22/06/2025 19:15
22/06/2025 19:06
22/06/2025 19:06
22/06/2025 19:05
22/06/2025 19:05
22/06/2025 19:05
22/06/2025 19:04
22/06/2025 19:04
22/06/2025 19:04
22/06/2025 19:03
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/06/2025 14:31
Adriana Suárez Un horror indescriptible. Esa frase puede resumir a la perfección el sometimiento que padeció César Rodas, el artista Callejero que fue asesinado, descuartizado y asado en una vivienda de Guaymallén, en Mendoza, donde alquilaba un cuarto. La principal sospechosa del espantoso crimen es Adriana Suárez, una mujer con prisión domiciliaria y madre de cinco menores con quienes convivía en la casa donde se cometió el brutal homicidio. A días de la detención de Suárez y su pareja, Marcelo “El Porteño” Altamirano, se conocen algunos detalles del bestial ataque descubierto el miércoles pasado. Rodas fue golpeado durante cinco horas. En ese tiempo, sufrió dolorosas torturas hasta que murió, indicó el diario UNO. Luego, los presuntos autores lo descuartizaron y asaron parte del cuerpo para hacerlo desaparecer, según deducen los investigadores. Otra parte se la comieron los perros de la casa. Suárez tenía prisión domiciliaria De acuerdo al diario local, los imputados consumieron drogas y alcohol durante casi todo el día mientras cometían el crimen en la propiedad ubicada en la calle Adolfo Calle al 1978, donde Suárez cumplía prisión domiciliaria desde mayo del 2020 por un robo agravado cometido en el 2019 junto a su ex pareja, y padre de sus cinco hijas. Los investigadores determinaron que las nenas de 6, 9, 11, 13 y 15 años no presenciaron la totalidad del crimen, ya que entraron y salieron varias veces de la vivienda. Aunque, una de ellas sí habría estado en la escena principal y es considerada como testigo clave del crimen. La mujer de 40 años y su pareja, de 35 años, fueron imputados por la fiscal Andrea Lazo por homicidio agravado por haber sido cometido con ensañamiento, lo que prevé una pena a prisión perpetua. Fuentes del caso indicaron a Infobae que buscan a una persona que habría actuado como partícipe necesario. Las menores quedaron internadas y a cargo del Programa Provincial de Maltrato Infantil. Detalles perturbadores Los investigadores pudieron reconstruir que, tras una discusión verbal, Rodas recibió en los pies el primer golpe con mucha violencia. Uno detalló que se realizó con una pala de jardín. Cayó al suelo y detrás se sucedieron una serie de golpes y vejaciones salvajes. A Rodas lo torturaron durante cinco horas. Le pegaron con una manopla, con la pata maciza de madera de una cama y con una pala, hasta matarlo. “La causa de muerte no se ha podido determinar. Suponemos que se desvaneció por los golpes. El cuerpo está, literalmente, dividido”, indicó una fuente del caso a este medio sin todavía poder digerir el horror. Durante el martirio de la víctima, lo habrían sometido con una botella de cerveza que fue secuestrada. Al mismo tiempo, el diario mendocino puntualizó que Rodas fue obligado a leer fragmentos de una Biblia mientras lo golpeaban, según pudieron reconstruir a través de testimonios. El ejemplar manchado de sangre fue incautado junto a otros elementos. Lo que siguió a la muerte fue más barbarie: Suárez y su pareja metieron el cuerpo de la víctima bajo la cama en la que durmieron, y al día siguiente -el miércoles- comenzaron a desmembrarlo. Cerca de las seis de la tarde empezaron a quemarlo. A raíz de esa acción, de la casa comenzó a salir un espeso humo blanco que inundó el barrio de un olor acre. En algún momento del miércoles, Valeria le habría enviado un mensaje con una foto de partes del cadáver a su ex pareja. Esa comunicación originó el llamado al 911 y el posterior hallazgo. Al ingresar, la Policía encontró parte del torso de Rodas dentro de un hogar donde intentaron prenderle fuego. La cabeza estaba aparte, dentro de una bolsa plástica.
Ver noticia original