28/06/2025 07:50
28/06/2025 07:44
28/06/2025 07:38
28/06/2025 07:38
28/06/2025 07:38
28/06/2025 07:33
28/06/2025 07:31
28/06/2025 07:30
28/06/2025 07:29
28/06/2025 07:23
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/06/2025 02:40
Santi Ravier es un influencer de 21 años, con poco más de un millón de seguidores, especialmente en TikTok. Estudiante de nutrición (“me gusta la carrera, pero hoy no me veo ni ahí en un hospital o un consultorio”), invitado a nuestro ciclo Nacidos en Redes, este TikToker suele recibir críticas al generar con frecuencia contenidos relacionados con comida... cómo decirlo, no muy saludable. O sea, a Santi le gusta provocar. Donde también encontró una veta es en eso de ir mezclando escenas de su vida cotidiana donde involucra a su abuela Mariella (“al principio sin que supiera que la estaba filmando”) o su padre. Cuenta que debutó en este mundo allá por los forzosamente caseros días de cuarentena y, tras dejarlo un tiempo, volvió a la carga con todo. Valiente y sincero a la hora de blanquear temores, habla de su “ansiedad galopante”, de sus visitas al psicólogo y de cuánto se sorprendió con las cifras que puede llegar a ganar un influencer. Y con más valentía todavía, confiesa un temor que lo acecha: “Un miedo frecuente es que la gente deje de bancarme y no me vea más”, dirá. Aquí, los momentos más destacados de la entrevista: "Por lo que más me critican todo el tiempo es por mi cuerpo. Era despertarme y ver que la gente opinaba de eso. La verdad que yo nunca tuve mucho autoestima en ese sentido. Pero yo soy así: cuando tenga que ser el momento de bajar de peso, va a venir (Foto: Diego Barbatto) Mai: —Hola, Santi, bienvenido. Como sabés, este ciclo se llama Nacidos en redes y trata de gente como vos, que con el celular, creatividad y ganas de hacer algo en las redes sociales, se armó un modelo de negocio o una marca personal a los 21 años. Vos estudiás nutrición, pero tal como viene la mano, me parece que te vas a terminar dedicando más a las redes, ¿no? Santi: —Sí, es un tema ese, porque toda mi vida de chico fue medio: “Bueno, terminás el colegio, empezás una carrera, te recibís y laburás de eso”. Y entre medio se me dio esto de las redes, que la verdad que lo soñé siempre... Me queda un año para recibirme y en cuanto a las redes me pregunto hasta dónde va a llegar, algo que me da mucho miedo. Mai: —¿Miedo por...? ¿Sentís que mañana se puede terminar TikTok? Santi: —No, que la gente por ahí deje de bancarme y no me vean más: es un miedo que tengo bastante frecuente. Mai: —¿Te genera ansiedad? Santi: —Bastante. Y además, si bien la carrera la elegí yo, no me veo laburando en eso... Mai: —¿Y por qué la elegiste? Santi: —Siempre tuve un tema con esa carrera. En un momento de mi vida que estaba medio con la alimentación, que empecé a adelgazar y todo eso, me interesó bastante. Pero a medida que fue pasando el tiempo me di cuenta de que claramente las redes eran más lo mío. Mai: —¿Pero la carrera te sigue gustando o no tanto? Santi: —Sí, me gusta. Además a mí no me dificulta estudiar y me parece que el conocimiento suma, no resta. Pero no me veo ni ahí trabajando en un hospital o en un consultorio. Quizás sí más metido en la industria de alimentos. Mai: —Por cierto, se te critica mucho que, estudiando nutrición, hacés reseñas de comida poco saludable... Santi: —Por lo que más me critican todo el tiempo es por mi cuerpo. Era despertarme y ver que la gente opina de mi cuerpo. La verdad que yo nunca tuve mucho autoestima en ese sentido. Pero yo soy así: cuando tenga que ser el momento de bajar de peso, va a venir. "Empecé en la cuarentena. Estaba en 4to año del secundario, tenía 15, 16 años. Subía siete videos por día, porque reamente estaba compenetrado, soñaba con esto" (Foto: Diego Barbatto) Mai: —¿Pero eso no te detuvo para seguir generando contenido? Santi: —Nunca. Me dicen “¡¿Qué hacés probando galletitas si estudiás nutrición?“. Bueno, cada uno estudia lo que quiere y eso no significa que tenga que seguir a rajatabla lo que lleva la carrera. Así como hay médicos que fuman, un nutricionista puede comer mal, ¿no? Mai: —¿Y cómo gestionás los haters? ¿Respondés, los ignorás, ya no los lees? Santi: —Hace unos meses tuve bastante, ahora bajó un poco. Pero había concretamente dos personas que era onda acoso, que subían cosas horribles tipo “¡Dale Santi, que llegás a los 300 kilos!”