25/06/2025 12:36
25/06/2025 12:35
25/06/2025 12:35
25/06/2025 12:34
25/06/2025 12:34
25/06/2025 12:32
25/06/2025 12:31
25/06/2025 12:31
25/06/2025 12:31
25/06/2025 12:30
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/06/2025 06:51
La piel de la mandarina contiene aceites esenciales, antioxidantes y compuestos antibacterianos que la vuelven ideal para múltiples usos en el hogar - (Imagen Ilustrativa Infobae) Durante la temporada otoñal y los primeros fríos, es común ver mandarinas en la mesa de hogares, oficinas y escuelas. Este cítrico no solo destaca por su sabor equilibrado y su facilidad para pelarse, sino también por ser una fuente accesible de vitamina C, ideal para reforzar el sistema inmunológico, como afirman desde los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Sin embargo, existe un hábito muy común al consumir esta fruta que podría estar desperdiciando uno de sus recursos más valiosos: las cáscaras. La piel de la mandarina suele desecharse de inmediato tras pelarla, sin saber que puede aprovecharse de múltiples maneras. Al dejarla secar al sol, esta parte externa se transforma en un insumo versátil con aplicaciones que van desde lo culinario hasta el cuidado personal y la limpieza del hogar. Según un estudio publicado en la revista Molecules, los aceites esenciales de mandarina presentan una actividad antioxidante significativa y propiedades antibacterianas, lo que refuerza su utilidad en diversos contextos cotidianos y convierten a las cáscaras de mandarina una herramienta económica, natural y eficaz en diferentes contextos cotidianos. Secar las cáscaras de mandarina permite reutilizarlas en infusiones, productos de limpieza y cosmética natural, sin gastos extras ni químicos agresivos - (Imagen Ilustrativa Infobae) Los 6 usos de las cáscaras de mandarinas 1. Infusión digestiva y relajante Las cáscaras secas de mandarina pueden utilizarse para preparar una infusión casera con propiedades digestivas y un leve efecto calmante. Basta con hervir algunos trozos en agua durante unos minutos para obtener una bebida de sabor cítrico y suave, libre de aditivos artificiales. Según un estudio publicado en ScienceDirect, el D-limoneno, presente en las cáscaras de mandarina, es conocido por sus efectos relajantes y digestivos, por lo cual es ideal para aliviar molestias estomacales gracias a su contenido en aceites esenciales y compuestos antiinflamatorios. 2. Aromatizante natural para ambientes Una vez secas, las cáscaras intensifican su aroma y pueden emplearse como ambientador ecológico. Colocadas en bolsitas de tela o recipientes pequeños, sirven para perfumar cajones, roperos, automóviles o cualquier espacio cerrado. También se pueden usar en difusores de calor, aportando una fragancia cítrica persistente. 3. Limpiador ecológico multiuso No solo aportan fragancia y sabor, también ayudan a evitar insectos y mejorar la digestión de forma natural y sin aditivos - (Imagen Ilustrativa Infobae) Al sumergir las cáscaras secas en vinagre blanco por varios días, se obtiene un limpiador casero con poder desinfectante. Esta preparación es eficaz para eliminar grasa, olores y bacterias en superficies de cocina y baño. Además, deja un perfume suave y natural. Se trata de una alternativa sustentable que reemplaza productos de limpieza comerciales, contribuyendo al cuidado del medioambiente y del presupuesto familiar. Según un estudio publicado en la revista American Journal of Phytomedicine, los extractos de cáscara de mandarina presentan propiedades antimicrobianas, lo que refuerza su eficacia como limpiador natural. 