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Crespo » Paralelo 32
Fecha: 20/06/2025 13:20
Cada vez más personas buscan maneras de cuidar el ambiente desde casa. Una de las alternativas más simples y efectivas es el compostaje en zanjas, una técnica que permite aprovechar los residuos orgánicos del hogar para enriquecer el suelo del jardín o huerto. Además de ser económico, es ideal para quienes no disponen de mucho tiempo ni espacio. ¿En qué consiste? El compostaje en zanjas es una práctica de bajo mantenimiento que implica enterrar restos orgánicos directamente en la tierra. Al descomponerse bajo la superficie, estos residuos se convierten en nutrientes naturales que mejoran la estructura del suelo, su capacidad de retención de agua y su fertilidad. Ventajas del compostaje en zanjas Reduce los desechos: Una forma efectiva de disminuir lo que termina en la basura. Mejora la calidad del suelo: Aporta nutrientes esenciales y favorece el crecimiento de las plantas. Fomenta la biodiversidad: Atrae lombrices y microorganismos que airean y fertilizan la tierra. Ahorro económico: Disminuye la necesidad de comprar fertilizantes químicos. Paso a paso para comenzar Elegí el lugar: Preferentemente en un área del jardín que reciba sol. Excavá una zanja: De unos 60 cm de ancho y entre 30 y 45 cm de profundidad. Depositá los desechos orgánicos: Como cáscaras de frutas y verduras, posos de café, restos de podas y hojas verdes. Alterná con materiales secos: Como hojas secas, papel sin tinta o paja. Tapá con tierra: Una vez llenada la zanja, cubrila con la tierra extraída. Ventilación y humedad: Si lo deseás, remové ocasionalmente y regá si está muy seco. Algunos consejos útiles Equilibrá los materiales: Combiná residuos verdes (ricos en nitrógeno) con marrones (ricos en carbono). Evitá residuos no recomendados: Como carnes, huesos o productos lácteos, que pueden atraer animales no deseados. Tené paciencia: El proceso puede durar algunos meses, pero los resultados valen la espera. Una alternativa al alcance de todos No hace falta ser un experto ni tener un gran terreno para comenzar a compostar en zanjas. Esta técnica, simple y silenciosa, puede transformar un rincón del jardín en una fuente continua de nutrientes para plantas, flores y hortalizas. Además, es un gesto concreto para reducir nuestro impacto ambiental.
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