. O por ahí subían en sus propias redes fotos de hipopótamos y cosas así. Eso al principio me dolía, pero después me daba miedo porque digo ¿quiénes son? Mai: —¿Pudiste descubrir quiénes eran? Santi: —No, obvio que no. Y tampoco me interesa saber, solo que es feo saber que hay gente que te está mirando que realmente te detesta. Mai: —¿Cuál fue el vídeo más cancelable que tuviste? Santi: —Hubo uno que hice estando de viaje en Londres. Me había comprado una de esas remeras bien inglesas y subí un video probando boludeces sin darme cuenta de que al otro día era el 2 de abril. ¡Fue terrible! Mucha gente me defendía tipo “¡Ya está, es una remera!”. Pero sí, es verdad que fue muy inoportuno. Parecía que lo había hecho a propósito. Mai: —¿Y qué saliste a decir? Santi: —Pedí perdón porque realmente no me di cuenta. Mai: —¿Te acordás cuál fue el primer video que subiste a TikTok? Santi: —No, porque yo empecé en cuarentena. Mai: —¿Cuántos años tenías? Santi: —Estaba en 4to año del secundario, tenía 15, 16 años. Subía siete videos por día, porque reamente estaba compenetrado, lo soñaba.... Mai: —O sea, no era algo recreativo. Dijiste: “Acabo de hacerme mi plataforma y voy a tener millones de seguidores”. Santi: —Tal cual. Pero ni siquiera soñaba con tener millones seguidores. Soñaba con tener seguidores que respondan mis historias de Instagram... Mai: —¿Pero qué es lo que te gusta: conversar, generar debate? Santi: —La interacción con la gente, ese ida y vuelta, subir algo y saber que hay gente mirándote que te comenta. Mai: —Una duda, en tus videos aparecía mucho tu abuela, que sé que la querés mucho. ¿Hubo algo de estrategia en eso? Santi: —No. O sea, lo de mi abuela fue mucho después. Yo empecé en cuarentena, subía videos de humor, no hablaba mucho. Y después dejé. Como no me veía nadie dije “Bueno, ya fue”. Estuve como un año entero intentándolo. Mai: —¿Y cuánto tiempo dejaste? Santi: —Habré retomado al año, en 5to, de vez en cuando subía un par de videos... Después empecé la facultad y ahí sí estuve muy mal. Mai: —¿Por? Santi: —Yo tenía mucha ansiedad por empezar la carrera, pero una ansiedad extrema. Mai: —¿Llegaste a hablar con algún psicólogo o psiquiatra? Santi: —Sí, empecé con una psicóloga, cambié, voy por la cuarta. Yo soy una persona muy inestable. Ponele, empecé la facultad y en la primera semana ya quería tener un mejor amigo. Mai: —Decías que saliste un tiempo de TikTok. ¿Y cuándo volviste? Santi: —Volví grabando “Mi abuela”. Un día la grabo así nomás, sin que se diera cuenta. Hasta que en un momento la gente la empezaba a reconocer. Mai: —¿Y cuándo se enteró que la grababas? Santi: —Se lo dije un día y ella se copó. Pero ahí el tema fue que yo soy el que quería ser influencer, no mi abuela. Tenía 80 años, pero no soñaba con eso claramente. Mai: —¿Y no le molesta? Santi: —No, para nada. Mai: —¿Haceme un diagnóstico de TikTok hoy? Es real que es una red social que ya no es tanto para los de veinti. ¿Que se está empezando a amplificar? Santi: —Es que cada uno tiene su algoritmo de TikTok. Yo tengo el mío, pero mis amigos tienen otro algoritmo. Yo, la verdad, siento que hay gente muy chica, pero también gente grande. No creo que haya una edad para usarlo, depende mucho de cada uno, ¿no? Mai: —¿Y cómo ves a tu generación hoy en día? Santi: —En mi generación veo mucha ansiedad. ¡Eso que viví yo lo viven muchos! “¿Y ahora qué hago? ¿De qué laburo?" A mí justo se me dio esto de laburar en las redes, pero si no tendría que ir a buscar algún laburo, tirar un CV... Mai: —Entiendo... Santi: —Es algo de querer todo ya... Mai: —Otro tema: ¿te llamaron de algún programa de streaming? Santi: —Me han llamado de Viernes 13, de Luzu, y también de Gran Hermano. Mai: —¿Y no tenés ganas? Santi: —Es que me da mucha incertidumbre... Siento que también se espera mucho de mí y en general de la gente que hace contenido. Y si bien yo me muestro en las redes como muy gracioso y divertido, por ahí yo soy más serio. Me ha pasado que fui a una radio y me sentí incómodo. Mai: —¿Y te acordás cómo fue esa primera vez que ganaste plata por las redes sociales? Santi: —Yo no sabía que te pagaban por subir un video, realmente. Un día me ofrecieron un canje y dije “Bueno, lo acepto”. Me acuerdo que me preguntaron “¿Cuánto estás cobrando?