4. Exfoliante casero para la piel Las cáscaras deshidratadas pueden molerse hasta obtener un polvo fino que, combinado con ingredientes naturales como miel, yogur o aceite de coco, se transforma en un exfoliante corporal. Esta mezcla ayuda a remover células muertas, suaviza la piel y aporta antioxidantes naturales. Se aplica con movimientos circulares suaves y es adecuada para quienes buscan opciones de cuidado personal libres de químicos. Según un estudio publicado en International Journal of Cosmetic Science, las cáscaras de mandarina contienen compuestos fenólicos, como flavonoides y ácidos orgánicos, que tienen propiedades exfoliantes naturales que ayudan a remover células muertas, mejorando la textura de la piel y promoviendo la renovación celular. Al molerlas o infusionarlas, las cáscaras secas ofrecen soluciones caseras efectivas para el bienestar físico y el orden doméstico - (Imagen Ilustrativa Infobae) 5. Condimento cítrico para platos Molidas hasta formar un polvo, las cáscaras de mandarina pueden utilizarse en la cocina como condimento. Aportan aroma y sabor a preparaciones dulces —como budines, galletas y tortas— y también a platos salados, como carnes, salsas o arroces. Combinadas con otras especias como canela, nuez moscada o clavo de olor, son una excelente opción para potenciar sabores, especialmente en recetas otoñales e invernales. Según un estudio publicado en ScienceDirect, las cáscaras de mandarina son ricas en carbohidratos, grasas y vitaminas, lo que las hace valiosas en la preparación de golosinas, bebidas y como complemento alimenticio para animales. 6. Repelente natural Debido a sus aceites esenciales, las cáscaras de mandarina secas también actúan como repelente natural de insectos. Pueden colocarse en ventanas, rincones del hogar o dentro de cajones para mantener alejadas a moscas, mosquitos y polillas sin utilizar productos tóxicos. Este uso resulta especialmente útil en hogares con niños o mascotas, donde se priorizan soluciones más seguras. Según un estudio publicado en la revista Horticulturae, el aceite esencial de cáscara de mandarina exhibe propiedades repelentes contra Aedes aegypti, mosquito responsable de la transmisión de enfermedades como dengue, zika, fiebre amarilla y chikungunya. El secado solar potencia las propiedades naturales de esta fruta, permitiendo su conservación y uso durante todo el año - (Imagen Ilustrativa Infobae) Cómo secar al sol las cáscaras de mandarinas El secado natural al sol es un proceso simple y accesible que permite conservar las cáscaras y potenciar sus propiedades. Se recomienda seguir los siguientes pasos: Lavar bien las mandarinas antes de pelarlas, para eliminar residuos de pesticidas o suciedad. Pelar la fruta cuidadosamente y extender las cáscaras sobre una bandeja o rejilla, en un lugar con buena circulación de aire. Exponerlas directamente al sol durante al menos dos o tres días, dándolas vuelta de vez en cuando para asegurar un secado parejo. Una vez que estén completamente secas y crujientes al tacto, almacenarlas en un frasco de vidrio hermético, lejos de la humedad y la luz directa. Este método evita la aparición de moho, conserva los aceites esenciales y permite tener cáscaras disponibles para distintos usos durante todo el año. Una vez deshidratadas, las cáscaras de mandarina se transforman en ingredientes útiles para la cocina, el cuidado personal y la limpieza - (Imagen Ilustrativa Infobae) El error común al consumir mandarinas Un aspecto menos conocido, pero igualmente relevante, es la tendencia a eliminar el albedo, esa fina capa blanca que recubre los gajos de la mandarina. Muchas personas lo desechan por su textura fibrosa o su apariencia, sin saber que contiene una alta concentración de flavonoides, antioxidantes y vitamina C, incluso más que la pulpa, según un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry. Este componente también aporta fibra soluble y compuestos con propiedades antiinflamatorias, que favorecen la digestión, el sistema inmune y la salud cardiovascular. Tirarlo representa una pérdida nutricional significativa, especialmente en un contexto donde se valora cada vez más la alimentación consciente y el aprovechamiento integral de los alimentos. Además, el consumo moderado de entre dos y tres mandarinas pequeñas por día cubre las necesidades básicas de vitamina C para un adulto promedio, al tiempo que aporta potasio, magnesio, calcio, ácido fólico y fibra dietética
Ver noticia original