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» Diario Cordoba
Fecha: 16/06/2025 22:33
La publicación de las notas de la Selectividad la pasada semana volvió a poner el foco en tres nombres destacados: Alfonso, Miguel y Beatriz, tres jóvenes estudiantes que han obtenido las mejores calificaciones de toda la provincia de Córdoba, rozando la perfección. Detrás de estos logros hay un denominador común: dos institutos públicos de Cabra, el IES Felipe Solís y el Aguilar y Eslava, cuyos resultados académicos de excelencia no son una excepción, sino la confirmación de una tendencia consolidada desde hace años. En el caso del primero, más de un lustro; en el del segundo, décadas. La clave de este éxito, según coinciden en señalar desde ambos centros educativos, reside en una formación centrada en el trabajo constante, la evaluación continua y una relación cercana y comprometida entre el alumnado y el profesorado. Conexión constante En el IES Felipe Solís, su directora, Carmen Pérez, afirma que está «muy orgullosa» de los resultados obtenidos, que atribuye al esfuerzo conjunto: «Son fruto del trabajo diario y de una dedicación constante, tanto a la hora de preparar clases como de hacer seguimiento del alumnado». Aunque trata de restar protagonismo al centro al asegurar que «no hacemos nada especial», sí destaca que existe una coordinación permanente entre los equipos docentes y que se presta especial atención a cualquier signo de desmotivación o bajada de rendimiento. «Eso favorece una conexión real entre profesorado y estudiantes» que hace que ambas partes acaben el curso «súper contentas», resume. Esa conexión también la subraya el profesor de Física y Química Miguel Ángel Buitrago, que defiende un modelo educativo basado en la «ambición sin presión». «Nuestro objetivo es que el alumnado tenga metas claras y trabaje con constancia, pero sin ansiedad». Para lograr esto, señala que la evaluación continua juega un papel clave puesto que «nos permite detectar errores, asimilarlos y cuidar hasta el más mínimo detalle en su evolución académica», asegura. Desde los primeros días de curso, añade el profesor, a los jóvenes se les hace ver la importancia de esta etapa para sus vidas y se les guía en todo el proceso a la par que se les transmite la seguridad necesaria para alcanzar los objetivos. Historia y legado Muy cerca, en el IES Aguilar y Eslava, el enfoque es diferente pero complementario. Su director, Salvador Guzmán, subraya la «excelencia mantenida durante casi 350 años como institución educativa y más de 175 como instituto», algo que, asegura, «sigue atrayendo a buenos estudiantes y genera complicidad con las familias». Este centro lleva décadas situando a su alumnado entre las mejores notas de la Selectividad, algo que Guzmán atribuye a «una atención minuciosa a los pequeños detalles», a una plantilla de docentes «muy autoexigente» y a una preparación específica orientada a la PAU desde el primer día de Bachillerato. «El 80% de los alumnos se presenta a subir nota a final de curso, aunque tenga un notable» Esa exigencia, admite, a veces genera presión entre el alumnado. Antonio Medina, profesor de Física y Química con más de treinta años de experiencia y cinco en el centro, lo corrobora: «Es cierto que hay presión, pero también motivación. El 80% de los alumnos se presenta a subir nota, aunque ya tengan un notable». Medina destaca que el ambiente académico del centro contagia al profesorado, que siempre busca dar un paso más. «Reproducimos en clase dinámicas y modelos de examen lo más parecidos posible a los de la Selectividad. Eso termina marcando la diferencia». Para él, la clave también está en una «retroalimentación constante entre profesor y alumno» que «es muy enriquecedora». El instituto no ofrece actividades complementarias. En ambos centros coinciden también en un aspecto esencial: la coherencia entre las notas de Bachillerato y los resultados en la prueba de acceso a la Universidad. «Nuestro objetivo no es inflar calificaciones ni generar falsas expectativas», concluyen. De hecho, los buenos resultados no son un fin en sí mismos, sino la consecuencia natural de un trabajo que, a la vista está, se realiza día a día en estos dos centros egabrenses. Suscríbete para seguir leyendo
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