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» Elterritorio
Fecha: 19/06/2025 01:32
El cacique y agente sanitario Pablo Sayas acusó a la médica Andrea Díaz Ferreira de haber ordenado incinerar el cuerpo de la víctima. Ella lo negó, y ambos fueron confrontados en un careo, en el que mantuvieron sus posturas. El acusado, Marcelo Núñez, declaró ante los jueces y aprovechó para reforzar su versión sobre una supuesta muerte por enfermedad, y también apuntó contra la profesional. miércoles 18 de junio de 2025 | 16:45hs. Núñez está acusado de femicidio. //Fotos: Mariana Poplawski. Con acusaciones cruzadas, versiones irreconciliables y momentos de mucha tensión, el juicio por el femicidio de María Solange Diniz Rabela (22) tuvo un arranque intenso. La primera jornada de debate que tiene en el banquillo de los acusados al cacique Marcelo "Caraí" Núñez (38), culminó pasado el mediodía con un careo entre el cacique Pablo Sayas -agente sanitario y referente de una comunidad mbya guaraní- y la médica psiquiatra Adriana Díaz Ferreira, quien atiende desde hace más de una década a las familias de pueblos originarios asentadas en la zona de San Vicente. Sayas aseguró ante el tribunal que fue la médica quien ordenó quemar el cuerpo de la joven. Díaz Ferreira lo desmintió categóricamente: "Jamás dije eso. Ni se me hubiera ocurrido". La confrontación fue seguida con atención por los jueces Francisco Aguirre, Horacio Paniagua y Julio Carvallo (subrogante), el fiscal David Milicich, el abogado defensor Jorge Zabulanes, el traductor de guaraní que actuó en el proceso, Marcial Giménez, y la antropóloga social Vilma Solari, propuesta por el Superior Tribunal de Justicia. En los casi tres minutos que duró el careo, los dos testigos mantuvieron sus posturas sin ceder. El cacique insistió en que escuchó con claridad a la médica decir que incineren el cuerpo y la médica reiteró que jamás dijo tal cosa. "La responsabilidad es tuya, dijiste de quemar el cuerpo", arremetió Sayas, y en su defensa, la doctora le insistió: "Nunca jamás dije eso". Sayas: "La doctora dijo que quemen el cuerpo" Sayas, testigo propuesto por la defensa, se presentó como cacique y agente sanitario de comunidades mbya, y en su declaración (previa al careo) afirmó que Solange no fue asesinada, sino que falleció por una enfermedad. Se sumó así a la estrategia de la defensa que busca reforzar la hipótesis inicial, es decir, que el deceso fue producto de una enfermedad y que la médica, no el acusado, fue quien ordenó incinerar el cuerpo para supuestamente evitar contagios de coronavirus. De todas formas, en su testimonio, Sayas hizo mención a un tumor: "Ella estaba enferma, tenía ese problema y nos contó que tuvo una operación de ligadura y un tumor que le estorbaba. Eso fue perjudicando la vida física de ella", señaló ante los magistrados, justificando la muerte como consecuencia de una condición médica crónica. "Es una situación difícil de entender. Hay muchos intereses en juego. Mi responsabilidad es con todas las comunidades de la provincia", dijo Sayas, y luego arremetió contra las instituciones: "Todos los testigos, por miedo, por timidez, no se animan a contar la verdad, porque la autoridad llega atropellando, discriminando. Marcelo es inocente", insistió, y añadió en esa línea que "la responsabilidad era de la doctora. Se le pidió ayuda porque había fallecido la señora, ella tenía que inspeccionar el cuerpo, hacer el certificado. Pero ni siquiera entró en la casa y después mandó quemar todo para no contagiar, yo la escuché decir eso". Según su versión, escuchó directamente esa indicación y la médica no ingresó nunca a la vivienda. "Marcelo es inocente. Hace cinco años está pagando sin deber nada", insistió, apuntando la acusación a Díaz Ferreira. Díaz Ferreira: "Jamás dije que quemen el cuerpo" Minutos antes del testimonio de Sayas, la médica Díaz Ferreira había declarado que jamás inspeccionó el cuerpo de Solange ni ordenó que se lo quemara, y que fue a la comunidad por un llamado de Núñez solicitando atención médica para niños con cuadros febriles, aunque estaba al tanto de que la mujer había fallecido a instancias del propio cacique. "Ese domingo de Pascua (de 2020) estaba en mi casa. Me llamó Núñez pidiendo que fuera con la ambulancia porque su pareja había muerto y pensaba que era Covid. Le dije que tenía que avisar a la Policía porque se trataba de un óbito en domicilio. Él respondió que no, que quería que traslademos el cuerpo hasta una comunidad de Fracrán para enterrarlo. Le insistí en que debía notificar a la autoridad", contó la médica dando su versión de los hechos ocurridos aquella tarde. Agregó que luego de su negativa de trasladar el cuerpo, el ambulanciero también fue contactado por Núñez con la misma solicitud. Ambos coincidieron en rechazarla. "Luego llamó diciendo que había varios niños con fiebre. Pedimos autorización y a los superiores y fuimos, pero antes pasamos por la Seccional Segunda para informar del fallecimiento, para que se ocupen, era un óbito en un domicilio", señaló, advirtiendo que la respuesta policial no fue la esperada. Contó que ya en la comunidad