“ Y yo no entendía nada. Por tirar algo le dije 7.000 pesos... "Cuando empecé la facu tuve una ansiedad extrema. Fui a una psicóloga, cambié, ya voy por la cuarta. Soy una persona muy inestable. Ponele, empecé la facultad y en la primera semana ya quería tener un mejor amigo (Foto: Diego Barbatto) Mai: ¿Cuándo fue eso? Santi: Hará dos años... Mai: Bueno, 7000 pesos en el mundo influencer es poca plata... Santi: ¡No es nada!, pero yo tiré por tirar. Al toque que seguí subiendo videos y fue creciendo más, me llamaron de una agencia, Jalife Brothers, que los amo, y son los que me manejan un poco todo. Mai: —¿Y podés creer lo que ganás con un video de TikTok? Santi: —¡Nooooo, realmente es impresionante! Ya de por sí amo lo que hago ¡y encima te pagan! Hay muchas marcas que por ahí tipo te hacen hacer siete u ocho videos, pero otras por ahí yo grabo uno, me gusta, lo subo y por ahí estuve no sé... diez minutos grabando, pero es que yo me grabo muy natural, genuino, casi ni me arreglo. Mai: —En este ciclo tenemos una grieta: están los que piensan que está bien lo que se le paga a un influencer y están los que dicen “Noooooo, es una guasada, es mucha plata”. ¿Vos de qué lado te pones? Santi: —Yo claramente no te voy a decir que está mal, obvio. Lo que digo es que hoy no hay algo que reemplace a un influencer, creo, porque logra una comunicación mucho más directa que la publicidad de la tele, ¿no? Entonces me parece que eso es lo que le pone valor. Mai: —O sea, estás del lado de los que dicen “Valemos la pena, por algo nos contratan”. Santi: —Sí, yo a veces me sorprendo con lo que te pueden pagar por un video. Son cifras que jamás me hubiera imaginado. Mai: —Nos das una idea de cuánto se puede ganar hoy en día por un TikTok, digamos... Santi: —Depende el influencer, obvio. Pero puede ir desde 1 millón hasta 8 millones. A veces es mucho más importante tener una comunidad bien formada, que sabes que siempre te van a bancar, a una persona tiene 10 millones de seguidores pero no tiene interacción. Mai: —¿Y tenés una estrategia de contenidos en TikTok? Ejemplo: todos los días subo un video, algo así... Santi: —Mantengo dos videos por día. Mai: —Y no hay días que decís “Che, no tengo nada de que decir”. Santi: —Sí, pero igual algo saco. Mai: —¿Y de dónde sacás? Santi: —Estoy probando cosas y digo “Bueno, voy al súper, veo que hay y me inspiro”. Por ejemplo, probando bebidas raras del súper. Y a la gente le re-copa. Otro contenido por ahí es con mi abuela o mi viejo, que también me ayudan. Mai: —¿Y de política hablás? Santi: —No, nada. Mai: —¿Pero votaste? Santi: —Sí. "Un consejo para empezar: hay que intentarlo. Y tener constancia. ¡Ser constante es fundamental! Y que no te importe el otro. Me da lo mismo lo que tengan que decir. Yo lo subo y ya está. ¡Hacelo!" (Foto: Diego Barbatto) Mai: —No te pregunto por quién, eso es secreto. Pero sí contame cómo te guías... Santi: —O sea, no es tema ni con mis amigos ni con mi familia. Pero veo la realidad. Salimos de casa y cada dos cuadras veo a alguien en la calle. Y es feo ver esa situación, ver a alguien en situación de calle. Mai: —¿Estás en pareja? Santi: —No. Mai: —¿Tenés ganas? Santi: —Por ahora no. Estoy como muy centrado en querer lograr cosas, quiero terminar la carrera ya. Mai: —Para cerrar, la última pregunta que le hago a todos los creadores de contenido: ¿qué le dirías al que no se anima a empezar su cuenta en Tik Tok o en Instagram? Tiene ganas, te ve a vos, le generás admiración pero no se anima... Santi: —Y, para mí, en la vida hay que intentarlo. Y tener constancia. ¡Ser constante es fundamental! Y que no te importe el otro. A mí me importaba mucho tipo “Uy, qué dirán los del colegio”. Me da lo mismo lo que tengan que decir. Yo lo subo y ya está. ¡Hacelo! Fotos: Diego Barbatto Producción texto: César Litvak
Ver noticia original