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  • Documentos exclusivos: la pelea judicial por el testamento de Beatriz Sarlo y la pericia clave

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 24/06/2025 14:38

    Beatriz Sarlo en su departamento, hoy objeto de disputa Beatriz Ercilia Sarlo Sabajanes, una de las intelectuales que definió a la vida política y cultural argentina, una figura clave para la vida argentina del pensamiento, falleció el 17 de diciembre pasado. Una insuficiencia respiratoria fue la causa marcada en su certificado de muerte, validado por los registros del Gobierno de la Ciudad. El 2 de agosto de ese mismo año, al menos según Melanio Alberto Meza, su portero en su departamento de la calle Hidalgo al 140, Sarlo firmó su aparente testamento. Y Meza, tras su muerte, lo presentó ante la Justicia, en el Juzgado Civil N°91, donde tramita su sucesión. El supuesto testamento decía: “Alberto Meza, quedás a cargo de mi departamento después de mi muerte, y también quedás a cargo de mi gata Niní, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo”. Luego, firmó, si es que firmó Sarlo realmente, con su clásico bucle: “Beatriz Sarlo”. El portero, presentó, también, otro papel. Según esa carta, un poco ajada, arrugada, como mal dormida en un cajón, Sarlo le anticipó al portero Meliano que, “en caso de un accidente”, sería el guardián de la gata Niní. Sin embargo, Sarlo, según descubriría la Justicia meses más tarde, jamás pasó por un escribano para declarar el reparto de sus bienes y su última voluntad. Hoy, esos papeles, convertidos en parte de la sucesión de Sarlo, se convierten en un problema. Meza y Alberto Sato, ex pareja de la escritora, con quien se casó en 1966, se enfrentan con sus abogados desde febrero último, constituidos como peticionantes en la sucesión del Juzgado N°91 con sus respectivos reclamos para que estos presuntos documentos sean considerados como válidos, o desechado a la basura de los tribunales. Resolver este conflicto, tal vez, requiera un poco de ciencia. Las cartas, según pudo confirmar este medio, serán analizadas por una perito caligráfica pública para determinar su validez. Parte del escrito presentado En el expediente, las cartas fueron catalogadas como “un testamento ológrafo”, es decir, escrito a mano por el testador, sin un escribano que lo convalide y sin testigos. A la luz de la ley argentina, puede ser considerado válido, pero es una pelea cuesta arriba. El Juzgado N°91, rápidamente, libró un oficio al Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires. Semanas atrás, el Colegio certificó que, efectivamente, Sarlo nunca rubricó su testamento, al menos según sus registros. El departamento de la calle Hidalgo no es el único bien registrado de la escritora. De acuerdo a documentos de la sucesión presentados por Sato y relevados por Infobae, también se detallan un departamento en la calle Talcahuano, una segunda unidad en Hidalgo 140 y una caja de ahorro en pesos. El certificado del Colegio de Escribanos que indica que no se registró un testamento de Sarlo Sato, a comienzos de año, luego de la maniobra del portero Meza, pidió al Juzgado N°91 que la presunta carta de Sarlo sea desechada. La letra del texto era el problema. “Entiendo que se trata de un acto de confusión -para no pensar en un acto de temeridad-. Supongo que terminar de ‘hacerse cargo’ importa un acto de disposición no resiste mayor análisis”, aseguró. “No importa un testamento porque no hay institución de herederos y no hay institución de legados”. También, pidió que se haga un inventario completo de los objetos en los departamentos de Sarlo: libros, discos, muebles, etcétera. El punto es válido: lo que dijo Sarlo es, al menos, crepuscular. La queja planteada por su ex marido, Alberto Sato El Juzgado N°91, en cambio, echó a Sarlo de la sucesión. El 24 de abril último, el juez del caso razonó que “en virtud de los argumentos expuestos por el peticionante Meza López y lo dictaminado por el señor fiscal, teniendo en cuenta que era de público conocimiento que la causante de autos se encontraba separada de hecho sin voluntad de volver a unirse con su cónyuge, entiendo que corresponde acceder a lo solicitado, excluyendo al señor Sato del derecho hereditario en las presentes“. Sato, por su parte, realizó la reserva federal del caso para apelar la decisión. En las últimas semanas, la perito caligráfica designada recibió la supuesta nota de Sarlo, así como una serie de muestras de escritura indubitable: los documentos y pasaportes de Sarlo, así como dedicatorias firmadas en sus libros. El expediente, mientras tanto, fue remitido a la fiscalía de cámara.

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