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  • Fiscales, imputados, una familia bajo sospecha y un juicio con absolución: el derrotero judicial del caso Nora Dalmasso

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 25/06/2025 02:32

    Audiencia del juicio en el que fue absuelto Marcelo Macarrón (Mario Sar) El 25 de noviembre de 2006 fue sábado. Esa semana había cerrado con un dólar vendedor en casas de cambio a 3,10 pesos. Una impresora para computadoras se ofrecía a 600 pesos. La secretaría de Comercio Interior que estaba a cargo de Guillermo Moreno publicaba en los diarios precios indicativos de los alimentos para que el consumidor “no pague de más”. La manzana roja tenía un precio mayorista de $1,40 y minorista de $1,99. En tanto la papa costaba $ 0,28 y $ 0,53, respectivamente El presidente de la Nación eran Néstor Kirchner. El gobernador de la provincia de Córdoba era José Manuel De la Sota. El técnico de Boca era Ricardo La Volpe y el de River Daniel Passarella. Aquella tarde de sábado empataron en Mataderos Chicago y Vélez 1 a 1 en una edición de uno de los tantos clásicos de barrio que tiene el fútbol argentino. Ese 25 de noviembre de 2006 fue asesinada en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, Nora Raquel Dalmasso, quien fue hallada muerta en la habitación de su hija Valentina en el barrio llamado Villa Golf, donde vivía gente de alto poder adquisitivo. La mujer había sido ahorcada. El delito de homicidio que se comete con alevosía está penado con prisión perpetua según el Código Penal de la Nación. Es decir que el culpable del asesinato de Nora Dalmasso, se enfrentaba a una pena grave, acorde con el delito cometido. Pero como se sabe no hay nadie condenado por aquel crimen que volvió a insertarse en la discusión pública luego del estreno de la miniserie documental de tres capítulos que se exhibe en Netflix titulada: “Las mil muertes de Nora Dalmasso”. Nora Dalmasso, víctima de femicidio (Netflix) La miniserie se ocupa de relatar el dolor de la familia Dalmasso- Macarrón, de cómo sufrieron el asedio periodístico y también del proceso judicial. La investigación inicial estuvo a cargo del fiscal Javier Di Santo y no comenzó de una buena manera. La escena del crimen (el dormitorio de la hija) fue contaminada. Una enorme cantidad de personas ingresó al lugar luego de que se descubriera el asesinato. Una leyenda que circuló entonces fue que un cura amigo de la familia entró a la escena del crimen y como el cuerpo de la mujer asesinada estaba desnudo, lo tapó por una cuestión de pudor. Así y todo, se pudieron tomar muestras de ADN de la habitación, la bata que usó Dalmasso y el cinturón de esa misma bata que fue utilizado para ahorcarla. La mujer había tenido relaciones sexuales consentidas y luego la habían asfixiado. No había signos de lucha, ni de un ingreso forzado al chalet donde ocurrió el crimen. Las cámaras de seguridad del barrio no funcionaban. Y el cadáver fue hallado por un vecino a quien le pidieron que ingresara a la casa porque Nora Dalmasso no contestaba los llamados. Su esposo, el médico traumatólogo, Marcelo Macarrón estaba de viaje en Punta del Este: había ido a jugar al golf con amigos. Su hija estaba de intercambio en Estados Unidos. Y su hijo Facundo Macarrón estaba en la ciudad de Córdoba a unos 210 kilómetros del lugar del crimen. El caso policial dejó de ser local y se transformó en nacional. La cobertura de los medios fue permanente. Se hablaba de infidelidad, de cuestiones de dinero, de problemas familiares de ricos y de otros asuntos que hicieron que creciera el interés por la investigación. A principios de la investigación se apuntó sin pruebas a Gastón Zárate, pintor que trabajaba junto a otros obreros en la remodelación de la casa de la familia Macarrón. Fue imputado y detenido. Y la ciudadanía de Río Cuarto marchó a los Tribunales para pedir su liberación. A aquella “pueblada” se la conoció como “El perejilazo”. Es que Zárate había alcanzado la categoría de “perejil” que se le otorga a una persona que es culpada por un crimen que no cometió. Estuvo detenido pocas horas y después de un tiempo fue desvinculado de la causa. La acción de la policía cordobesa para hallar rápido un chivo expiatorio habría sido lo que llevó a la detención. En el momento de la detención de Zárate junto a Di Santo actuaban los fiscales Fernando Moine y Marcelo Hidalgo, que fueron apartados y cuestionados por esa detención. Marcelo Macarrón y Nora Dalmasso Las muestras de ADN tomadas en la escena del crimen dieron como resultado el hallazgo de un haplotipo que corresponde a los Macarrón entre otros perfiles de ADN. Las muestras de ADN se habían enviado a analizar a Estados Unidos, bajo la supervisión del FBI para que no hubiera dudas sobre los resultados. Eso derivó en la imputación por parte de Di Santo de Facundo Macarrón. El hijo de Nora Dalmasso no estaba en Río Cuarto