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  • La leyenda de Butch Cassidy y Sundance Kid: las andanzas en Argentina de los pistoleros más buscados de Estados Unidos

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 24/06/2025 04:52

    Su foto más famosa: Sentados, Sundance Kid, Ben Kilpatrick y Butch Cassidy; parados, Will Carver y Harvey Logan Una imagen los condenó. Sintiéndose impunes, intocables, no tuvieron mejor idea que ir a un estudio fotográfico, con sus mejores ropas, para tomarse una instantánea. Fue en Fort Worth, Texas y el grupo de cinco hombres, tres sentados y dos parados, era la banda de asaltantes más buscada en los Estados Unidos. Como una ocurrencia, se la enviaron al gerente del banco que acababan de robar. No calcularon que las autoridades por fin disponían así del más perfecto identikit de Robert Leroy Parker, alias Butch Cassidy; Harry Longabough –Sundance Kid- Ben Kilpatrick, conocido como Texano Alto; Will Carver y Harvey Logan, que se hacía llamar Kid Curry, el elenco estable de la llamada “Pandilla Salvaje”. La agencia de detectives Pinkerton, que hacía tiempo estaba tras sus pasos, supieron dos años después que Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta o Ethel Place, tal vez una maestra o una prostituta, habían dejado el país y llegaron al puerto de Buenos Aires lo más desapercibidos posible, en un carguero británico el 20 de febrero de 1901. Vivos o muertos: los avisos de buscados del dúo de delincuentes Se alojaron en el Hotel Europa, fueron recibidos por George Newbery, cónsul honorario de Estados Unidos, quien les habría facilitado su radicación en el sur, ya que este funcionario, que era dentista y tío de Jorge Newbery, propiciaba el establecimiento de una colonia de estadounidenses en la Patagonia. El 23 de marzo depositaron treinta mil dólares en el banco, “un tío murió y dejó 30 mil dólares a esta pequeña familia de tres miembros”, escribió Butch Cassidy, que en realidad era el botín del asalto a un banco de Winnemucca en Nevada del 10 de septiembre de 1900, donde se alzaron con una generosa bolsa repleta de monedas de oro. Ese sería su último golpe en los Estados Unidos. Compraron cuatro leguas cuadradas de tierras en Cholila, Chubut, y se dedicaron a la cría de animales que vendían a los chilenos. Era un trío que se hacía notar: Butch era muy pintón y la mujer, una diosa de los que todos quedaban prendados y Sundance Kid era el introvertido. La cabaña donde los norteamericanos vivieron en Cholila (Prensa Esquel) El nombre real de Butch era Robert Leroy Parker, entonces de 35 años; hijo de mormones, nacido en una granja en Circleville, en Utah, excelente domador de caballos y un apasionado de estos animales. En 1886 fue condenado a dos años de prisión en Wyoming por el robo de un caballo, en que aparentemente era inocente. Al recuperar la libertad, se convirtió en ladrón. Sundance era Henry Longabaugh, de 34, oriundo de Pensilvania, famoso por su velocidad y puntería al disparar. Había estado un año y medio preso en la cárcel de Sundance, de donde tomó el alias. Ambos se asociaron y, como se escondían en una cueva en una montaña, su banda se llamó “El agujero en la pared”. El primer golpe de Butch fue el 24 de junio de 1889 cuando robó veinte mil dólares de un banco, y de ahí en más no paró. Frecuentando los sitios donde solían ocultarse los que vivían al margen de la ley, conoció a Sundance Kid y a los otros miembros de lo que sería su banda. Interior del Banco de Tarapacá, asaltado en 1905 (arriba) y el hotel donde se alojó la Pandilla Salvaje en Río Gallegos (abajo) La mujer era la pareja de Sundance Kid, que habría nacido en Denver, que en sus comienzos habría sido maestra, pero que después fue conocida por ejercer la prostitución. Tenía unos 22 años, usaba pelo corto, vestía como hombre y sabía disparar. A comienzos de 1901 el trío había arribado a Buenos Aires y en junio ya estaban en Chubut. La tierra no les resultó ajena, especialmente por los vecinos, muchos de ellos galeses, que hacía unos cuarenta años atrás habían comenzado a asentarse. Se quedaron en Cholila, un pueblito cordillerano en el que vivían catorce familias. Rodeado de bosques y lagos, el lugar cautivó al trío. Levantaron una cabaña de troncos, con cuatro cuartos, establo, granero y gallinero y les dificultaba comunicarse con los lugareños. Los testigos que los conocieron señalaron que Butch era un hombre simpático que se lamentaba no poder sostener una conversación fluida en español. Para él, el país era de “primera clase”. Un año después de haber llegado, Sundance y Ethel partieron a Puerto Madryn, tomaron un barco a Buenos