se limitó a atender a los niños. "No me acerqué hasta donde estaba el cuerpo. No soy forense para verificar una muerte, y menos en ese contexto. Nunca constaté que estuviera fallecida. Avisamos que no íbamos a revisar. Le dijimos nuevamente que avisara a la Policía. Jamás se me ocurrió decirle que debía quemarlo", afirmó, aclarando que "nos dijo que había muerto a las 6, nosotros llegamos a eso de las 4 de la tarde". La médica también sostuvo que anteriormente había atendido a Solange, por un cuadro dermatológico, y que nunca advirtió signos de violencia ni manifestaciones que indicaran que pudiera estar siendo víctima de maltrato. Núñez también apuntó a la doctora Las declaraciones de Sayas fueron aprovechadas por la defensa del acusado Núñez para intentar desligarlo de la imputación por femicidio, agregando peso a la versión de que Solange murió como consecuencia de una enfermedad y que la incineración del cuerpo fue por decisión de la médica. En función de eso, inmediatamente después del careo, el propio Núñez, por consejo del abogado Zabulanes, pidió para declarar y también orientó su acusación hacia la doctora porque "dijo que el cuerpo sea quemado", asegurando que él, como cacique de la comunidad, no dio esa orden, y tampoco lo hizo, citando a otro hombre como quien roció combustible y prendió fuego el cuerpo. "Ella era discapacitada, tenía muchos problemas. Yo nunca le alcé mi mano, le amo mucho a ella, y siempre que ella necesitaba algo iba a buscar ayuda", dijo, y disparó los primeros dardos hacia Díaz Ferreira: "La doctora niega lo que dijo, pero la verdad es otra. Nunca deja remedios en la comunidad, y cuando uno va en busca de ayuda dice que no tiene tiempo, y no da ningún medicamento. Yo le llamé aquella vez, no me atendió nunca, y a los tres días recién aparció con la ambulancia". "Yo no la maté, no hice nada", dijo, y sobre quien ordenó enterrar el cuerpo, insistió con que "fue la doctora". "Le dije para llevarle a un médico, y me dijo que no tenía derecho de llevar el cuerpo, y en ese momento le escuché decir 'enterrá o hacé algo que sea más rápido', y eso fue hecho por Casimiro Dos Santos, sin mi autorización, fue haciendo caso a la doctora", apuntó. El padrastro de Solange contó que "era maltratada" Contrario a sus dichos, otros testigos afirmaron que Solange sufría violencia en manos de Núñez, y que tenía mucho miedo. El padrastro de la jovencita, Leonardo Benítez, fue tajante en este sentido: "Era maltratada, él cortó toda comunicación con su familia", advirtió, y en línea con eso contó que "intento escapar dos veces, pero él la persiguió y la hizo volver". Con visible congoja aportó que su hijastra estaba sana "no tenia Covid, ni otra enfermedad", y que "tampoco una autoridad me confirmó eso, sí que fue asesinada". Cerró diciendo que "Solange vivía con miedo". En el mismo sentido, la pareja de la sobrina del acusado, fue tajante al afirmar que escuchaba llantos y lamentos de Solange, estando encerrada en la casa. Declaró que a Núñez "todos le tenían miedo", más aún "cuando tomaba porque se ponía violento con todos y agarraba el machete. Ejercía violencia en la aldea". Si bien admitió que nunca vio a Núñez golpear a alguien, contó que su señora (sobrina del acusado) le contó en una oportunidad que "vio correr a Solange, con la mano cortada, y él (por Núñez) detrás con un machete". También recordó que desde su casa "se escuchaban los gritos de ella", y que en la comunidad se sabía que "la encerraba y dejaba hasta una semana con castigo. Lo que viene: los peritos forenses, determinantes La jornada de mañana comenzará a las 8.30 y será clave para el avance del juicio. Están citados el médico policial que inspeccionó los restos calcinados de Solange -y que detectó un traumatismo de cráneo con pérdida de masa encefálica como posible causa de muerte- y el médico forense que realizó la autopsia, quien determinó que la joven tuvo muerte violenta, aunque no pudo identificar con certeza cómo murió debido al estado de destrucción del cuerpo por el fuego. La certeza que hay en torno a esta cuestión es que la víctima, al momento de que su cuerpo fue prendido fuego, ya estaba muerta, porque no detectaron daños en sus pulmones, ni vestigios de haber inhalado humo. Luego de la declaración de los forenses e incorporación por lectura de otras testimoniales (de personas que desistieron esta mañana por tener parentezco con el acusado), será el turno de los alegatos. Después se conocerá la sentencia. Se espera nuevamente la presencia del intérprte, para salvaguardar las garantías del debido proceso, y de la antopóloga social propuesta por el STJ. En cuanto a los referentes del Ministerio de Asuntos Guaraníes, Francisco Rodríguez y Karina Kuchak, que estuvieron esta mañana, se retiraron de la sala de audiencias poco después de iniciado el debate, dejando pasar por alto la posibilidad de escuchar testimonios que apuntaban directamente a las políticas de atención en comunidades indígenas y al rol de los organismos estatales ante situaciones críticas, por lo que posiblemente no se presenten.
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