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» Elterritorio
Fecha: 19/06/2025 01:30
La bienal de escultura que se desarrolló por primera vez el año pasado en Aristóbulo del Valle desembarcó en Posadas en formato muestra itinerante con sus obras más destacadas. Se trata de una serie de piezas de madera y hierro de autoría de escultores misioneros. La exhibición, luego de su escala capitalina, continuará su gira por otras localidades miércoles 18 de junio de 2025 | 14:51hs. Una serie de esculturas que se produjeron en el marco de la primera Bienal Cainguás el año pasado en Aristóbulo del Valle ya se exponen en el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Yaparí, en calle Sarmiento 1885 de Posadas. Esta muestra escultórica que tuvo su inauguración formal en la tarde de este miércoles incluye piezas moldeadas en madera y hierro y comenzó así una gira por localidades misioneras para acercar al público el trabajo de los artistas. La Bienal Cainguás de esculturas tuvo lugar en diciembre de 2024 en Aristóbulo del Valle, y ahora, en formato de exposición se hizo una selección de obras para exhibir en su recorrido por la provincia, y la primera escala de este itinerario es Posadas. De esta manera, las principales esculturas que formaron parte del evento artístico se pueden observar en el capitalino Museo Yaparí hasta el 13 de julio. Y luego continuarán su tránsito por Oberá, Eldorado y Puerto Iguazú. La muestra itinerante ofrece a la comunidad local y a los turistas la oportunidad de apreciar una serie de obras nacidas de un proceso artístico único con cuatro días de trabajo intensivo al aire libre en el marco de la Bienal Cainguás. Para esa ocasión, los artistas misioneros transformaron madera y hierro en esculturas cargadas de simbolismo, belleza y reflexión mostrando también la diversidad. La muestra Entre las piezas que se exponen en el Museo Yaparí se encuentra la escultura “Ritmo de lo Vivo”, de Francisco Gustavo López, que resultó ganadora del Premio del Jurado. La obra evoca, a través de formas orgánicas entrelazadas, el equilibrio del ecosistema misionero y la conexión entre naturaleza y cultura. También se exhibe “Resiliencia”, de Tanya Micaela Muller, que obtuvo el Premio del Público por su potente mensaje sobre la capacidad de la naturaleza para resistir y regenerarse. En tanto, “Paréntesis”, de Yohana Pedrozo, fue reconocida con una Mención Especial por ser una obra que combina elementos naturales con símbolos del lenguaje para transmitir sutiles mensajes del entorno. En tanto, también se exhiben “La naturaleza fragmentada”, de Carla Antonella Fleitas y “Simple inicio”, de Silvana María Kelm. “Las obras fueron seleccionadas entre 20 proyectos, y son testimonio del talento regional y de la riqueza ambiental de Misiones. La Bienal Cainguás no solo visibilizó el arte escultórico, sino que refuerza el vínculo entre comunidad y naturaleza. Cada pieza, con su diálogo entre madera y hierro, recuerda que el arte es un acto de resistencia, memoria y esperanza”, precisa el texto de presentación de la muestra. La muestra de la Bienal Cainguás representa una oportunidad para revivir y ampliar el alcance de este evento que marcó un precedente en la escena cultural misionera. La iniciativa fue organizada por la Municipalidad de Aristóbulo del Valle, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Cultura de Misiones, la Dirección de Turismo, la Fundación Urunday, la Facultad de Artes y Diseño de la Unam, y jurados invitados de la Bienal del Chaco y la Fundación Icomos Argentina. “La Bienal Cainguás demostró que el arte puede ser una herramienta para el encuentro, la reflexión y el cuidado del entorno”, indicaron los organizadores. En tiempo real “Las cinco esculturas creadas en hierro y madera frente al público durante los cuatro días que duró la Bienal exploran cuestiones como la resiliencia, la fragmentación de la naturaleza y la interdependencia ecológica. Son una invitación a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno”, explicó Luis Bernal, director de Cultura y Comunicación de la Municipalidad de Aristóbulo del Valle y también documentalista y director de cine, en una entrevista reciente con El Territorio, publicada el pasado domingo 8 de junio. En esa charla, en ocasión de un informe sobre el presente de la escultura en Misiones, el funcionario destacó que la consigna de la Bienal de escultura fue la biodiversidad de la selva misionera. Bajo esa temática los escultores pusieron manos a la obra a sus creaciones con madera incautada y chatarra de hierro y chapas también cedida por el corralón del municipio local. Así, materiales que estaban destinados a ser basura, se transformaron en obras de escultura. “Fue una experiencia sumamente enriquecedora para toda la comunidad porque permitió que todos seamos testigos de esa transformación desde la materia prima de chatarra y de madera, hasta la obra de arte final. Y también de lo que implica un proceso de producción de una escultura donde se parte de un proyecto original pero después hay distintos factores que van reformulando el sentido hasta llegar a su terminación”. Asimismo, sobre la logística y montaje de la muestra, que implica el traslado de las obras de arte por diferentes ciudades, refirió que: “Requieren un embalaje y cuidado específico para estos viajes porque son obras, que algunas superan los 2 metros de altura, con un peso importante, así que toda la logística del traslado y del acondicionamiento para su exposición requiere un trabajo previo”, explicó Bernal. “Una hermosa experiencia” Por su parte, la escultura Silvana Kelm, sobre su participación en la primera Bienal Cainguás, expresó a El Territorio que, “fue una experiencia muy linda. La verdad es que yo fui a participar más que nada por la experiencia, compartir con los colegas, trabajar a la vista de la gente, porque el trabajo de la madera no es algo que yo haga tanto y también estaba eso del tiempo, porque tenías que terminar la obra en pocos días”. A lo que añadió: “Fue un proceso muy enriquecedor, en un entorno al aire libre y de mucha creatividad y talento de tantos artistas y mucha solidaridad también, porque estábamos todos trabajando contrarreloj e igualmente había tiempo para la charla, intercambiar algún consejo. Espacios de encuentro de artistas como la bienal le hacen muy bien a la escultura y al arte en general y es una manera de conectar con la comunidad, los vecinos se acercaron para ver de cerca el trabajo de los artistas, también hacer preguntas, todo esto creo yo que genera pertenencia”.
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