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Parana » Informe Digital
Fecha: 19/06/2025 07:08
“¿Puedo salir o no al balcón de mi casa? Parece joda, pero no…”, escribió este miércoles Cristina Fernández de Kirchner en su cuenta de X. La pregunta, lejos de ser una trivialidad doméstica, marca el inicio de un debate nacional sobre los límites de las restricciones judiciales impuestas a la expresidenta en el contexto del régimen de prisión domiciliaria que le dictó la Justicia tras hallarla culpable de corrupción en la causa Vialidad. Todo comenzó con la resolución que le permitió cumplir la condena de seis años de prisión en su residencia. En dicha resolución, se le impone la obligación de “abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”. Esta indicación, según su defensa, no permite una interpretación clara y podría utilizarse como herramienta para restringir su libertad de expresión y derechos políticos. En respuesta, sus abogados presentaron un escrito solicitando una aclaración formal sobre si Cristina puede o no salir al balcón de su domicilio. El documento argumenta que, debido a la repercusión mediática del caso, es necesario que la Justicia especifique el alcance de la medida. “Cuando la Justicia decida contestar, tendrá que meterse en el detalle de qué sí y qué no puede hacer”, reflexionó el conductor de “QR”, Pablo Caruso, en pleno análisis del tema. Carolina Gaillard, diputada nacional de Unión por la Patria (UxP), invitada al programa, expresó su opinión sobre el tema y fue enfática: “El tribunal debería aclarar a qué se refiere con ‘perturbar a los vecinos’. La única forma de interpretar esa cláusula en la resolución es que están restringiendo el contacto con la militancia. No hay otra lectura posible. La frase es ambigua, por eso se pide la aclaración”, explicó. Para Gaillard, el hecho de que se discuta si una figura pública puede asomarse al balcón de su casa revela el verdadero trasfondo del caso: la intención de impedirle toda forma de expresión política. “Lo que están restringiendo es la actividad política, ese es el foco de la cuestión. La sacan del padrón electoral, le quitan sus derechos políticos y también la posibilidad de salir al balcón. Es parte de un régimen de hostigamiento judicial”, denunció. Además, comparó el tratamiento recibido por Cristina Kirchner con el de otros condenados: “Solo el 13% de los genocidas que tienen prisión domiciliaria usan tobillera electrónica. A Cristina se le aplica un régimen mucho más restrictivo, incluso con límites en las visitas. Está claro que no se trata solo de una medida judicial, sino que les molesta lo que Cristina genera: felicidad y devoción”, aseguró. La diputada también destacó el carisma de la expresidenta, más allá de cualquier valoración ideológica: “El magnetismo que tiene es indiscutible. Podés no estar de acuerdo con ella, pero ante el poder, ella siempre se planta. Eso incomoda”, afirmó. El trasfondo político del caso también se manifiesta en la forma en que diferentes sectores interpretan la medida. Para algunos, es simplemente una precaución legal ante una condena en curso. Para otros, es un ejemplo del uso del aparato judicial con fines de persecución política. Lo cierto es que la discusión sobre si una expresidenta puede salir al balcón de su casa evidencia el nivel de tensión institucional y la disputa simbólica que Cristina Kirchner sigue representando. BR / FPT
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