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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/06/2025 05:00
Carlos Di Nallo, astrofotógrafo (Foto: Fernando Calzada) La fascinación de Carlos Di Nallo por el cosmos se despertó a los siete años con la misión Apolo 11. Según él mismo relata, desde chico “tuve inclinación por los fenómenos astronómicos, los viajes espaciales, las series de televisión como Viaje a las estrellas; sin embargo, recién empecé este camino a los 47 años. Al mudarme a una casa con terraza en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, me compré un telescopio chiquito. La realidad es que no sabía nada de fotografía ni de edición de imágenes. Era un mundo nuevo para mí. Hasta que un día vi la Luna en 3D por el telescopio y sentí que, de algún modo, la tenía que plasmar. Fue como un enamoramiento”. Lo que comenzó como un hobby lo llevó a investigar y estudiar fotografía, invirtiendo en equipos más específicos que le permitieron captar imágenes espectaculares del universo. Con el tiempo, empezaron a surgir otras posibilidades, como la organización de charlas y cursos que le permitieron descubrir una faceta hasta entonces desconocida: la divulgación y la docencia, que le permiten hoy dedicarse de lleno a esta disciplina. “Cada vez más gente se acerca a la astrofotografía. Se pueden emplear cámaras estándar e incluso explorar las posibilidades de los teléfonos móviles, con sus limitaciones”. La astrofotografía es la rama de la fotografía que se dedica a capturar imágenes de objetos celestes (Fotos: archivo DEF) -¿Qué es la astrofotografía? -Es una disciplina que fusiona la astronomía y la fotografía para capturar imágenes de objetos celestes como galaxias, cúmulos, la Luna, el Sol y eclipses. Diría que se trata tanto de una actividad artística, por su presentación visual, como científica, ya que también es una herramienta de divulgación. Una imagen brinda un contenido. Por ejemplo, el color rojo que aparece en la foto de una nebulosa revela la emisión de hidrógeno; o los colores de las estrellas nos indican la etapa de su ciclo vital: las más jóvenes tienden a ser azules y tener alta temperatura, mientras que las que están cercanas a su extinción suelen ser rojas y frías. -¿Una fotografía puede tener valor científico? -Sí. Por ejemplo, al fotografiar una galaxia hoy y repetirla el año siguiente, se puede detectar la aparición de una estrella que antes no estaba presente. Esta observación se notifica y contribuye a determinar la frecuencia con la que mueren las estrellas en una galaxia. Yo logré capturar en 2010 una imagen de Júpiter –planeta compuesto por gas que tiene distintos colores de bandas– en la cual había desaparecido el cinturón azul. -¿Qué saberes son necesarios para poder desarrollar esta disciplina? -Se basa en tres pilares. Por un lado, el conocimiento astronómico básico, que permite entender el desplazamiento del cielo propio del movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol y conocer, por ejemplo, en qué época del año está el objeto que quiero fotografiar. Aunque no es necesario hacer un doctorado, de a poco, uno se va metiendo en el tema y aprende lo necesario. También es fundamental el conocimiento fotográfico, ya que aborda la captura de imágenes de una forma distinta de la convencional: la luz es primordial en la fotografía tradicional, mientras que, en la astronómica, su presencia es casi nula. Y, por último, la edición. Al fotografiar una galaxia hoy y repetirla el año siguiente, se puede detectar la aparición de una estrella que antes no estaba presente Astrofotografía: las dificultades que deben sortear los científicos -¿Cómo se neutraliza el efecto del movimiento de la Tierra y se obtienen imágenes con poca luz de los objetos celestes? -Para compensar la falta de luz, se utilizan largos tiempos de exposición, ajustando la velocidad de obturación de la cámara. En cuanto al movimiento terrestre, se emplea un telescopio para acoplar la cámara, a menudo complementado con un segundo telescopio que rastrea una estrella guía. Esta sincronización permite capturar imágenes nítidas y definidas durante exposiciones prolongadas. -¿De cuánto tiempo hablamos? -Exposiciones de cinco minutos por cada foto. En esta actividad, la práctica común es capturar múltiples imágenes del mismo objeto y un proyecto completo puede requerir una noche entera de trabajo. Algunos objetos, como la Luna o ciertas nebulosas, son más luminosos y “generosos” en cuanto a la luz que emiten. Otros, como las galaxias, son más tenues y demandan exposiciones de dos a tres horas. En ese lapso, se pueden obtener alrededor de cuarenta fotos, que luego se procesan