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» Diario Cordoba
Fecha: 17/06/2025 08:59
Los Bomberos de Vigo y la Policía Nacional recibieron una alerta sobre las 17 horas de este lunes. Una madre avisó de que su hijo de 32 años estaba encerrado en el balcón del segundo piso de un edificio situado en la calle Rosario, en Vigo. Al parecer, una joven de 31 años de edad y que habita en la vivienda le había dejado recluido en la pequeña terraza tras una discusión. Según relató la víctima, ambos tenían una relación amorosa, pero ya no estaban juntos. Sin embargo, habían quedado para charlar e intentar arreglar las cosas. Aunque él le propuso ir a tomar algo a una cafetería, ella le sugirió que fueran a su casa. Una vez allí, todo fue bien, pero después del feliz 'reencuentro', durante una charla algo molestó a la mujer y "se le cruzaron los cables por celos", refirió su expareja en la declaración que después realizó a los rescatadores. Cuando se quiso ir, ella decidió cerrar por dentro la puerta del piso con la llave para impedirle que se fuera. Él, vestido con un pantalón corto y sin camiseta, se dirigió al balcón para pedir ayuda, pero ella candó también esa puerta. Al darse cuenta de que no llevaba el teléfono consigo, el joven razonó con ella para volver a entrar en la casa. Si bien, la mujer le abrió la puerta de la terraza, la del piso seguía cerrada a cal y canto. Así que cuando consiguió coger su móvil, volvió al balcón que ella bloquearía de nuevo, impidiéndole volver a entrar. Arañazos en torso y extremidades Fue entonces cuando el hombre llamó a su madre para contarle lo que estaba pasando y ésta dio el aviso a Emergencias. Cuando llegaron los bomberos, mientras unos extendían la escalera para rescatar al varón de la terraza, que además presentaba signos de arañazos en torso y extremidades, otros dos, acompañados por un agente de la Policía Nacional, subieron al rellano del piso para intentar que la joven les abriera la puerta, pero ella no atendía a razones. Pensando que estaba encerrada en el baño, intentaron forzar la cerradura con una radiografía, sin darse cuenta de que al otro lado estaba la mujer, que enseguida les arrebató la placa desde el otro lado. Finalmente, los agentes tuvieron que entrar por el balcón, al que accedieron por la escalera extensible. Subieron la persiana que ella había bajado, y forzaron la cerradura de la terraza para personarse en el piso. Una vez dentro, lograron convecer a la joven para que depusiera su actitud. Ya con la puerta abierta, la acompañaron a la calle donde esperaba una ambulancia. Una médica trató de calmarla y convencerla de que debían trasladarla al hospital. Sin embargo, ella se resistió con violencia y la Policía se vio obligada a ponerle las esposas para poder conducirla al centro hospitalario.
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