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» Diario Cordoba
Fecha: 26/06/2025 02:26
Me ha causado sorpresa ese último spot publicitario bajo la campaña Obesidad sin filtros, en el que se presenta la obesidad como una enfermedad que mata. Es un problema de salud y no de estética, se dice. Hasta ahí nada que nadie ignorase. Lo que sí se me salía del dictado de la normalización de la diversidad y aceptación de lorzas varias era el mensaje «gordofóbico» contenido en el anuncio de referencia en el que, simulándose un concurso televisivo, una joven manifiesta profundo pesar al reconocer que su obesidad le impide jugar con sus hijos y dice sentir vergüenza cuando come en público. Mi extrañeza y desconcierto se diluyó al conocer que la campaña está creada y auspiciada por la farmacéutica Novo Nordisk, desarrolladora de Ozempic, con lo que no es preciso añadir mucho más para adivinar los intereses de esta en que todos decidamos perder peso -que no son precisamente cuestiones estéticas y mucho menos de salud-. Lo más llamativo es que la campaña dice contar con el apoyo de varias Asociaciones y Sociedades Médicas y solo después de su despliegue publicitario y la queja de varias Asociaciones de «ofendiditos entrados en carnes», la ministra de Sanidad, Dña. Mónica García, ha dado una rueda de prensa, manifestando su preocupación por el mensaje que los cibernautas han tachado de mal gusto y solicitando a la farmacéutica que aporte documentación relativa al respaldo verdadero de las asociaciones científicas y profesionales que la campaña dice tener. Efectivamente, en el spot figuran los anagramas de la Asociación de Personas con Obesidad, l a Sociedad Española para el estudio de la Obesidad, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria y la Sociedad Española de Medicina Interna, con lo que se ha de dar por sentado que tales Asociaciones y Sociedades han dado su visto bueno a la utilización de sus siglas en la campaña - y que tendrán firmado un contrato más o menos sustancioso económicamente de porcentaje en beneficios-. Como viene siendo habitual en nuestro país, todo «a posteriori». El Gobierno y el Ministerio de turno no da señales de vida hasta que recibe la llamada de atención de los votantes (será por eso por lo que los enfermos de ELA le preocupan poco, más allá de considerarlos «pobrecitos»). Quiero creer que el Ministerio de Sanidad ignoraba por completo la existencia de esa campaña hasta su emisión en los medios publicitarios y el despliegue de sus imágenes en 13 ciudades españolas y que solo por eso no se ha manifestado antes. Quiero creer, pero no puedo evitar pensar que en los discos duros tangueros pudieran aparecer mordidas «gordas» a costa de los gordos. *Abogada experta en Derecho del Trabajo y Seguridad Social
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