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» TN corrientes
Fecha: 19/06/2025 23:45
Conflicto La madre de la primera víctima del Neonatal habla sobre la enfermera: “Ella es la responsable directa” Jueves, 19 de junio de 2025 Vanessa Cáceres afirma que en el juicio quedó "claro" que Brenda Agüero era culpable. El fallo le dejó una sensación de “justicia a medias” por la absolución del ex ministro de Salud cordobés, Diego Cardozo. Es el día después de la lectura del veredicto que condenó a prisión perpetua para la enfermera Brenda Agüero por los homicidios de cinco bebés cometidos en 2022 en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba a través del suministro de altas dosis de insulina y potasio. En la casa de barrio San Nicolás, en el noreste de la capital cordobesa, los dos hijos de Vanessa Cáceres y Raúl Calderón se ocupan de colgar en un rincón de la cocina uno de los globos que este miércoles estuvo entre los adornos y carteles que las madres de las víctimas utilizaron para decorar el frente de los tribunales. Camila, la hija mayor del matrimonio, tiene 18 años y Lautaro, el más chico, 12; y en el hilo que sostiene al globo está el nombre de su hermanito, Francisco, la primera víctima del Neonatal. Esta mañana, Vanessa y Raúl no paran de atender llamadas de los periodistas que quieren saber qué sensaciones tienen después de conocer el fallo del juicio por jurados que los tuvo casi siempre presentes en las audiencias desde que se inició el 6 de enero pasado. “Si llegamos tan lejos en contra del poder es por la ayuda de ustedes, los periodistas, porque somos gente humilde, de trabajo”, dice Raúl en el informativo más escuchado de la radio en el mediodía cordobés. Por su parte, Vanessa ingresa a la casa desde el patio tras una larga entrevista telefónica con otra radio. Su rostro muestra un aire de serenidad que contrasta con la dureza de sus gestos del día anterior, en el que la tensión por la espera del fallo se alargó hasta la noche. Vanessa y Raúl son los padres de Francisco, el bebé que murió en el Hospital Materno Neonatal el 19 de marzo de 2022. Los médicos les dijeron que el corazón no resistió, pero nunca les advirtieron qué podría haberle pasado. Unos meses después, en un noticiero de televisión se enteraron de lo que había pasado y acudieron al abogado Carlos Nayi, quien los representó en el juicio. A partir de entonces comenzó otra historia, otra vida y otro camino ante la verdad revelada. Y Vanessa se transformó en la imagen más visible entre las madres de las víctimas, el rostro de la lucha para que haya justicia. La clave para ese despertar fue un encuentro con Soledad Laciar, la madre de Blas Correas, el adolescente asesinado por un balazo policial en 2020. —¿En qué momento sentiste que te estabas transformando en la imagen de la lucha de estas madres? —Me di cuenta cuando empezamos este camino. En una de las marchas me presentaron a Soledad Laciar, que vino a acompañarnos. No la conocía. Pero desde el primer momento tuvo una humanidad enorme conmigo. Me dijo: “Sentémonos, tomemos un café.” Y ahí entendí que tenía que salir a luchar desde otro lugar. —¿Qué cambió en vos desde ese encuentro? —Entendí que si no me paraba firme, no íbamos a llegar a donde llegamos. A ellos (por las autoridades) les convenía la imagen de unas madres dolidas que se quedan en su cama llorando. Pero no hice eso. Soledad me dijo: “Esto no va a cambiar nada de lo que pasó, pero vas a tener que salir a luchar por tu hijo.” Y ahí me cambió la perspectiva. Sentí que Francisco no podía pasar por este mundo en vano. —¿Qué fue lo primero que supiste sobre la muerte de tu hijo? —Nos dijeron que había sido una muerte no natural, pero que tenía un cuadro grave en el corazón. Nunca me dieron una explicación clara. Me dijeron que su corazón estaba como el de un viejito que tuvo muchos infartos. Decían que nunca habían visto algo así. —¿Te hicieron buscar causas genéticas o personales? —Sí, empezaron a buscar causas en mí. Me preguntaron si tenía Chagas, si tenía adicciones. Solo tengo enfermedad celíaca, pero me cuido desde que me la diagnosticaron. El embarazo fue normal. Todas las ecografías salieron bien, incluso las más específicas del corazón. —Entonces, en un principio pensaron que fue una fatalidad. —Sí. Nos fuimos del hospital sin una explicación. Pensamos que nos había tocado lo peor. Empezamos el duelo creyendo que a veces estas cosas simplemente suceden. —¿Cómo enfrentaron esa primera etapa como familia? —Nos sentamos a hablar con los chicos. Les dijimos que Fran siempre iba a estar con nosotros, que como familia íbamos a seguir adelante. Seguimos las rutinas: colegio, fútbol, trabajo. Fue un esfuerzo enorme para mostrar que se podía seguir. —¿En qué momento cambió esa percepción de que había sido una fatalidad? —Un día me empiezan a llegar mensajes: “¿Estás viendo la tele? Están hablando del neonatal.” Yo estaba llevando a los chicos al colegio. Cuando llegué a casa prendí el noticiero y hablaban de inconsistencias en el hospital neonatal, de muertes de bebés. Pero mencionaban que había sucedido en mayo y mi hijo había nacido en marzo. —¿Qué hicieron ante esa noticia? —Con mi esposo dijimos: “Imprimamos todo lo de Fran, por las dudas.” Llamamos al Ministerio de Salud y nos atendieron como si fuera algo administrativo. Pero, a la noche, viendo el noticiero, escuchamos que el período investigado era desde el 18 de marzo. Cuando dijeron esa fecha se nos aflojó el cuerpo. —¿Qué pasó el 18 de marzo? —Ese día hubo dos casos. Uno por la mañana, que se logró revertir, y luego lo de Francisco. Él estuvo 11 horas vivo y después falleció. Los peritos dicen que no puede haber dos colapsos postnatales, supuestamente rarísimo, en un mismo hospital, con solo horas de diferencia. Es ilógico. —¿Por qué pensás que fue Brenda Agüero la persona que mató a tu hijo? —Desde el primer momento lo tuvimos claro. La defensa de ella apeló a instalar la idea de que era un “perejil”, que no era la verdadera culpable. Pero en las audiencias quedó claro que Brenda fue la única que estuvo presente en todos los casos. Eso no es una coincidencia. —¿Qué opinás de las otras responsabilidades? —Ella es la responsable directa. Pero hay muchas otras personas que podrían haber salvado vidas y no lo hicieron. Algunos encubrieron. Eso también es grave. Pero si las leyes solo permiten condenarlos por encubrimiento, ahí nos quedamos. —¿Creés que este caso debería marcar un precedente? —Totalmente. Hay que replantearse muchas cosas. El ministro (de Salud de Córdoba, Diego Cardozo) decía que tenía 45 hospitales a su cargo, como si fuera una defensa. Si no podés controlarlos, renunciá. Esto muestra que el sistema fallaba desde arriba. —¿Cómo te sentiste con el veredicto? —Me quedé con una sensación de justicia a medias. Sobre todo por la absolución de Cardozo. Todavía no tenemos los fundamentos, pero sabemos que se puede apelar y lo vamos a hacer. Empezamos sin saber nada. Aprendimos qué era un expediente, términos médicos, jurídicos. Nuestro abogado, Carlos Nayi, fue clave, nos guió y acompañó con mucha paciencia. Gracias a él entendimos muchas cosas que solos no podríamos haber enfrentado. Jueves, 19 de junio de 2025
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