Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Dillom antes de Vélez: "Juego bien bajo presión: me agranda, me estimula y me divierte"

    » La Capital

    Fecha: 22/06/2025 14:07

    El 11 de septiembre próximo, el músico argentino dará su primer show en un estadio, el cual se destaca también por la llegada de una producción independiente a una cancha de fútbol. En la previa a la gran cita, el artista habló con La Capital El barrio porteño de Nueva Pompeya, en provincia de Buenos Aires, se instaló hacia finales del siglo XIX como un suburbio de jornaleros, albañiles y carreros, recibiendo un importante flujo inmigratorio. Una de las primeras fábricas destacadas del barrio fue la curtiembre Luppi, instalada sobre unos terrenos que alcanzaban la calle Esquiú. Esa misma familia fue la que fundó el Colegio Luppi, aquel espacio educativo que refugió como pupilo al poeta Homero Manzi , cuando recaló con su familia en Pompeya desde su Santiago del Estero natal. Años después inmortalizaría el barrio en el tango Sur. El edificio donde funcionó la curtiembre hoy sigue en pie y se utiliza para diferentes eventos. Allí convoca Dillom , uno de los artistas argentinos del momento, a La Capital para dialogar en un mano a mano sobre su llegada a los estadios, luego de patear muchos años en el under de todo el país. El 11 de septiembre próximo llevará su gira "Por Cesárea: irreversible" a la cancha de Vélez. El día pautado para la entrevista, presenta una escenografía natural que va de la mano con la sensación que deja esa fábrica abandonada: llueve, hace frío, está todo muy lúgubre en el sur de Buenos Aires. Entre los colores del espacio se destacan el marrón del acero corroído, el gris de las paredes gastadas y el negro de todo lo demás. Dos gatos (uno parecido a Chatrán, el otro más convencional) juegan, sin maullar, tratando de manotear las gotas que estallan en el piso cayendo desde una de las tantas goteras que dejan al descubierto las grietas de los techos de chapa. El contexto va de la mano con la narrativa de Dillom: tejido urbano, drama, melancolía, comedia tenebrosa, fisuras, ansiedad, y también alegría. Embed - Dillom antes de Vélez: "Juego bien bajo presión: me agranda, me estimula y me divierte" >> Leer más: Dillom en Rosario: el exorcismo es colectivo Junto al equipo de Bohemian Groove, el sello discográfico que fundó con amigos, el músico dio todos los pasos para conseguir un crecimiento artístico independiente. Desde lo pequeño a lo mayúsculo. Por supuesto que existen antecedentes de otros artistas independientes que fueron del barrio a los estadios (Los Redondos son el caso más paradigmático), pero hace rato no pasaba, y mucho menos en un contexto donde las pautas de consumo lideradas por grandes empresas digitan todo tipo de algoritmo. “Tiene un agregado gigante eso, no solo para mí, sino para todos. Somos muy conscientes de lo difícil que es y todo el trabajo que lleva. Las cosas conseguidas de esa forma tienen el doble de gratificación”, afirma Dillom. ¿Pensaste que ibas a ser un artista popular? La verdad que no. Desde mi inicio apunté a un nicho, o siempre fui consciente de que la música que quería hacer por ahí no era lo más radio friendly, o lo que sea. Y la verdad que nunca esperé esto, ganar esta popularidad. Creo que por ahí estamos en un momento histórico, dónde también hay nichos gigantes, todo es medio un nicho. Entonces, eso también termina llevando de alguna forma a que sea una especie de nicho, o no, pero hay un movimiento de gente que se termina volviendo muy grande. Ya te venía yendo bien, pero con “Por cesárea” la repercusión fue inmediata. ¿Pensaste que llegabas a un estadio con este disco? No sé si pensaba, pero estaba en mi cabeza: “Bueno, puede pasar”. También venimos haciendo bastantes shows, hace un tiempo que vienen yendo bien. Con el disco anterior incluso terminamos cerrando con un Movistar Arena. Entonces, a partir de ahí, uno puede empezar a sospechar: “Che, quizás no estamos tan lejos del estadio, quizás está más cerca de lo que pensamos”. Y nos lo terminó confirmando toda la gira de este disco, que hicimos muchos shows, por suerte nos fue muy bien en todos: los dos Movistar Arena, los dos Luna Park. Todo agotado. Ahí es cuando decís: “Bueno, parece que estoy para dar el salto”. Ahora tenemos por delante lograr que toda esta narrativa, toda esta historia que venimos contando con el disco y toda esa maquinaria que tiene el show en vivo, ponerla en función de un lugar que es a cielo abierto, que es