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Concordia » El Heraldo
Fecha: 24/06/2025 14:42
En un almuerzo de camaradería celebrado en Paraná por el Día de la Bandera, el Frente Radical Independiente (FRI) volvió a expresar su respaldo incondicional al gobierno de Rogelio Frigerio. Con más gestos simbólicos que sustancia política, el espacio liderado por Roberto Sabbioni se mostró cohesionado alrededor de un proyecto de gestión que —según señalaron— “también es nuestro gobierno”. El encuentro se realizó el viernes 20 en el Club de Pescadores, con la presencia del diputado nacional Atilio Benedetti, dirigentes del Comité Provincial y referentes capitalinos y seccionales de la UCR. Sabbioni, ausente del gobierno por razones de salud, no ocultó su identificación total con el actual mandatario y reafirmó que “el FRI estará golpeando puertas y explicando lo que se está haciendo”. Sin embargo, lo que en apariencia fue una postal de unidad y respaldo, deja expuesto el vacío estructural de un radicalismo entrerriano que se ha resignado a jugar de furgón de cola del PRO. Un PRO que —vale recordar— no tiene estructura partidaria real en la provincia desde que se desarticuló tras la salida de Mandy Saliva y cuya convención en Gualeguaychú terminó con el espacio hecho trizas. El alineamiento sin cuestionamientos al gobernador responde, en buena medida, a la necesidad de Benedetti de preservar su propio lugar en el Congreso, sin exigirle nada a un partido que no existe orgánicamente. El radicalismo que debería disputar poder y construir alternativas, se limita a sostener un statu quo funcional a unos pocos nombres. Y peor aún: no promueve el ingreso de nuevas generaciones, dejando afuera a jóvenes radicales que observan cómo el partido centenario se diluye detrás de una entelequia llamada PRO. El “FRI”, sigla que evoca calor militante, hoy parece aludir más a la friolera que le corre por las venas a quienes no se atreven a discutirle nada a Frigerio. Un radicalismo frío, cómodo, que ha cambiado los ideales reformistas por la conveniencia de un lugar en la mesa. Aunque esa mesa, cada día, parezca más chica.
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