cuando se produjo el crimen y se lo acusó de haber discutido con su madre para luego matarla. Fue imputado en 2007 y sobreseído en 2012. La hipótesis de la fiscalía mezclaba la homosexualidad del joven con un conflicto intrafamiliar. Nunca pudo ser probada. No estuvo detenido, pero tenía algunas restricciones para sus movimientos. El sobreseimiento fue firmado por el juez de Control de Río Cuarto, Daniel Muñoz. En Córdoba rige un sistema en el que las investigaciones penales están a cargo de los fiscales con la actuación de los jueces de Control llamados en otros distritos como de Garantías. En 2015 el fiscal Di Santo se apartó de la investigación luego de ser acusado de “inacción” y en su lugar asumió Daniel Miralles. Este fiscal fue el que hizo que el caso volviera a enfocarse en un Macarrón. Imputó a Marcelo Macarrón basado en estudios de ADN y también en que durante una ventana horaria no había sido visto por nadie en Uruguay, donde el médico había estado el día del crimen. El pintor Gastón Zárate, apodado "El Perejil" por haber sido inicialmente imputado sin pruebas, cuando declaró como testigo en el juicio de 2022 (Telam) Miralles fue apartado del caso en 2017 y en su lugar asumió Luis Pizarro. Sin pruebas -tal como se demostró en el Juicio Oral y Público que se realizó en 2022- envió a juicio en 2019 a Marcelo Macarrón del delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria”. Es decir que Macarrón no había viajado de Uruguay a Río Cuarto para matar a Nora Dalmasso sino que había contratado a un sicario o a dos para que la asesinaran. El móvil era económico. El expediente tiene más de 7000 fojas y más de 30 cuerpos. El juicio tuvo 39 audiencias durante 2022 en la que declararon testigos, peritos, los hijos de la asesinada y el acusado, Marcelo Macarrón. Se realizó en la Cámara en lo Criminal, Correccional y de Acusación de Primera Nominación de la Segunda Circunscripción de Río Cuarto integrada por los jueces Daniel Antonio Vaudagna, Natacha Irina García y Gustavo José Echenique Esteve. En Córdoba funciona el sistema de juicio ante un Tribunal Técnico y un jurado popular, lo que implica que son ocho ciudadanos sorteados los que determinan si una persona es inocente o culpable. Los integrantes del jurado cuando finalizó el juicio fueron: Nancy Marina Garilans Garaya, Leticia Verónica Sánchez, María Eva Maffrand, Eugenia Elizabeth Figueroa, Hugo Daniel Gabosi, Emilio Adrián Aguilera, Jonás Ricardo Yunes y Walter Hugo Coria. La acusación estuvo a cargo del fiscal de Cámara Julio Rivero quien no halló pruebas que corroboraran la hipótesis por la cual el fiscal Pizarro había enviado a juicio a Marcelo Macarrón. En su alegato el fiscal Rivero dijo: “¿Ha quedado debidamente acreditado entonces, con el grado de certeza que este estado de proceso requiere, que Marcelo Macarrón en acuerdo criminal con otra persona, que Pizarro nunca identificó, participó del homicidio de Nora Dalmasso, contratando a un sicario? No”. Y explicó: “Realmente sería un acto de irresponsabilidad funcional, de oportunismo y de cobardía, sustentar una acusación en contra de Macarrón ni como autor material, ni como cómplice primario o partícipe necesario o como coautor de homicidio por precio o promesa remuneratoria”. El fiscal del juicio Julio Rivero pidió la absolución de Marcelo Macarrón en el juicio (Telam) Ante la falta de acusación del fiscal y la ausencia de querellante- María Delia Grassi, madre de Nora Dalmasso había dejado de serlo- Macarrón fue absuelto ese mismo día: 5 de julio de 2022. Un mes después se firmó la sentencia que reafirmaba lo sucedido cuando el fiscal no acusó al imputado. En esa sentencia se estableció que Nora Dalmasso había sido víctima de violencia de género. Cuando pasaron 15 años del crimen se produjo la prescripción del caso. De manera tal que, aunque hubiera pruebas que indiquen el asesino, no podría ser condenado. En diciembre de 2024 el nuevo fiscal del caso, Pablo Jávega, señaló que se había hallado un dato genético que colocaba a otro hombre dentro de la habitación donde fue asesinada Nora Dalmasso. El perfil de ADN hallado en el cinturón de la bata con la que fue ahorcada y también en un vello en la zona inguinal del cadáver, se corresponden con las muestras tomadas a Roberto Bárzola, quien al momento del crimen trabajaba como parquetero en la casa de los Macarrón. Bárzola, había declarado como testigo durante el juicio contra Macarrón y dijo que el día del asesinato se presentó en la casa para trabajar, no tocó timbre, espero a su jefe que no llegó y se retiró. Cuando se cometió el crimen Bárzola tenía 26 años. Mientras se discute la prescripción del caso y la posible apertura de un juicio por la verdad sigue pasando el tiempo. Entre que Nora Dalmasso fue asesinada y Macarrón fue absuelto transcurrieron 5701 días. Y el femicidio sigue impune.

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