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» Diario Cordoba
Fecha: 26/06/2025 02:23
Pero Historia verdadera, hecha por historiadores que se dejan los ojos y la espalda en legajos y documentos; que pierden la voz y la garganta explicando la verdad de lo que hallaron y no la manipulación de sus ideologías; que envejecen sufriendo y palpando la piel de la tierra que conocieron y la realidad de su época. Historia como ciencia, no ese sucedáneo que venimos soportando desde la Transición, ese sofrito de aficionados, con sus tiras de chistes en periódicos, a base de lugares comunes y de tópicos. Historia para comprendernos y humanizarnos; no el edulcorante de esos aficionados a escritores, con esas novelas de clichés, a base de dividir en buenos y malos lo que ocurrió hace siglos para encajarlo en la actualidad, enturbiando las razones de cada época. ¡Si estudiáramos Historia! Sabríamos lo que sufrimos, lo que ocurrirá siempre con estos sátrapas de tres al cuarto, que mandan como si su poder fuera eterno, y se rodean de la canalla que los sostiene, y se alimentan de los bobos que viven de las glorias de un pasado mítico que nunca fue una realidad histórica, tergiversado por fantasías gloriosas bien manipuladas por los intereses de la mendacidad. Si estudiáramos Historia verdadera sabríamos, sin necesidad de soportarlo, en qué acaba ese poder a base de mentiras, manipulaciones y traiciones, mantenido por los que eligen el enfrentamiento, y no como debate para evitar el afán de dominio que tienen los de arriba, o como escape de las frustraciones personales; como justificación para atacar al contrario, no como representante de otra opción legítima, sino como contrincante al que aniquilar y matar, si eso fuese posible. Si estudiáramos Historia no hubiésemos permitido vivir en este estercolero del nacionalismo, cada día más falso y con más lustre a base de cebarse de la propia inmundicia en la que convierte su arribismo morboso de todas las circunstancias. Si estudiáramos Historia sabríamos en qué se emplea la energía del pueblo, en qué acaba tanta palabrería embadurnada de idealismos. Porque cuanto más violento es un poder, más se apoya en sus oratorias y sus parafernalias. Si estudiásemos Historia hubiéramos aprendido del final que tuvieron Calígula, Nerón, Robespierre, Napoleón... y quienes los secundaron hasta acabar en aniquilamiento. Pero no, no queremos estudiar Historia verdadera; es más cómodo gritar de oídas, divididos en los bandos con que nos dividen los que nos engañan en cada época, cuando la Escuela y la Cultura son sólo la letrina donde verter toda la inmundicia que crean las ideologías, para deshumanizar al pueblo y convertirlo en enemigo de sí mismo y así mantener a quienes lo explotan. *Escritor
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