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  • Se exporta menos y el consumo se hizo cargo

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 17/06/2025 15:01

    El mercado interno absorbió gran parte del volumen de carne que ha dejado de vender la exportación (IPCVA) La demanda externa de carne vacuna argentina se retrajo en la primera parte del año debido a menores compras desde China. El balance indica que en ese lapso, con prácticamente el mismo nivel de producción de 2024,es decir unas 993 mil toneladas de enero a abril, se exportó un 26% menos en volumen, por lo que el consumidor local absorbió un 13% más, es decir, unas 761 mil toneladas en cuatro meses, según indican los técnicos del Rosgan. El punto es que a pesar del mayor volumen ofertado en el mercado interno, los precios de la carne al mostrador subieron un 27,5% en el cuatrimestre, superando ampliamente el 11,6% que registró la inflación en esos meses. Aunque es discutible la magnitud del incremento real operado en los salarios, todo indicaría que es el aumento de la capacidad de compra lo que en definitiva está sosteniendo estos niveles de consumo. De acuerdo con la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), el consumo por habitante alcanzó en mayo un promedio anual de 49,5 kilos, lo que representó un incremento del 0,5% respecto del mismo mes de 2024. Que la exportación insuma un 20%, 25% o 30% de la producción depende fundamentalmente de la competitividad del tipo de cambio y de otros factores en los que se apoya el sector para producir y comercializar sus productos. Los técnicos de Rosgan se refieren al costo laboral y previsional (no solo mano de obra sino todo lo que implica una contratación laboral), al costo de transporte y logística en un sentido integral, a las tarifas y servicios vinculados con los recursos energéticos, y al costo financiero en general, hoy con tasas reales positivas. La exportación de carne vacuna ha perdido dinamismo de la mano de costos internos que crecen en dólares y las menores compras chinas (Revista Chacra) El tema es conocido y genera amplios debates. Desde hace un buen rato la mejora en el valor relativo dólar en la Argentina es inferior a la inflación en pesos, lo cual desde luego implica un encarecimiento de los costos internos de muchas actividades dentro de las cadenas de producción, tanto agrícola como ganadera. Las cuentas del Rosgan dicen que en los últimos 12 meses el tipo de cambio oficial se apreció en un 26%, con una inflación en pesos en torno del 44% interanual. La brecha es incluso más intensa si se consideran algunos de los dólares alternativos. Por caso, la paridad trepó apenas un 4% interanual para el MEP, y en el caso del blue cayó un 3%. Del mismo modo, dentro del periodo mencionado la carne al mostrador aumentó un 60%, la hacienda trepó un 56%, el transporte de carga un 48%, y las tarifas de gas, luz, agua entre un 30% y 50%. Y hay que sumar salarios, en algunos casos incluso por encima del costo de vida registrado en esos 12 meses. A esto hay que agregar desde el luego la elevada carga impositiva, tanto de tributos internos comunes a cualquier actividad como aquellos que gravan de manera directa el valor de los bienes exportados. En el caso de la carne vacuna, las retenciones a la exportación –a excepción de los cortes provenientes de vacas- representan un costo adicional del 6,75% que genera una clara desventaja respecto de nuestros competidores, sumado a los ya abultados costos internos de operación. En lo específico, respecto de un año atrás el tipo de cambio ha crecido en un 32% para las exportaciones de productos derivados de la vaca, y apenas un 25% para el resto de las categorías, en ambos casos por debajo de la inflación. Este indicador de la competitividad ubica a la paridad cambiaria en términos reales muy cerca de los niveles de noviembre de 2023 (ROSGAN) No cabe ninguna duda de que la estabilidad conseguida en materia cambiaria representa un aspecto fundamental para poder proyectar cualquier programa de producción de mediano plazo, pero como indican numerosos especialistas, la actual paridad dólar/peso no parece compatible con la aplicación de derechos de exportación. En este punto, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que publica el Banco Central (BCRA), mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al valor que estos registran en el caso de los principales 12 socios comerciales del país, y puede ayudar a dilucidar el tema. Se trata por cierto de una de las medidas más amplias de competitividad. El último año, el ITCRM se depreció en más de 10% para alcanzar prácticamente los mismos niveles de noviembre de 2023, previo al salto registrado en diciembre de ese mismo año. A nivel internacional, el dólar cayó la última semana a su nivel más bajo en tres años frente a una canasta de monedas del mundo desarrollado, castigado por las crecientes expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y la incertidumbre sobre las negociaciones comerciales encabezadas por el presidente Donald Trump en medio de su guerra de tarifas. También se ha apreciado el real, la moneda de uno de los países con mayor peso en la producción de alimentos a nivel mundial. Puede ayudar, pero la realidad argentina de todos modos exige realizar el mayor esfuerzo posible para aligerar los costos internos a fin de lograr competitividad en el precio de los productos puestos en el exterior.

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