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» Rafaela Noticias
Fecha: 28/06/2025 04:30
Una familia rafaelina pide justicia y oración: una madre ingresó caminando al quirófano y ahora le dicen que tiene muerte cerebral Por Redacción Rafaela Noticias Trinidad tiene 24 años, es rafaelina y estudia en Santa Fe, pero en las últimas semanas su vida quedó completamente atravesada por una situación dolorosa: su mamá, Claudia Mojica, de 50 años, permanece en estado de muerte cerebral tras una operación de columna que comenzó como un procedimiento programado y terminó en un espiral de complicaciones, infecciones y denuncias de abandono. La joven contó su historia a RAFAELA NOTICIAS con el deseo de que se conozca la verdad, que se haga justicia, y que la memoria de su madre no quede tapada por el silencio médico y burocrático. "Una película de terror" "Hoy, 27 de junio, se cumple un mes de la operación. Mi mamá fue intervenida el 27 de mayo en Buenos Aires. Había llegado el 19 para hacerse estudios previos. Estuvo internada casi una semana solo con cultivos, y nosotros sentimos que fue una pérdida de tiempo, que fue para sacarle más plata a la obra social. Tenía que recibir una prótesis de titanio entre las vértebras. Ya la habían operado dos veces en Rafaela por hernia de disco, más un bloqueo. Nunca se le fue el dolor. Allá también hubo negligencia: dejaron un punto abierto en la herida y entró una bacteria". Claudia era una mujer activa, saludable, que trabajaba como empleada doméstica. Su hija cuenta que la dolencia en la espalda surgió del esfuerzo físico en sus tareas. "La ART nunca se quiso hacer cargo". Una operación programada que salió mal El procedimiento quirúrgico en Buenos Aires debía durar entre tres y cuatro horas. Pero pasaron siete. "Mi papá estaba solo en la clínica. Mi hermano y yo estudiamos. Nadie le explicaba qué pasaba. Le dijeron primero que se había roto una vena al limpiar con un hisopo. Después que hicieron fuerza de más para poner la prótesis y la golpearon. Perdió cuatro litros de sangre, tuvieron que sacar todos los órganos para limpiar la hemorragia y perforaron en tres partes el intestino. No se dieron cuenta en el momento. La dejaron en terapia y la trasfundieron con ayuda de donantes". A los pocos días Claudia se despertó. "Con esfuerzo podía abrir los ojos, me decía que tenía sed. Estaba muy débil, le humedecía los labios con agua bendita. Grabó un audio para la familia, con la voz susurrada. Tenía esperanzas". La infección que nadie quiso ver Sin embargo, a los días Claudia empezó a tener fiebre. "Supuraba un líquido verde desde la herida. Nadie hacía nada. Recién el 11 de junio la operan de urgencia. El médico que la había operado dice que fue una bomba lo que encontró: la infección estaba esparcida por todos lados. Tuvieron que llamar a otro equipo de especialistas. Yo creo que le dieron demasiada anestesia. No nos dicen qué pasó. Esa noche estuvo seis horas en quirófano. Salvó la vida otra vez, pero no despertaba". "Pasó una semana y no despertaba. Nos decían que era normal, que le estaban bajando la anestesia. Pero descubrimos que le estaban dando fentanilo, una droga para pacientes terminales. Al reclamar, lo cambiaron por morfina. Aún así no despertaba". Mentiras y silencio Trinidad insistió por estudios. "Recién después de 20 días le hacen una tomografía. Me dijeron que el cerebro y el tórax estaban bien. Yo estaba aliviada. La médica me mintió. Me volví a Santa Fe, y al día siguiente mi papá me llama: nueva tomografía, muerte cerebral. En la primera ya había signos de inflamación que no quisieron ver. Quizás se podía haber hecho algo". "Pedimos que intervenga el INCUCAI para que determine si verdaderamente es una muerte cerebral. Nos dicen que no hay reflejos, que no reacciona, pero no hay certezas. Solo sospechas. Y mientras tanto, la dejaron de alimentar. No la higienizan como antes. Es verla morir cada día. Es horrible". "No puedo dejar todo así nomás" Trinidad asegura que va a accionar legalmente: "Mi papá no tiene fuerzas, pero yo ya le dije que me voy a encargar. Mi mamá entró caminando. ¿Cómo se pasa de una operación de columna a una muerte cerebral? Fue negligencia. No me quedaría en paz si no hago justicia. Mi mamá era una luz, no pueden apagarla así nomás". "Somos una familia de cuatro (además de ella y su mamá, está su papá de 60 años y su hermano de 18 que viven en Rafaela). Nuestra mesa tenía cuatro patas. Ahora tenemos que acomodarnos con tres y seguir de pie. Pero no puedo dejar todo así nomás. Lo que le hicieron a mi mamá no puede quedar en silencio". Oración, contención y esperanza Trinidad no pide ayuda económica. Solo quiere volver a Rafaela. "Pedimos el traslado a una clínica de allá, para estar con la familia. Si esto va para largo, es muy pesado. Vivimos entre la esperanza del milagro y la preparación para lo peor. Es estar en el medio, es muy fuerte". "A la gente que lea esto, si puede orar por mi mamita, se los agradecería. Ella es mi otra mitad. Me la arrebataron y la quiero de vuelta".
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