más del doble de grande de lo de todo lo que venimos haciendo. Ahí es donde va a estar la joda de conseguir las herramientas para llevar bien a cabo la propuesta, y que al final del día transmita todo lo que queremos transmitir, que para mí es lo más importante de todo, poder brindar esa experiencia >> Leer más: Lali y Dillom estrenaron "33": un pop/rock provocativo lleno de significados Hablando de la narrativa, cuando salió “Por Cesárea”, la misma semana salió un disco de otro artista contemporáneo a vos. Me tocó reseñar los dos discos, y el otro hablaba de una persona que tenía problemas de amores y se iba de viaje a Europa a olvidarse. (Risas) no sé de quién estás hablando... No vale la pena mencionarlo. A lo que voy es, dos personas contemporáneas con casi la misma edad, que posiblemente compartan público, hablan de dos cosas muy diferentes. ¿Por qué? Hay dos cosas ahí. Por un lado, se me ocurre que la inspiración es algo que aparece y que quizás a veces no tiene ni siquiera un por qué. Es “se me ocurrió esto”, o “tengo ganas de contar esto”. Por otro lado, siempre trato de tener una conciencia del momento sociocultural que está pasando y saber leerlo. Es muy importante a la hora de sacar música. También esta cuestión del timing. Porque no está bueno llegar tarde ni llegar muy antes, es un equilibrio difícil, y también es un poco hacer futurología. Porque uno arranca un disco y recién por ahí lo saca a los dos años. Entonces, un poco tenés que adivinar en qué va a andar todo, porque por ahí estás haciendo el disco y lo que está pegando con toda es, qué sé yo, el reggaetón. Estás dos años haciendo, bah, no sé si estás dos años haciendo un disco de reggaetón (risas), por ahí sí, sin ninguna ofensa. Y por ahí en dos años cambia, se da vuelta la tortilla y te lo metes en el orto, puede pasar. O sea, es un poco de las dos cosas, de poder saber leer y quizás un poco de suerte también. En 2021, en una nota que hicimos para este mismo medio, te planteaba que todo te estaba pasando rápido. Tu respuesta fue que ya te sentías viejo y estabas aburrido. Pasaron cuatro años y vas a tocar en un estadio, y no parecés nada aburrido. Todo el tiempo me pasa. La verdad es que ahora me siento más joven que nunca. Estoy un poco más amigado con esa idea, también porque estoy muy ocupado y me están pasando cosas buenas. Ya me agarrará algún otro bache, pero estoy disfrutando mucho. Estoy haciendo un montón de cosas que tenía ganas de hacer, cumpliendo logros que no sé si nunca imaginé, pero que por ahí uno veía muy distantes y tenerlos acá enfrente y poder disfrutarlos, porque no es solo tener los logros, sino también decir: “Che, estoy disfrutando esto que me está pasando”. Nada, me hace sentir muy bien. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de DILLOM (@rip.dillom) >> Leer más: Superman llega a Argentina en su nuevo cómic: la referencia oculta a Dillom ¿Te agranda la presión? En el sentido de que todo el mundo habla de vos, habla bien de vos, o dice que sos el mejor o el distinto de una generación. ¿Cuánto te agranda eso? Me agranda bastante. La presión me estimula. No sé, por ejemplo: cuando vas tocar a un festival, no solo la presión sino la competencia, o no sé si el odio o la crítica o todo eso, a mí siempre me da nafta. Cada vez que voy a tocar a un festival y hay colegas que tocan y todo, quiero ser el mejor show de la noche, quiero pasarles por arriba a todos. Obviamente, con respeto, sin ningún tipo de bronca, pero un poco me pasa eso, que me estimula decir: “Ahora voy a salir, les voy a romper el orto a todos. Y a toda esta gente, que por ahí no me vino a ver a mí y está de curiosa, quiero que se le caiga la jeta al piso”. O que me puteen, o que se vayan espantados, no sé, cualquiera de las dos cosas. Pero funciono bien bajo presión, me gusta también jugar de contra (risas). Me divierte eso. También pasa que a veces la gente se da vuelta sola. Por ejemplo, Roberto Pettinato, no es contra él, pero dijo que no eras rock. Y a la semana dijo: “Che, lo escuché y es rock”. O sea, no te había escuchado. Sí, qué sé yo. Bueno, está bien, destaco el gesto de retractarse, que me parece valioso, hay mucha gente que no lo hace y muere en la suya. Nada, gracias que le dio una oportunidad y que lo escuchó. Sí, para mí, el análisis que había hecho en un principio me pareció bastante vacío y poco profundo. Pero bueno, después se ve que cambió de opinión, así que bienvenido sea. Ningún resentimiento.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por