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  • Netanyahu evalúa adelantar las elecciones tras la guerra con Irán

    » Radio Sudamericana

    Fecha: 24/06/2025 20:13

    Martes 24 de Junio de 2025 - Actualizada a las: 17:16hs. del 24-06-2025 TENSIÓN EN MEDIO ORIENTE El primer ministro israelí quiere aprovechar el apoyo al exitoso ataque contra el poderío nuclear iraní. Busca normalizar las relaciones con Arabia Saudita y evitar la creación de un Estado palestino. Impulsado por una recuperación en su imagen pública luego del sorpresivo ataque israelí contra las instalaciones nucleares iraníes, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, analiza seriamente convocar a elecciones anticipadas para fortalecer a su partido Likud en el Parlamento y reducir la dependencia de sus aliados ultraortodoxos, cuyas exigencias internas vienen generando tensiones en la coalición gobernante. La guerra en Gaza continúa dejando heridas abiertas en el gobierno israelí, que aún enfrenta la presión de familiares de rehenes retenidos por Hamas, la crítica internacional por el alto número de víctimas civiles y los costos humanos del conflicto. Sin embargo, el reciente accionar militar contra Irán —considerado un golpe certero al corazón del programa nuclear de los ayatolás— provocó un giro en el humor social que podría beneficiar políticamente al veterano mandatario. Ventana política tras la ofensiva contra Irán Según informó el Canal 12 de Israel, varios allegados al jefe de gobierno lo alientan a aprovechar el “momento” que le ofrece la coyuntura geopolítica, sumada al frágil alto el fuego alcanzado con Irán bajo el impulso del expresidente estadounidense Donald Trump. Si bien las elecciones generales están previstas para octubre de 2026, un llamado anticipado a las urnas podría concretarse si se logra sostener la tregua y mejorar las condiciones internas. En el nuevo escenario, Netanyahu buscaría presentarse ante el electorado con dos ejes clave: consolidar un histórico acuerdo de reconocimiento mutuo con Arabia Saudita, principal rival de Irán en la región, y reforzar su postura contraria a la creación de un Estado palestino. Esta plataforma podría garantizarle el apoyo de sectores conservadores y nacionalistas que ven en el premier un símbolo de firmeza ante los enemigos históricos de Israel. Ascenso electoral y tensiones en la coalición Una reciente encuesta del Canal 13 le otorga al Likud 27 escaños —tres más que en la actualidad—, lo que convertiría al partido en la primera minoría de la Knesset. Aunque aún no alcanzaría los 61 votos necesarios para formar gobierno sin alianzas, esa leve alza podría permitirle reorganizar su coalición con socios más alineados y menos conflictivos. Desde hace meses, Netanyahu enfrenta una dura interna con sus aliados de la extrema derecha ortodoxa, especialmente en torno a la nueva ley que busca obligar a los estudiantes heredíes (ultraortodoxos) a cumplir con el servicio militar, algo de lo que históricamente estuvieron eximidos. El Tribunal Supremo ya se pronunció a favor del reclutamiento universal, lo que agudizó el choque con los partidos religiosos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, que amenazan con abandonar la coalición si la medida avanza. A su vez, el oficialismo enfrenta dificultades para aprobar el presupuesto nacional en medio de una crisis financiera agravada por el conflicto bélico. Para Netanyahu, fortalecer al Likud en una nueva elección no solo implicaría ganar margen legislativo, sino también intentar avanzar con reformas pendientes sin estar atado a las imposiciones de los partidos religiosos. El factor Trump y la promesa saudita La ofensiva israelí contra Irán fue seguida de cerca por Estados Unidos, y se concretó en coordinación con Trump, quien ya anticipó su intención de volver al poder en las elecciones presidenciales de noviembre. Según fuentes diplomáticas, el expresidente norteamericano presionó para alcanzar un cese del fuego entre Teherán y Jerusalén, con la intención de presentar el acuerdo como un logro de su estrategia internacional. Netanyahu, por su parte, mantiene el objetivo de reactivar el diálogo con Arabia Saudita, que había avanzado hacia un pacto de reconocimiento mutuo con Israel antes del ataque de Hamas en octubre de 2023. Para muchos analistas, ese ataque fue promovido por Irán justamente para frustrar el acuerdo entre los dos países enemigos de su órbita de poder. Hoy, con el clima bélico en aparente pausa, el primer ministro israelí quiere reflotar la iniciativa diplomática y usarla como plataforma electoral. Sin embargo, no todos en el escenario político comparten esta estrategia. Críticas desde la oposición Darío Teitelbaum, secretario general de la Unión Mundial de Meretz —uno de los partidos tradicionales de la izquierda israelí—, expresó su preocupación por el uso electoral de los conflictos armados. “Las dinámicas de conflicto muchas veces consolidan liderazgos desde la lógica del miedo y no desde una visión de futuro compartido”, declaró en diálogo con TN. “Si se concreta un cese del fuego, debería ser entendido no como una oportunidad para capitalizar políticamente, sino como un momento de inflexión. Israel no necesita más ciclos de confrontación usados como plataforma electoral. Necesita una transformación profunda en su liderazgo político y ético”, sentenció Teitelbaum. Desde Meretz, afirman que solo una conducción comprometida con la paz, la justicia social y la reconstrucción democrática podrá encaminar a Israel hacia una salida duradera al conflicto. No obstante, por ahora, el tablero político parece inclinarse una vez más hacia la figura de Netanyahu, quien se prepara para una nueva batalla, esta vez en las urnas.

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