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Parana » Informe Digital
Fecha: 25/06/2025 04:07
Los bonos en dólares parecen emerger de un letargo que perduró durante los últimos dos meses. Ayer se experimentaron subas generalizadas y los inversores comienzan a identificar una buena oportunidad de cara al inicio del segundo semestre. Los más favorecidos en la jornada de ayer fueron aquellos en el medio de la curva (con vencimientos en 2035 y 2038), que registraron aumentos de entre 2,5% y 2,7%. Ayer fue una jornada financiera global sobresaliente gracias al acuerdo que puso fin a los bombardeos entre Irán e Israel. En Wall Street, las subas fueron del 1,5% (especialmente en el sector tecnológico) y Bitcoin volvió a cotizar por encima de los 105.000 dólares, mientras que las acciones argentinas alcanzaron incrementos de hasta el 7% en Wall Street. Habrá que ver si esta situación influye en la decisión de MSCI de mantener al mercado local como “standalone”, lo que implica que, por el momento, no se integrará al grupo considerado “fronterizo” y mucho menos “emergente”. En este contexto, no sorprende que los bonos también hayan repuntado. Sin embargo, más allá del clima financiero global favorable, que impactó positivamente en los activos más arriesgados, los bonos en dólares han vuelto a captar la atención de numerosos inversores. Varios factores se alinean para que ganen impulso en la segunda mitad del año. “Los bonos en dólares quedaron un tanto olvidados en estos últimos meses. Pero teniendo en cuenta la voluntad de pago del Gobierno y las nuevas alternativas que se están abriendo para conseguir dólares, la realidad es que están cotizando a valores muy atractivos”, indicó uno de los principales operadores de renta fija del mercado local. .responsive { width: 100%; height: auto; } Mientras tanto, el riesgo país se mantiene en niveles cercanos a los 700 puntos básicos. La expectativa es que la recuperación de las cotizaciones lo lleve a cifras más cercanas a los 500 puntos entre fines de este año y el primer trimestre de 2026. Uno de los aspectos más destacados a corto plazo es el pago de intereses y capital de los bonos dolarizados el 9 de julio. No solo representa una nueva manifestación de voluntad de pago por parte del Gobierno, sino que implica la inyección de cerca de USD 4.200 millones al mercado. Se espera que parte de esos dólares se reinviertan en más títulos, lo que podría proporcionar un impulso adicional a los precios. Además, la semana pasada, el Tesoro realizó recompras de deuda que estaba en poder del Central, lo que implica una disminución de la carga de pagos que se deberá afrontar en julio y, por supuesto, en los próximos semestres. Los inversores también observan otras variables, como la evolución de las reservas internacionales. En este sentido, el Central ha logrado acumular a través de diversas vías. Por un lado, el Gobierno cerró un repo con bancos extranjeros por USD 2.000 millones, mientras que el Tesoro emitió deuda en pesos, captando USD 1.500 millones a través del Bonte 2030. Así, el stock alcanzó los USD 40.800 millones, aunque las reservas netas son apenas positivas. El nivel de reservas del Banco Central es un dato clave, ya que es lo que determina la futura capacidad de pago del Gobierno. Las colocaciones de deuda internacional por parte de entidades como Banco Macro o Pampa Energía también representan un mecanismo de acumulación de dólares. Las elecciones legislativas, programadas para el 26 de octubre, son otro elemento clave para el mercado. Un buen resultado electoral para el Gobierno tendría un efecto positivo sobre los inversores, lo que se traduciría en un impulso adicional para los bonos. La decisión de la Corte Suprema de impedir que Cristina Kirchner sea candidata, confirmando su condena a prisión, no generó, sin embargo, un impacto significativo en las cotizaciones. También hay expectativas porque para fin de año se liberará completamente el dinero ingresado en el blanqueo del 2024. Aquellos que ingresaron más de USD 100.000 debían permanecer en el sistema financiero, sin posibilidad de retirar el dinero. Parte de esos fondos se destinó a bonos, pero será importante observar qué sucede una vez que se levanten las restricciones. Aunque existe el riesgo de un retiro parcial de esos recursos, hay quienes apuestan a que una parte se volcará a inversiones reales, especialmente del sector inmobiliario.
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