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» Misionesparatodos
Fecha: 28/06/2025 11:04
Cómo se convirtió en la periodista preferida del poder. Las entrevistas a Milei y su larga lista de enemigos. Su relación con "Branca". En las últimas semanas, Mariana Brey se convirtió en un problema y en una solución para Telefe y C5N, los canales donde trabaja. Problema, porque su urticante e irreverente comportamiento ya no sería del agrado de sus compañeros, y solución, porque su vehemente opinión genera que su contenido se replique primero, en los puntos de rating y segundo, en las redes sociales. Pero este huracán mediático inesperado irrumpió en la pantalla con una fórmula repetida: celebrar cada medida del presidente de turno, en este caso, Javier Milei, y embanderarse con su política libertaria. Así, sus defensas en vivo sorprendieron a propios y extraños. Ya no era la panelista de siempre, sino una periodista convencida, dispuesta a refrendar sus ideas con convicción y no dudar si a su defensa discursiva había que agregarle algún agravio para con el que piense distinto. La piedra basal la institucionalizó el 12 de mayo, cuando Milei la eligió para una entrevista exclusiva en Casa Rosada. “Me ve como una persona honesta, pero si lo tengo que criticar, lo critico”, dijo Brey al finalizar la charla y fue tomada por él como una señal de lealtad auténtica. Desde entonces, su presencia en “A la Barbarossa” por la señal familiar de Telefe y en “Duro de domar” por el canal opositor C5N cambió de estatus. Dejó de ser panelista ocasional y empezó una cruzada ideológica, respaldada con un programa propio como “Indomables”, junto a Diego Brancatelli, su némesis ideológico pero su espejo laboral. Si a él le dio muchos beneficios ser el escudero mediático del kirchnerismo -con libro incluido, donde se lo ve hacer la señal de la victoria con la mano-, ella sería la dragona protectora de Milei. Comienzos. Oriunda de Quilmes, Mariana Elisa Brey nació el 26 de abril de 1977. Sus primeros pasos transitaron entre los pasillos de Ciudad Magazine, América TV y El Trece, donde se dio a conocer como notera y panelista de espectáculos en ciclos como “Bien de verano”, “Infama” y “Los Ángeles de la Mañana”. Su rostro apareció en los highlights más comentados, pero su voz, hasta hace poco, sólo comentaba anécdotas de celebrities. Hoy cuestiona la política económica de los K, define rumbos ideológicos y defiende reformas con un ardor inusual. Pasada la entrevista a Milei, la condena de Cristina Kirchner volvió a tensionar el vínculo que tiene con sus colegas, quienes no aceptan que pueda y quiera cambiar de sección periodística. Ya no le interesa el espectáculo y sí el entramado político. Cual loba solitaria, salió a profundizar la grieta celebrando la prisión domiciliara de la ex presidenta y defendió las políticas libertarias de La Libertad Avanza, lo que le generó una primera línea de enemigos como Nancy Pazos, Julia Mengolini y Pablo Duggan. Y por ser nueva en este metié, el destrato, el insulto y la subestimación fue la primera moneda de cambio. En guerra. Fue en el programa “A la Barbarossa” donde la bonanza profesional dejó paso a la tensión. Y el choque con la verborrágica Nancy Pazos no se hizo esperar al discutir sobre la condena de CFK. Intercambiaron disparos verbales contundentes. Brey exigió que Cristina fuera “tratada como una ciudadana más” y criticó que pidiera prisión domiciliaria. Pazos respondió: “¿Querés un minuto de gloria?”. El intercambio creció tan violento que Barbarossa debió intermediar. Insultos, interrupciones y chicanas reiteradas. El estudio se convirtió en un ring televisivo al mejor estilo Anabela Ascar en Crónica TV. Después llegó la intervención de Julia Mengolini, quien en su programa de radio en Futurock la tildó de “canalla”, “degenerada”, “muy boluda” y de “querer convertirse en vocera oficial del Gobierno”. A su vez, subrayó que se sube al poder como una “tilinga acostumbrada a los flashes”. Y si no había quedado su opinión clara, como invitada en el streaming Blender, remató su idea con un mote descalificador y poco sororo: “gato fascista”. Con varios frentes abiertos, fue el turno de Pablo Duggan quien tensó aún más la cuerda: “Se nota que no tiene formación ni análisis, ella es muy fanática y provocativa”, disparó