con un software especializado para alinear y superponer las imágenes. El siguiente paso es enriquecer la imagen con información precisa, como las estrellas y los colores de la nebulosa, y uniformizar el fondo oscuro del cielo para resaltar los detalles y colores. -¿Se rescata el color real o tiene que ver con el trabajo de edición? -Depende. Las cámaras comunes (Canon, Nikon, Reflex, Mirrorless) son “ciegas” a ciertas longitudes de onda y, como están diseñadas para ver lo mismo que los seres humanos, no registran el ultravioleta ni el infrarrojo. Sin embargo, son más sensibles y captan el rojo del hidrógeno en las nebulosas. Por otra parte, hay cámaras especiales para astrofotografía que detectan el infrarrojo y hay algunos fotógrafos que usan filtros que permiten detectar otros componentes y ver un color verde o azulado. -Mencionaste la pata astronómica, fotográfica y de edición. ¿Hay alguna más relevante que otra? -Muchas veces, hay discusiones entre especialistas sobre si es más importante la adquisición de imágenes o la edición. Creo que es un 50 y un 50: si la foto es mala, no hay forma de salvarla con la edición y, si no sabés editar, no vas a rescatar información de la imagen. Creo que el secreto es respetar lo que vio la cámara, dejando la imagen lo más natural posible, aunque eso es subjetivo, ya que uno no ve esos colores y hay mucha estética en las fotos. -¿Es posible lograr buenas fotos sin el telescopio? -Sí, depende del lente y el tiempo de exposición. Antes, se necesitaba equipo muy costoso, pero hoy los avances tecnológicos permitieron democratizar el tema y mucha gente logra excelentes fotos del cielo solo con el trípode y la cámara. "El secreto es respetar lo que vio la cámara", confesó Di Nallo a DEF Astrofotografía: arte al servicio del cosmos -¿Requiere alguna preparación en especial una sesión de astrofotografía? -La meteorología juega un papel crucial, ya que un cielo despejado y la ausencia de la Luna son condiciones ideales. La contaminación lumínica urbana y la luz lunar pueden limitar significativamente las oportunidades de captura, aunque la presencia de la Luna es predecible gracias al calendario lunar. El estado del tiempo es más impredecible. Debido a esto, la astrofotografía está estrechamente ligada a la astronomía. Es común querer fotografiar un objeto específico y enfrentarse a semanas de lluvia, que exigen posponer el proyecto hasta el año siguiente. -Una de tus fotografías fue publicada en 2024 en la sección “La fotografía astronómica del día” del sitio oficial de la NASA. ¿Cómo lograste capturar el momento exacto en que la Luna ocultó a Saturno? -La Luna periódicamente oculta diversos astros y planetas. Sabiendo que se iba a producir este evento, fotografié desde la terraza de mi casa la secuencia del acercamiento hasta el instante en que la Luna ocultó la mitad de Saturno, revelando la otra mitad junto con sus característicos anillos. Estas capturas son viables gracias a la previsibilidad de los sucesos. Existe una comunidad de astrónomos aficionados y fotógrafos que se dedican a monitorear e informar sobre estos fenómenos. -Hablamos de la importancia de la contaminación lumínica, y pienso que esa foto extraordinaria la sacaste en Avellaneda. -Hay objetos brillantes como el Sol, la Luna o Venus y, en general, todo lo relacionado con la fotografía planetaria, que se pueden fotografiar en ciudades. Pero, para las estrellas, aunque se pueden usar filtros antipolución, lo ideal es buscar lugares oscuros. Si tomamos como referencia la Ciudad de Buenos Aires, hablamos de una distancia de 150 kilómetros. Hay objetos brillantes como el Sol, la Luna o Venus y, en general, todo lo relacionado con la fotografía planetaria, que se pueden fotografiar en ciudades (Fotos: archivo DEF) -Finalmente, ¿existe algún objeto celeste que prefieras fotografiar por encima de los demás? -La Luna es uno de mis objetos favoritos. Aunque disfruto fotografiar objetos del espacio profundo, como nebulosas, galaxias y cúmulos estelares, la Luna me parece increíble, especialmente en la fotografía planetaria, que se centra en objetos más cercanos como planetas, la Luna y el Sol. Para esto, utilizo una cámara con un sensor pequeño, que tiene pocos megapíxeles (tres) y me permite capturar cráteres o zonas pequeñas de su superficie, como si estuviera sobrevolándola. La Luna tiene áreas extraordinarias, sobre todo en la fase creciente, cuando el sol crea claros y oscuros. En cuanto al espacio profundo, hay cúmulos de estrellas muy lindos, tanto abiertos (estrellas separadas) como globulares (pelotas de estrellas), pero siempre elijo la Luna.
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