Aires y de allí se dirigieron a Nueva York. La mujer iba a tratarse de una enfermedad venérea aunque otros aseguran que estaba embarazada. Regresaron a Argentina un año después. Los tres vivieron en la Patagonia hasta 1905 gracias a otros norteamericanos que los protegían, como Bob Evans y William Wilson, quienes tuvieron muertes trágicas en enfrentamientos con la ley. Pero bajo el barniz de estancieros gringos, parece que no habían olvidado o extrañaban la vida al margen de la ley. Sundance Kid y Etta Place, la mujer cuya belleza cautivaba a todos En febrero de 1905 asaltaron el Banco de Tarapacá y Argentino Limitado, en Río Gallegos. A fines del año anterior habían llegado a la capital de Santa Cruz, donde se presentaron como Brady y Lindem, socios de una empresa ganadera de Río Negro. Dijeron tener la intención de adquirir tierras, y esperaban un giro que se les haría desde Londres. Mientras tanto, ellos depositaron en ese banco unos siete mil pesos. Se hospedaron en el Hotel El Argentino, iban a las tertulias en el Club El Progreso y tomaban algo en Café Farina, y así se hicieron populares en una sociedad en la que todos se conocían. El 14 de febrero de 1905 asaltaron el banco. El subgerente Arturo Bishop y el cajero Alexander Makerrow, los dos únicos empleados presentes, fueron reducidos por dos hombres armados. Uno de ellos saltó el mostrador, abrió la caja fuerte y en una bolsa guardó el dinero, mientras Butch estaba parado sobre el mostrador encañonando a los dos hombres. Escaparon a caballo y nunca las autoridades se pusieron de acuerdo sobre el monto que se llevaron. En diciembre de 1905 robaron la sucursal del Banco de la Nación de Villa Mercedes, en San Luis. Por ese entonces la ciudad contaba con unos quince mil habitantes y era un importante centro comercial de carretas repletas de mercaderías que iban o venían a Córdoba y La Pampa. A las 10:40 del 19 de diciembre, cuatro individuos, que en la ciudad todos los reconocían como estancieros ingleses, ingresaron al banco vestidos como vaqueros. Dos de ellos quedaron vigilando la puerta y tres entraron. Con la indicación de “manos arriba”, golpearon al tesorero y a un cliente. Amenazando al gerente Federico Hartlieb, tomaron todo lo que estaba a su alcance, como libras esterlinas, dólares, monedas, aunque no vieron un manojo de billetes. La hija de 15 años del gerente le alcanzó un revólver al padre, quien estaba en el piso debido a un culatazo que le habían pegado en la cabeza. Parapetado detrás del mostrador, disparó, y los asaltantes respondieron. En la calle montaron en caballos y partieron al galope disparando. En la comisaría, distante dos cuadras, al escuchar los disparos, pensaron que se había desatado una revolución, cerraron puertas y ventanas esperando lo peor. Cuando cayeron en la cuenta de lo que había sucedido, los asaltantes ya estaban muy lejos. Robert Redford y Paul Newman dieron vida al dúo de pistoleros en una película estrenada en 1969 En 1906 al trío lo ubicaron en Chile y Sundance Kid volvió a Chubut a cerrar una venta de caballos. Hizo correr la voz de que Butch iba camino a Bolivia y que Ethel estaba en California. Hace tiempo que los hombres de la agencia Pinkerton sospechaban que los prófugos estaban en alguna parte de la Patagonia argentina. En 1907 vendieron la cabaña de Cholila a un vecino llamado Duarte. En Bolivia realizaron un par de golpes y en 1908 la versión oficial sostenía que fueron muertos en un tiroteo en el pueblo de San Vicente. Sepultados el 7 de noviembre de ese año en el cementerio local, sus restos habrían sido identificados en 1992. Pero otros los dan por muertos en París; acribillados cuando intentaban cruzar a Chile; asesinados en una pelea en un burdel; muertos por la policía en Uruguay o muriendo de ancianos en Estados Unidos. La mujer habría vuelto a Estados Unidos, donde tuvo una hija que siguió la profesión de la madre. De todas formas, investigadores sostienen que el dúo de pistoleros terminó sus correrías en Bolivia en 1908. Ellos tenían amigos en la Patagonia con quienes se carteaban, y las misivas se interrumpieron para siempre justo en la fecha que coincide con el tiroteo en ese país. En 1969 Paul Newman, Robert Redford y Katharine Ross recrearon en la pantalla grande una historia un tanto edulcorada, que se llevó cuatro Oscars. En definitiva, las versiones sobre ellos se acumulan, se entrecruzan y se contradicen, y solo ayudan a alimentar una historia que convirtió en leyenda el paso de estos pistoleros del lejano oeste, por la tierra argentina, bien al estilo Hollywood, a puro galope y a los tiros.

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