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  • “La logística no se terceriza”, afirmó Jorge Metz ante el desmantelamiento de la Marina Mercante

    » Jackemate

    Fecha: 24/06/2025 23:45

    Comparte este Articulo... Fue presidente del Puerto de La Plata, subsecretario de Puertos y Vías Navegables durante el macrismo y ocupó cargos clave en la Marina Mercante argentina desde los años 70. A lo largo de medio siglo vinculado al mar —en roles técnicos, políticos y gremiales—, Jorge Metz conoció de cerca el auge y el retroceso de la flota nacional. Hoy, cuando el Gobierno de Javier Milei elimina por decreto el régimen de marina mercante, Metz no guarda silencios. Tampoco disimula la bronca. Dice que lo que se está firmando no es solo un decreto, sino una “segunda acta de sepultura”. Y que, sin flota, no hay soberanía ni inserción internacional posible. ¿Cómo vivió usted la época dorada de la marina mercante argentina? “No sé si se puede decir que me tocó vivir una época dorada porque nuestros inicios fueron en los años 70, cuando existía enarbolado el pabellón nacional en los buques mercantes. Pero mientras Estados Unidos rechazaba su participación en los fletes conferenciados, debíamos competir abiertamente con las marinas mercantes del mundo en el costo de los fletes. «Imaginemos que en esa década y la siguiente pasamos de contener por buque cerca de 100 tripulantes, lo que impactaba en los costos. Los astilleros nacionales construían buques a casi 200 millones de dólares por unidad. Además, la provisión de víveres era con productos premium: la gran mayoría de nosotros aprendimos a comer bien a bordo. «Pero esto duró muy poco… Era la transición hacia buques semicontenerizados, algunos con espacio para pasajeros. Recuerdo la línea al Mediterráneo, con estadías de hasta una semana por puerto. Si eso fue la época dorada, yo afirmo que era una época de turismo financiado por trabajo”. ¿Cuál fue, en su opinión, el punto de inflexión que marcó el declive? “Las corporaciones del trabajo gremial y empresarias no estuvieron a la altura. Nos terminamos comiendo nuestro capital. Todos voraces, perversos, populistas, autoritarios, farsantes y charlatanes que nos llevaron al presente colapso. No se pueden excluir a los políticos ni al Estado”. El Gobierno actual argumenta que la flota ya no existe. ¿Tiene sentido, entonces, seguir defendiéndola? “Está a la vista. Ahora, si no entendemos nuestro diagnóstico, difícilmente tengamos solución. El 1772/92 fue el acta de sepultura inicial, aunque no del patrimonio de los gremios, que siguieron creciendo económicamente gracias a las obras sociales. “Mientras los trabajadores cambiaban beneficios por un sándwich de milanesa, los gremios crecían en hoteles y balances positivos. Ahora, con el acta de sepultura del 340/25, todos se acuerdan de la soberanía… pero hace no mucho, nos traicionaron. Quisieron refundar la marina mercante con el acto “ballena viva” en lugar de Vaca Muerta. “El Ministerio de Trabajo fue el gran estafador. Muchos leerán esto y recordarán bien esa lista de estafadores”. ¿Por qué es importante tener una flota propia si igual se pueden contratar barcos extranjeros? “No tengo claro por qué deberíamos tener una flota propia si antes no reconocemos los errores y a los personajes responsables. Solo entonces podremos estar juntos por la reparación de nuestra Marina Mercante. El resto es sarasa”. ¿Qué países mira usted como ejemplo de equilibrio entre apertura y soberanía marítima? “Estamos hablando de microeconomía, que no figura en el radar del gobierno actual. Los países que definen el rumbo global también parecen ir por caminos equivocados. Hablar de apertura y soberanía marítima después de una bomba atómica es como estar mirando mucha televisión. “Y ahora aparecen los bienaventurados que promueven una marina mercante aliada a la OTAN, sin entender que el sistema MARAD americano ya tiene asignado el rol logístico de cientos de buques. “Nuestra flota no tiene autonomía ni diseño para posicionarse fuera del país. Ni siquiera pudimos reemplazar al Bahía Paraíso. Hay que decirle a la OTAN que espere tranquilo… todavía estamos buscando la brújula. Si empiezan sin nosotros, que arranquen nomás”. ¿Se puede reconstruir una flota sin caer en subsidios eternos? “Algunos países lo están haciendo. ¿Por qué nosotros no?” ¿Qué sintió cuando se firmó el decreto que eliminó la marina mercante? “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Si pudiera dejarle un mensaje a un joven cadete naval, ¿qué le diría sobre el futuro del mar argentino? “Que la verdad es esta: hay un déficit mundial de marinos y nuestras escuelas —la Nacional de Náutica, la Fluvial y la de Pesca— siguen siendo de primer nivel. Solo falta decisión política. Si la tenemos, vamos a poder instruir a los marinos del mundo”. (Jackemate.com) Fuente: Redacción Confluenciaportuaria.com.ar

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