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» Comercio y Justicia
Fecha: 16/06/2025 07:08
Por Javier De Pascuale La Cámara de Diputados de La Rioja aprobó el pasado 6 de junio la creación del Polo Textil Cooperativo, una iniciativa que busca revitalizar el sector textil provincial a través de la articulación de cooperativas, la generación de empleo digno y la promoción de prácticas sustentables. Este proyecto, impulsado por la diputada Teresita Luna y respaldado por legisladores como Gabriela Amoroso, Claudio Machicote, Elio Pérez y Germán Delgado, representa un paso estratégico para enfrentar la crisis que afecta a la industria textil en la región, marcada por el cierre de fábricas y la pérdida de empleos. Con un enfoque en la economía social, el Polo Textil Cooperativo se perfila como un modelo que podría inspirar a otras provincias argentinas, como Córdoba, donde el sector textil también enfrenta desafíos. Un proyecto nacido en el sector El Polo Textil Cooperativo surge como respuesta a las dificultades que enfrentan las cooperativas textiles en La Rioja, muchas de las cuales operan en condiciones precarias, dependiendo de encargos esporádicos, como los provenientes de empresas mineras de San Juan. Según explicó la diputada Gabriela Luna, una de las principales impulsoras del proyecto, la iniciativa se diseñó tras un diálogo directo con cooperativistas y organizaciones sociales. “Estamos tratando de promover una de las industrias más caídas. Vemos con tristeza e impotencia cómo se cierran fábricas y se pierden fuentes de empleo”, afirmó Luna durante la presentación del proyecto en la Legislatura. La propuesta busca consolidar una red de producción y comercialización que integre a las cooperativas textiles, permitiéndoles sumar escala productiva y mejorar su capacidad competitiva. Además, el proyecto contempla la creación de una plataforma web para facilitar el comercio online, una herramienta clave en un contexto donde las nuevas tecnologías son esenciales para acceder a mercados más amplios. Enfoque en empleo digno y sostenibilidad El Polo Textil Cooperativo no sólo apunta a la reactivación económica, sino también a la inclusión social y la sostenibilidad. Entre sus objetivos se encuentra la generación de empleo con perspectiva de género, promoviendo la participación de mujeres y diversidades en el sector. Asimismo, se alinea con políticas provinciales de fortalecimiento de la economía social, buscando dar respuestas estructurales a las necesidades del sector textil, que históricamente ha sido un pilar de la economía riojana. El proyecto también establece vínculos con la Ley de Proveedores Riojanos, que fomenta la contratación de cooperativas locales por parte de empresas, especialmente en el sector minero. Este enfoque integrado busca garantizar una demanda constante para los productos textiles, al tiempo que se fortalecen las economías regionales. Avances recientes y próximos pasos Este 11 de junio, pocos días después de la aprobación de la ley, representantes de cooperativas textiles se reunieron en la Legislatura de La Rioja, bajo la coordinación de la vicegobernadora Teresita Madera, para avanzar en la implementación del Polo. Este encuentro, que contó con la participación del Consejo Económico y Social, marcó el inicio de la etapa operativa, enfocada en definir la infraestructura necesaria, los mecanismos de financiamiento y la articulación entre las cooperativas participantes. Aunque aún no se detalló el presupuesto asignado ni la lista completa de cooperativas que formarán parte del Polo, las autoridades provinciales ya admitieron la importancia de revisar el marco legal vigente para identificar obstáculos y oportunidades. “Es fundamental proteger las cooperativas y las economías regionales en el contexto económico actual”, señaló Madera, subrayando el compromiso del gobierno provincial con el proyecto. Antecedentes La iniciativa de La Rioja no es un caso aislado en el país, donde el cooperativismo textil viene ganando relevancia como respuesta a las crisis del sector. En la provincia de Buenos Aires, la Cooperativa Textiles Pigüé, creada en 2005 tras la recuperación de una fábrica, es un ejemplo emblemático de autogestión. Esta cooperativa, que produce hilados, tejidos y prendas, participa en la cadena de comercio justo de la asociación Otro Mercado al Sur, que articula cooperativas en Chaco, Corrientes y el Gran Buenos Aires. Desde 2004, esta cadena ya benefició a más de mil cooperativistas, exportando productos como remeras a Europa. A nivel nacional, la Red Textil Cooperativa de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) reúne a cooperativas de provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, integrando procesos de producción y comercialización. Por su parte, la Red Textil SAREA, impulsada por la Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra), produce indumentaria para programas sociales, enfrentando la competencia de importaciones y talleres clandestinos. En Córdoba, aunque no existe un polo textil provincial formalmente constituido, cooperativas textiles han participado en redes nacionales y han recibido apoyo del gobierno nacional, como el programa de 2021 que financió maquinaria e insumos para la economía popular. Estos antecedentes sugieren que el modelo de La Rioja podría adaptarse a contextos como el cordobés, donde el sector textil enfrenta desafíos similares, como la informalidad y la competencia externa. El contexto en La Rioja y su potencial La Rioja tiene una larga tradición como polo textil, con empresas como Ritex, Hilados y ENOD que históricamente lideraron la industria. En 2020, el sector experimentó una reactivación gracias al cierre de importaciones y nuevas inversiones, como la reapertura de Confecciones Riojanas en 2021, que generó 40 empleos con una inversión de $17 millones del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep). Asimismo, empresas como TN&Platex y Alpacladd inauguraron plantas textiles en la provincia, creando cientos de puestos de trabajo. El Polo Textil Cooperativo busca capitalizar esta experiencia, pero con un enfoque en el cooperativismo como motor de desarrollo. Al articular cooperativas, el proyecto no sólo apunta a reactivar la producción, sino también a fortalecer la identidad productiva de La Rioja, promoviendo un modelo de economía social que podría replicarse en otras regiones. La iniciativa representa entonces una oportunidad para revitalizar un sector clave en un contexto de crisis económica. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de las autoridades y los cooperativistas para superar desafíos como el acceso a financiamiento, la competencia con importaciones y la consolidación de mercados. La experiencia de otras provincias demuestra que la articulación cooperativa y el apoyo estatal son fundamentales para lograr sostenibilidad a largo plazo. En un contexto donde provincias como Córdoba buscan soluciones para sus sectores productivos, el modelo de La Rioja podría servir como un referente. La combinación de políticas públicas, cooperativismo y tecnología abre un camino prometedor para transformar el sector textil, generando empleo digno y fortaleciendo las economías regionales.
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