larroque, el músico, maestro y periodista Ricardo Abel Elena, el Gordo, a los 74 años. La desaparición del artista, conocido por pasear su acordeón por los escenarios entrerrianos durante décadas, con distintas orquestas, y por su temperamento extrovertido y solidario, entristece al mundo de la música popular del litoral. Por Daniel Tirso Fiorotto El Gordo Elena integró distintas bandas musicales abocadas a los más diversos géneros: chamamé, tango, bossa nova, pasodobles, pop, y colaboró en cuanto evento solidario organizaran en su pueblo y aledaños, toda su vida. En el último mes recibió numerosas manifestaciones de cariño de la vecindad, que se enteró de su salud desmejorada y su internación, durante una semana, en Villa Libertador. Las mismas familias larroqueñas le habían agradecido de alguna manera su vocación comunitaria con el regalo de un acordeón, años atrás. Ricardo Abel Elena, el Gordo, participó en el escenario de Cosquín junto a su copoblano Miguel Machado y otros 150 acordeonistas en una presentación especial organizada por Antonio Tarragó Ros. Y fue alma mater de los encuentros de acordeonistas en el sur entrerriano, con presencias estelares como la de Ildo Patriarca. Fue un promotor permanente de la participación infantil y juvenil en los escenarios, preparando incluso coros de niños para los encuentros folklóricos. Ejerció la docencia en la Escuela Especial Horizontes; brindó talleres de música en localidades del departamento Gualeguaychú, principalmente campesinas; fue director del coro de adultos Comunidad. También practicó el periodismo deportivo por décadas, desde los tiempos de la recordada Fórmula 5, apoyando las campañas de Pirincho Lonardi, de Larroque; y comentarista de fútbol, siguiendo con particular devoción los partidos de su Club Central Larroque. “El Gordito ya descansa en paz... gracias infinitas a Dios por dejarme compartir su vida desde que llegué hace más de 16 años, hasta el último minutito que estuvo en nuestra casa y esta tierra. Ya está y pasó como él lo quería. Sólo puedo agradecer y estar orgullosa y feliz de ser la compañera de semejante luz”, escribió esta mañana su esposa mendocina Fernanda Croce. Ricardo era uno de los hijos de Domingo Elena y Estela Fiorotto, junto a Reynaldo, Silvia y Rolando. Entre las bandas y las orquestas que integró recordamos Cañada de Sánchez, Tinta China, Característica W, Luz Verde, Abraxas, y formó un dúo folklórico con Fernando Fiorotto. Las escuelas, las entidades intermedias, las organizaciones culturales, las familias, lo llamaban a menudo para amenizar fiestas y celebraciones. Durante la pandemia por Covid formó un grupo llamado “Serenata Cuarentenosa” a distancia junto a Miguel Tronco, Carlos Antunez, Raúl "Lito" Vaskof, Ricardo "Pototo" Fiorotto, con gran suceso. Los vecinos les pedían temas dedicados, y ellos interpretaban los más diversos géneros. Recibieron mensajes de distintos países, con sugerencia de ritmos poco usuales en la actualidad: foxtrot, baión, valses antiguos, pasodobles; además de los tangos, chamamés, chamarritas, tanguitos montieleros, rasguidos dobles, propios de su acervo cultural más arraigado. Largo sería enumerar los artistas que acompañó en los escenarios, empezando por Claudia Figueroa, el joven Ignacio Sartori o Roberto Romani, amigo del Gordo y padrino de su boda. Y por nombrar sólo algunos más, digamos Hugo Duraczek, Eduardo Faggiana, Horacio Almada, Diego Ferrari, Nani Olivera, Claudio Ronconi, Sergio González, Papita González, Ivan De Miguel, Tata Taffarel, Juanchi Alen, Pililo Lonardi, Roque González, Omar Izaguirre. Hace pocos meses organizó una cantata en homenaje a los distintos pueblos que originaron Larroque. El Dúo Tik le dedicó una chamarrita titulada “El acordeón del Gordo” en la que el artista aparece en el rol del Flautista de Hamelin convocando a los demás músicos y a su pueblo para marchar hacia el reencuentro de la identidad regional. Resulta inagotable el anecdotario del Gordo Elena en los viajes y los encuentros artísticos. Las lágrimas de hoy en la vecindad no ocultan la sonrisa que se desprende del recuerdo de cada uno de sus dichos. “Me invaden un montón de sentimientos, pero para mí recordar el gordo Elena es reírme por sus ocurrencias y la gracia de sus acciones, ni hablar de sus anécdotas, llevó siempre un niño pícaro adentro”, comentó el músico Claudio Ronconi, que protagonizó largas giras con Elena. “Con profundo dolor despedimos de este plano al viejo musiquero, creador director del coro Comunidad, hacedor de la Serenata móvil, integrante de tantos conjuntos, docente de taller de la Escuela Horizontes. Es imposible imaginarlo sin una sonrisa y su acordeón, que era una prolongación de sus manos”, comentó la cantante Celia Taffarel. En su pueblo natal, Larroque, cuna de María Esther de Miguel, fogoneó por décadas el centro de la vida cultural, artística, social. Los restos del Gordo Elena no serán velados.
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