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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 25/06/2025 11:51
Miércoles, 25 de Junio de 2025, 10:05 Redacción EL ARGENTINO El gobierno de Javier Milei recibió un revés financiero de alto impacto esta semana. Morgan Stanley Capital International (MSCI), el índice de referencia para los mercados globales, decidió no mejorar la calificación de Argentina, que continuará dentro del grupo “standalone”, la categoría más baja en el ranking de mercados. El anuncio echó por tierra las expectativas de una recalificación positiva, que el equipo económico había filtrado como posible para este año. La decisión fue un golpe directo a la estrategia oficial de regresar a los mercados voluntarios de deuda. En paralelo, el riesgo país se mantiene estancado por encima de los 700 puntos, un umbral prohibitivo para la colocación de bonos en condiciones razonables. El contraste con el objetivo del gobierno —llevar ese indicador por debajo de los 450 puntos para poder emitir deuda— es cada vez más marcado. El índice MSCI, considerado una brújula clave por los fondos internacionales, no solo desestimó un ascenso inmediato, sino que dejó a la Argentina fuera del grupo de países en evaluación para una eventual recalificación en 2026. En la lectura de los inversores, esto significa que el país sigue sin ofrecer garantías mínimas de estabilidad y previsibilidad financiera. El Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, optó por minimizar la decisión. Desde el Palacio de Hacienda indicaron que la mejora de calificación “nunca estuvo contemplada oficialmente”, pese a que en las semanas previas se habían generado expectativas alentadas por el propio oficialismo. Mientras tanto, el mercado dejó otra señal de alarma: la suspensión de una licitación clave de Bonte, bonos en dólares con repago en pesos. Tras una primera emisión exitosa por USD 500 millones, la segunda ronda fracasó al obtener solo USD 800 millones en ofertas, muy por debajo del objetivo de USD 3.000 millones. Esta escasa adhesión fue interpretada como una muestra clara de la desconfianza de los inversores. Esa falta de financiamiento golpea directamente al plan de acumulación de reservas, una meta central del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El gobierno había apostado a evitar la compra directa de divisas y a mantener el tipo de cambio contenido como ancla antiinflacionaria, pero sin nuevas fuentes de dólares, esa estrategia empieza a mostrar señales de agotamiento. El objetivo de acumular USD 4.500 millones en reservas antes del 13 de junio no se cumplió, y ahora el equipo económico depende de la buena voluntad del FMI, que podría otorgar un “waiver” para evitar una sanción formal. A cambio, se espera un desembolso de USD 2.000 millones en las próximas semanas, indispensables para sostener la hoja de ruta oficial. En ese marco, una misión técnica del Fondo ya se encuentra en Buenos Aires para auditar las cuentas y evaluar el cumplimiento del programa. Las reuniones, hasta ahora, se desarrollan con total hermetismo en el Ministerio de Economía. La decisión de Morgan Stanley, sumada al malhumor del mercado y la fragilidad en las reservas, configura un escenario cada vez más estrecho para la política económica de Milei, que deberá redoblar esfuerzos si quiere sostener su promesa de equilibrio fiscal sin poner en riesgo la estabilidad financiera.
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