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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/06/2025 06:37
La explosión se escuchó a más de 2.500 kilómetros, confundida con disparos de cañón en la isla de Sumatra (Imagen ilustrativa de Infobae) El Monte Tambora, ubicado en la isla de Sumbawa, en la actual Indonesia, protagonizó en abril de 1815 la mayor erupción volcánica registrada en la historia. Este evento catastrófico, que alcanzó un 7 en el Índice de Explosividad Volcánica (VEI), tuvo consecuencias devastadoras tanto a nivel local como global, alterando el clima del planeta y causando una crisis humanitaria que se extendió durante años. Según el sitio especializado en historia The Collector, el impacto de esta erupción se sintió en todo el hemisferio norte, marcando lo que se conoce como “el año sin verano”. Antes de la erupción, el Monte Tambora era uno de los picos más altos del archipiélago indonesio, con una altura de aproximadamente 4.300 metros. Más de 70.000 personas murieron por flujos ardientes, tsunamis y hambruna en la región de Sumbawa (National Library of Medicine) La región albergaba una próspera comunidad de alrededor de 10.000 personas, conocida como la cultura Tambora, muchos de cuyos habitantes eran comerciantes adinerados. Excavaciones recientes han revelado objetos como cuencos de bronce y porcelana fina, lo que confirma un nivel de vida elevado. Sin embargo, esta civilización quedó completamente destruida por la erupción, que arrasó con la vegetación, los asentamientos y la vida en las laderas del volcán. El 5 de abril de 1815, el volcán comenzó a emitir explosiones moderadas y una lluvia de cenizas que se intensificó hasta alcanzar su punto máximo el 10 de abril. Según la NASA, el evento expulsó aproximadamente 150 kilómetros cúbicos de tefra (roca y ceniza volcánica) y generó una columna de gases y materiales que se elevó a la atmósfera, colapsando posteriormente en flujos piroclásticos letales. La próspera cultura Tambora quedó sepultada bajo metros de ceniza volcánica (Public Domain) Estos flujos destruyeron completamente la aldea de Tambora y mataron a todos sus habitantes. El sonido de la explosión fue tan potente que se escuchó a más de 2.500 kilómetros de distancia, en la isla de Sumatra, donde se confundió con disparos de cañón. El impacto inmediato de la erupción fue devastador. Según la Agenda Nacional de Investigación Ocupacional,(NORA), al menos 11.000 personas murieron directamente por los flujos piroclásticos, mientras que los tsunamis generados por el evento causaron la muerte de otras 4.600 personas en las islas vecinas. En total, se estima que más de 70.000 personas fallecieron en Sumbawa y sus alrededores debido a la combinación de la erupción, los tsunamis y la hambruna que siguió. La vegetación de la isla quedó completamente calcinada, dejando a los sobrevivientes sin acceso a alimentos. Los tsunamis generados por la erupción causaron la muerte de más de 4.600 personas en islas cercanas (University of Washington’s Freshwater and Marine Image Bank) El efecto más duradero de la erupción fue su impacto climático global. Según The Collector, la enorme cantidad de ceniza y gases, incluidos entre 10 y 120 millones de toneladas de dióxido de azufre, se dispersaron en la estratosfera, formando un velo de aerosoles que bloqueó la luz solar y provocó un enfriamiento global. Las temperaturas en el hemisferio norte descendieron entre 0,4 y 0,7 grados Celsius (0,7 y 1,3 grados Fahrenheit), lo que desencadenó anomalías climáticas extremas en 1816, conocido como “el año sin verano”. En Europa, las cosechas fallaron debido al frío y las lluvias persistentes. En Alemania, los precios de los alimentos se dispararon, lo que llevó a disturbios y saqueos. En Irlanda, se registraron ocho semanas consecutivas de lluvia, lo que provocó una hambruna generalizada. En América del Norte, las temperaturas inusualmente bajas causaron nevadas en junio y julio, afectando gravemente la agricultura. El impacto cultural de este evento también fue significativo. Durante el verano de 1816, el poeta Lord Byron y sus compañeros, entre ellos Mary Shelley, se refugiaron en un pueblo en Suiza debido al mal tiempo. Según The Collector, allí, Shelley comenzó a escribir su famosa novela “Frankenstein”, inspirada en parte por el ambiente sombrío y las discusiones sobre la relación entre la humanidad y la naturaleza. El cielo oscuro y el clima hostil de 1816 inspiraron a Mary Shelley durante su estancia en Suiza para crear la historia de Frankenstein A nivel científico, la erupción del Monte Tambora se ha convertido en un caso de estudio clave para comprender los efectos del cambio climático. Según la página web de la NASA, los núcleos de hielo extraídos de Antártida y Groenlandia muestran niveles elevados de azufre correspondientes a 1815-1816, lo que confirma el alcance global del evento. Hoy en día, el Monte Tambora sigue siendo un volcán activo, con fumarolas visibles en su caldera de 6 kilómetros de diámetro y 1.100 metros de profundidad. Antes de la explosión, el Monte Tambora medía unos 4.300 metros, siendo una de las cumbres más altas del archipiélago (NASA) La isla de Sumbawa, que en 1815 formaba parte de las Indias Orientales Neerlandesas, es hoy una región principalmente agrícola de Indonesia, con una población de aproximadamente 1,6 millones de personas. Aunque su economía se basa en la agricultura, la isla también alberga una de las minas de cobre más grandes del mundo, lo que contribuye significativamente a su producto interno bruto.
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