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  • Scatturice, el ex espía, adquiere la aerolínea FlyBondi y transforma el sector aéreo argentino

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 19/06/2025 18:52

    Leonardo Scatturice acaba de hacerse con el control de Flybondi, la aerolínea de bajo costo que se promocionaba como símbolo de la libertad de volar. Ahora, su principal accionista proviene del mundo de los vuelos privados y el espionaje, un personaje con un currículum tan variado como cuestionable. Aunque actualmente opera desde Miami, mantiene más conexiones en Buenos Aires que Aeroparque un día de lluvia. La transacción fue anunciada a través de un comunicado: COC Global Enterprise, un fondo estadounidense con inversiones en tecnología y aviación, se convirtió en el mayor inversor de Flybondi. Sin embargo, el verdadero dueño de COC es Scatturice, un nombre que no es nuevo en los medios y que tampoco será el último del que se escuche. Scatturice ha llevado varias vidas. Fue agente (o algo similar) de inteligencia, tuvo un breve paso por la Policía Federal y en el mundo del espionaje era conocido por su vínculo con la facción de Fernando Pocino, el adversario de Antonio Stiuso. Esa disputa, que estalló durante los años kirchneristas, lo colocó en el ojo del huracán: su empresa C3 Consultings fue objeto de espionaje y su teléfono estuvo intervenido. En esas escuchas, se le oía hablando sobre política, encuestas e incluso los viajes de Lanata, detalles que no pasaron desapercibidos. Posteriormente, se exilió en Panamá y luego se trasladó a Estados Unidos. Se casó con una estadounidense, Diana Marquardt, y comenzó a incursionar en otras esferas. Pasó de ser un operador menor a convertirse en un empresario con aspiraciones globales. Fundó empresas, adquirió propiedades de lujo en Miami y se rodeó de contactos influyentes, como Daniel Hadad, Mario Montoto y Santiago Caputo en los últimos años. Este año, regresó al centro de la atención en Argentina cuando su avión Bombardier 5000 aterrizó en Aeroparque con más de diez maletas que nadie quiso revisar. La pasajera era Laura Belén Arrieta, empleada suya. La Aduana intentó intervenir, pero una llamada “de arriba” detuvo todas las acciones. La aeronave quedó en un hangar de Royal Class, una compañía que también lo considera dueño informalmente (aunque con documentos formales). Cuando se supo de su compra de Flybondi, algunos lo conectaron con el incidente del avión y su misterio. Lo cierto es que Scatturice no solo es el nuevo propietario de una aerolínea; también actúa como asesor del gobierno de Milei, mantiene conversaciones con Santiago Caputo, es proveedor del Estado en plataformas como Educ.Ar y Trenes Argentinos, y es uno de los organizadores de la versión local de la CPAC, el evento insignia de la derecha internacional. Desde Washington, dirige su consultora Tactic Global, especializada en lobby y con pesos pesados como Barry Bennett, exasesor de Trump, en su equipo. Scatturice no vuela bajo. Posee aviones, una red de empresas, socios que lo respaldan y operaciones que le favorecen. A veces se le ve en fotos recibiendo premios empresariales y otras veces con amigos influyentes en los jardines del Continuum South Beach. Y ahora, se suma al control de una aerolínea. Flybondi prometía que volar era libertad. Con Scatturice al mando, ese eslogan podría enfrentar turbulencias. Y alguna maleta sin declarar. Galería de imágenes En esta Nota

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