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Parana » El Once Digital
Fecha: 27/06/2025 10:30
Nicolás Alejandro Gervasoni, el policía de 26 años que era intensamente buscado en Crespo, fue encontrado sin vida este jueves. Las primeras hipótesis apuntaron a una posible autodeterminación. Pero el deceso también puso sobre el tapete una problemática que rodea a la fuerza: “Somos un ser humano atrás de un uniforme”, clamaron varios de los colegas del uniformado. Se recordará que, en febrero, se comunicó la muerte de Natalia Ruiz Moreno quien se desempeñaba en la Comisaría de Minoridad y Familia, dependiente de la Jefatura Departamental de Nogoyá. La oficial de 39 años determinó quitarse la vida mientras prestaba funciones en su oficina, en sede policial. Su decisión fue todo un mensaje, y fueron muchas las voces que, oportunamente, se alzaron para hablar del suicidio. Ahora, nuevamente, con el fallecimiento de Gervasoni, las redes sociales fueron el espacio que utilizaron sus colegas para volver a denunciar la falta de abordaje de la salud mental, desde un aspecto integral, al interior de la fuerza policial. A continuación, Elonce rescató algunos de los mensajes con los que despidieron al joven oficial de 26 años, quien prestaba servicio en la División del GIA. “Estamos todos muy dolidos porque era un compañero de 26 años. Lo veíamos todos los días y era un excelente funcionario. Siempre alegre, con todas las pilas y todos los mambos que tenía nadie se enteraba, porque nadie se preocupa por nosotros. Acá somos un número más y estamos cada vez más tirados. No quieren que se vea la realidad en redes sociales. Tenemos familiares dentro de la Policía que sufren depresión y pensamos en lo peor. Si no nos apoyamos entre nosotros nadie lo hace. Para las redes sociales todo vende, un ploteo cualquier pelot…. si va a las redes. Somos un ser humano atrás de un uniforme”, indicó uno de los posteos a los que accedió Elonce. “No es un número. No es una estadística. Era un servidor público. Tenía una historia, sueños que no van a cumplirse. Y hoy, una vez más, la fuerza vuelve a vestirse de luto, no por una bala ni por un enfrentamiento, sino por algo que nadie quiere mirar: el abandono emocional de quienes cuidan de todos nosotros. Cuántos más tienen que caer. Cuántos compañeros más van a elegir callar antes que pedir ayudar por miedo, por vergüenza, por falta de respuestas. Cuántos funcionarios más van a seguir hablando de protocolos mientras las personas se apagan por dentro. Hay una verdad que incomoda: la salud mental en las fuerzas está rota. Y nadie parece dispuesto a hacerse cargo. Policías que duermen poco, que comen mal, que ven lo peor del mundo todos los días y luego vuelven a su casa con el alma hecha pedazos. Policías que sufren en silencio, que cargan sus cargan con culpas, con miedos, con presiones, con angustias que no tienen dónde descargar”, fue otro de los extensos mensajes. “Decisiones que no vamos a entender, un sistema que está ausente, la camaradería inexistente. En fin... Te recordaran por ser buen amigo, buen camarada, macanudo, entre otras calificaciones de tus allegados. Que Dios le dé consuelo a tus camaradas, amigos y familiares. Y se esclarezca todo. Descansa en paz, Negrito”, fue uno de los mensajes de despedida al oficial. Y otro, repasó: “Me quedo con la última charla q tuvimos en la terminal de Paraná. Siempre con esa sonrisa que te caracterizaba. Le pedí tanto a Dios y mis Santos por vos, pero no hubo respuesta. ¡Sólo vos sabes el por qué! Un abrazo a la familia”. “Para la gilada (que sabrán), somos un ser humano detrás de un uniforme. Descansa en paz hermano y camarada”, indicó otro policía.
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