en sus editoriales que no resisten archivo alguno. Dijo también que Brey comete “muchos errores de información”, y que sus cruces con Pazos resultan “tan violentos que terminan siendo desagradables”. “No la veo interesada en dialogar, sino en imponer sus opiniones y chicanear”, cerró, y planteó que, “en televisión, esa actitud puede generar rating pero no fidelidad”. “Los directivos del Grupo Indalo no están convencidos de Mariana Brey porque se les volvió un dilema. Es una puerta hacia la Libertad Avanza que no quieren cerrar, pero la audiencia la repele”, afirma una productora de C5N a NOTICIAS al ser consultada por su actividad en la señal. El ciclo “Indomables”, conducido por la misma Brey y Diego Brancatelli, fue abruptamente levantado de la grilla de C5N sin un comunicado oficial que explique los motivos. Aunque el trasfondo es evidente. Las encendidas discusiones entre Brey y los invitados, debido a que la ex periodista de chimentos ahora defiende a ultranza las medidas libertarias del presidente Javier Milei, se volvieron intolerables. Este malestar inédito en la señal del Grupo Indalo, que hasta su llegada tenía una misma identidad política, también alcanzó a los televidentes, quienes volcaron su ira por X y TikTok y se terminó evidenciando la baja en la señal. Otro factor que demuestra que la presencia de Brey pende de un hilo en el canal fue el debut de su actual enemiga Nancy Pazos con “Inteligencia Artesanal”, quien comenzó su programa vanagloriándose de ser una periodista política desde hace 40 años, en detrimento de su oponente, quien hasta hace unos meses comentaba la suerte de los Caniggia y Tinelli. Por el momento, Brey alterna su participación en el programa "Duro de domar", pero con fecha de caducidad a la vista. En los últimos días, su presencia fue cambiando de programa en programa pero siempre como el contrapeso al kichnerismo, lo cual irrita a todos los panelistas defensores de Cristina. “Sus horas en C5N están contadas pero porque es una relación forzada, que no fluye, no es orgánica. Su temperamento es incontrolable y nadie la quiere en su programa”, concluye la fuente pidiendo la reserva de su identidad. Con su campo de interacción cercado y lleno de incertidumbre en C5N, y con la presión de Nancy Pazos en Telefe, donde constantemente le enrostra su trayectoria y su vinculación directa con la política, Brey parece haber encontrado su lugar en el mundo en el canal de streaming Neura de Alejandro Fantino, donde la línea editorial es muy cercana a “la libertad” que pregona el presidente Milei. Ahí, nadie la contradice, es la conductora y los villanos de la historia son comunes a todos: Cristina Kirchner, La Cámpora, Juan Grabois, Lázaro Báez, Amado Boudou y siguen las firmas. Actualidad. Hoy, Brey parece transitar dos mundos, el de la farándula, donde conserva la soltura y el estilo para generar notas virales, y el de la política, donde aspira a convertirse en correa de transmisión del Gobierno. Su brillo digital no es anecdótico, con 1 millón de seguidores en Instagram y una audiencia creciente en X, participa activamente de chats políticos online, vive del like, el share, el story y el post. Su material favorito: los clips de “Indomables”, confrontaciones al filo y frases contundentes que disparan interacciones al instante. Así, como en un cuento moderno, Brey se desprendió de su capa de chimentos y se autoposicionó como una voz polarizada, cercana al poder y dominante en la agenda. Su halo mediático recuerda al de Brancatelli pero con el signo contrario. Y como todo buen protagonista de un relato político, siembra dudas incontestables: ¿está construyendo un espacio periodístico con autonomía, o es el canal publicitario de un poder? Mariana Brey está en la mitad del recorrido, en la curva más peligrosa. Su siguiente capítulo se escribe en vivo, día a día, frente a un país que la observa y la rechaza o la admira. Y ella, desde la mesa del programa que esté haciendo, aunque no parezca, repite y pretende convencer: “Soy imparcial, digo lo que pienso”. ¿Será verdad? ¿O solo otra puesta en escena de una periodista a la que en este momento le sirve este personaje? Como sea, hoy se está convirtiendo en la Brancatelli de Milei. Fuente: Revista Noticias
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