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» Elterritorio
Fecha: 27/06/2025 01:40
Tenía 78 años y falleció en un hospital tras una vida marcada por el delito. Su nombre quedó ligado para siempre al secuestro de 1973 que dio origen a un concepto clave en la psicología moderna. jueves 26 de junio de 2025 | 18:03hs. Clark Olofsson, uno de los criminales más célebres de Suecia, murió este jueves a los 78 años en un hospital, según confirmó su familia a medios locales. Su figura quedó asociada a uno de los episodios policiales más recordados del siglo XX: el asalto bancario de 1973 en Estocolmo que dio origen al llamado “síndrome de Estocolmo”, una respuesta psicológica en la que las víctimas de un secuestro desarrollan vínculos emocionales con sus captores. La historia comenzó el 23 de agosto de 1973, cuando Jan-Erik Olsson —otro conocido delincuente sueco— ingresó armado a una sucursal bancaria en pleno centro de Estocolmo, tomó cuatro rehenes y exigió, entre otras cosas, la liberación de Olofsson, quien se encontraba preso. El gobierno accedió y lo trasladó al lugar. A partir de entonces, Olofsson asumió un rol protagónico en la toma, se comunicó con la policía y, según testigos, calmó al secuestrador principal. La crisis se extendió durante seis días, con cobertura internacional. Los rehenes, entre ellos Kristin Enmark, manifestaron más tarde una inesperada simpatía por sus captores. “Confío en ellos. No les tengo miedo. Le tengo miedo a la policía”, llegó a decir Enmark durante una llamada con el primer ministro sueco de entonces, Olof Palme. Esa declaración y otras similares alimentaron la hipótesis del psiquiatra Nils Bejerot, quien propuso el concepto de "síndrome de Estocolmo" para describir ese fenómeno. El asalto finalizó cuando las fuerzas especiales ingresaron por el techo del banco y utilizaron gases lacrimógenos para reducir a los delincuentes. Nadie murió en el operativo y los rehenes fueron liberados. Una vida marcada por el delito Clark Olofsson había comenzado su carrera delictiva mucho antes del secuestro. A lo largo de su vida fue condenado por tentativa de homicidio, robos, agresiones y delitos vinculados al narcotráfico. A pesar de haber intentado reinsertarse en la sociedad —estudió periodismo en prisión y trabajó brevemente en el diario Arbetaren—, sus reincidencias lo mantuvieron en prisión durante décadas. Su última liberación fue en 2018, tras cumplir una condena por tráfico de drogas en Bélgica. Un diagnóstico discutido El síndrome de Estocolmo no está reconocido oficialmente como diagnóstico psiquiátrico en los manuales médicos, aunque sigue siendo una referencia común para explicar vínculos emocionales en contextos de abuso o coerción. En años recientes, la propia Kristin Enmark —que inspiró al personaje “Kicki” en la serie de Netflix Clark— negó haber tenido una relación romántica con Olofsson durante el secuestro, aunque reconoció que mantuvieron un vínculo posterior. “Él era mi oportunidad de sobrevivir y me protegió”, escribió en su libro autobiográfico. El psiquiatra Christoffer Rahm, del Instituto Karolinska, ha planteado que el síndrome es más un mito cultural que un cuadro clínico verificable. “No hubo amor ni atracción física. Fue una interpretación distorsionada y sexualizada de parte de las autoridades”, señaló en una reciente publicación científica. Más allá de las controversias, el caso Olofsson permanece como un punto de inflexión tanto en la criminología como en la psicología contemporánea. Su figura, carismática y ambigua, sigue generando fascinación a medio siglo del hecho que lo convirtió en leyenda.
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