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  • Advierten que la carne podría sufrir un importante aumento de precio

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 19/06/2025 05:02

    La tensión entre oferta limitada y expectativas de mayor demanda marcó la agenda de la industria cárnica esta semana. En una conferencia encabezada por la Mesa de las Carnes, representantes del sector alertaron sobre las consecuencias que podría tener la reducción del stock ganadero si no se revierte a tiempo. El número de cabezas de ganado bajó de forma significativa en los últimos dos años, afectado por una prolongada sequía que provocó ventas forzadas y mortandad. Según datos recientes, el rodeo nacional cayó a 51.626.909 cabezas, con una pérdida de casi 2,6 millones de animales. En ese contexto, Sebastián Bendayán, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa), advirtió sobre un posible salto en los precios de la carne si el consumo local sube. “Vamos a tener el problema de que, si se efectiviza a lo largo de este año la recomposición salarial, tendremos una mayor demanda de consumo que representa el 70% de lo que se produce, y no vamos a tener animales para dar respuesta a eso, con lo cual eso también va a disparar el precio”, sostuvo. El impacto de la sequía, sumado a la falta de incentivos claros para los productores, generó un escenario delicado. En el encuentro, los dirigentes insistieron en que la industria trabaja con alta ociosidad, en parte por la escasez de hacienda terminada, lo que restringe tanto la producción local como la capacidad exportadora. Durante 2024, el consumo anual por habitante de carne vacuna cayó a 47,7 kilos, un 9% menos que el año anterior. Ese nivel fue el segundo más bajo desde que se iniciaron los registros en 1914. Sin embargo, en mayo se observó una ligera recuperación: el consumo subió a 49,5 kilos por habitante, lo que representó un alza de 0,5% respecto al mismo mes del año anterior. Ernesto Lowenstein, empresario frigorífico y dirigente de la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica), aportó un dato estructural: “En 1978, cuando fue el Mundial, había 25 millones de habitantes y 50 millones de cabezas de ganado. Hoy somos 46 millones, más o menos, y seguimos con las mismas 50 millones de cabezas”. Según su análisis, el problema no es coyuntural sino estructural, y refleja la falta de crecimiento del rodeo en relación al aumento poblacional. Miguel Jairala, del Consorcio de Exportadores ABC, señaló que esta merma también afecta las ventas externas. Explicó que el país enfrenta el stock más bajo desde 2012, lo que provoca ociosidad en las plantas frigoríficas y complica la rentabilidad. “Estamos frente al stock bovino más bajo desde 2012, según la contabilización del Senasa a principios de este año 2025”, dijo. Además, remarcó que muchas plantas operan con márgenes muy ajustados. La sequía y la falta de incentivos redujeron el stock bovino argentino a su nivel más bajo desde 2012 (Revista Chacra) El diagnóstico de Bendayán fue directo: “Hay que dar incentivos concretos y reales al productor. No nos olvidemos que llevar un animal a la feria lleva dos años o dos años y medio. Después de todo ese esfuerzo y sacrificio, en otras oportunidades tuvo mercados cerrados o no era rentable”. El dirigente sostuvo que el productor no recibió reglas claras ni previsibilidad, lo que desincentivó la inversión y el incremento de peso por animal. Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa Nacional de las Carnes, agregó que la falta de confianza por parte de los productores es uno de los factores determinantes de la situación. “El productor ganadero viene muy golpeado, muy machucado y lo han tenido en penitencia durante muchos años”, afirmó. En su visión, el productor necesita recuperar credibilidad en el sistema para embarcarse en procesos productivos de largo plazo. Los referentes del sector también reclamaron reformas fiscales para aliviar la carga sobre la industria. Entre los pedidos figuraron la modificación del tratamiento del Impuesto a las Ganancias por tenencia y el ajuste del IVA a las inversiones, dos puntos que, según los participantes, afectan seriamente el desarrollo de la actividad. El diagnóstico incluyó advertencias sobre la competitividad internacional. Jairala explicó que Brasil compite con mejores precios, lo que generó una pérdida de terreno en el mercado chino, destino que representa entre el 60 y el 65% de las exportaciones de carne argentina. “Nosotros tenemos una dificultad de competitividad que nos hizo retroceder fuertemente en nuestras exportaciones a China”, dijo. Señaló además que los frigoríficos argentinos pagan entre 25% y 30% más por los animales en comparación con sus pares brasileños, lo que erosiona la rentabilidad del sector. Sobre el rol del Senasa, varios participantes cuestionaron la falta de personal y recursos. Bendayán afirmó que el organismo se encuentra en una “situación crítica” y que no logra cubrir todas sus funciones, lo que obligó a algunas provincias, como Santa Fe, a unificar controles con otros entes. También lamentó que los fondos recaudados por los servicios del Senasa no regresan al propio organismo, lo que impide reforzar sus capacidades. Lowenstein fue tajante al respecto: “Si la recaudación fuera para el Senasa y se la aplicara como correspondiera, tendríamos un Senasa más fuerte”. Según su perspectiva, el organismo no cumple el rol esperado dentro de una industria que necesita certificaciones ágiles y confiables para acceder a mercados exigentes. Chiesa sumó otro elemento a la discusión: la existencia de estándares sanitarios dispares entre frigoríficos de tránsito federal y aquellos de jurisdicción provincial o municipal. Denunció que esto genera competencia desleal y que impacta en la calidad de la oferta. Bendayán añadió que mientras los consumidores internacionales reciben información detallada sobre el origen y características de los productos, en el mercado interno esa trazabilidad no está garantizada.

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