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Parana » Uno
Fecha: 15/06/2025 12:40
En Argentina mermaron los partos de forma abrupta. UNO dialogó con la ginecóloga Claudia Enrique, quien brindó su mirada sobre el tema. Cada vez que se habla de una familia tipo en la Argentina se hace referencia a mamá, papá y dos hijos, preferentemente una nena y una nene. Ese dato aparece en el imaginario de la mayor parte de los argentinos más, cuando por caso, el Indec pasa el costo de vida para una familia todos los meses, dato que viene pegado con los de la inflación. Pero lo concreto es que esa dinámica cambió bastante en estos últimos años. De hecho hay cada vez más familias con un hijo y es por eso que en el país nacen cada vez menos bebés, según estadísticas. A la vista, parecen solo frías estadísticas, pero no es tan así si se mira con lupa porque en un tiempo más marcará un verdadero quiebre en la sociedad del país: con el correr del tiempo habrá menos gurises en las escuelas, menos jóvenes y más personas de la tercera edad. Ojo, es algo que ocurre a escala mundial, no solamente en esta parte del globo terráqueo. Con el voto en contra de Argentina, la Asamblea de la ONU exigió un alto al fuego en Gaza Una visión local de lo que ocurre en Argentina A mediados del siglo pasado eran comunes la familias numerosas. Muchos hijos era algo normal y hasta con mucha diferencia de años entre el primero y el último. Según datos que a los que se pueden acceder en distintos buscadores, allá por 1960, nacían 24 bebés cada 1.000 habitantes, pero 63 años más tarde bajó a 11 por cada 1.000. Volviendo a la breve historia, durante dos décadas las tasas se mantuvieron estables, aunque después, en el período comprendido entre 1980 y 2000, los números de nacimientos comenzaron a bajar lentamente. Las explicaciones: la urbanización, el acceso masivo a la educación y una mayor cobertura en salud. Entrado el nuevo siglo la bajante continuó, aunque con más lentitud. De igual manera, de 2015 a la fecha en la Argentina los nacimientos bajaron notoriamente. Fue una caída rápida y pronunciada. El cambio brusco fue entre 2016 y 2023 y según la ginecóloga Claudia Enrique “las causas son múltiples”. Para hacer un poco de historia, contó: “En lo personal, creo que tiene que ver mucho con lo que fue en su momento el acceso a los métodos anticonceptivos. Esa es una que se produjo en 2002, cuando Ginés González García tomó el Ministerio de Salud y todo lo que es la parte pública del país se empezaron a recibir insumos para anticoncepción y de calidad”. Y agregó: “Estamos hablando de anticonceptivos orales e inyectables. Además, la posibilidad d acceder a un DIU que por aquel entonces para una mujer con escasos recursos era imposible”. A lo que añadió: “Así la gente que trabajaba en la parte pública podía indicar a la mujer que venía a buscar un método anticonceptivo dárselo en forma gratuita”. Y cerró: “Creo que esto hizo que la mujer pueda tener decisión sobre cuántos hijos quería tener y cuándo tenerlos”. “Por otro lado, se empezó a trabajar fuertemente en lo que es el embarazo adolescente. Hubo muchos programas que ahora terminaron, que trabajaron en eso. Y después, en el 2021, salió la ley del aborto”, dijo. Y siguió: “Entonces todo eso hizo que la mujer pudiera decidir, que los patrones sociales cambiaron porque antes una adolescente o soltera quedaba embarazada y se escondía el embarazo, hoy ya no se esconde, la mujer decide si tenerlo o no. Más factores de la baja de nacimientos En otro tramo, Enrique se refirió en demás aspectos que contribuyen a la merma de nacimientos: “Ya no hay mujer que no necesite trabajar, entonces, por las razones que sea o porque tiene que trabajar más para mantener a los hijos, no quiere tener más. También puede ser que sea profesional o estudie o tiene otro proyecto de vida, por eso es que decide posponer su natalidad”. Y anexó: “También influyen mucho los métodos nuevos o relativamente nuevos que son de fertilidad, por ejemplo, congelar óvulos, la fertilización asistida o la donación de óvulos para una mujer de más de 35 años donde sabemos que la fertilidad disminuye. —¿Son para preocuparse los números? —En lo personal, no. No me parece mal que esto haya evolucionado de esa forma y que la mujer haya podido tomar sus decisiones. De todas maneras no sé qué va a pasar a futuro porque mucho de estos programas ya no existen. Los insumos de anticoncepción de la nación prácticamente no están llegando y esos métodos son carísimos. Más adelante, prosiguió con su postura: “No sabemos qué va a pasar con las familias monoparentales, no tenemos tanta evidencia para decir que es mejor o peor que una familia tradicional y clásica. La verdad es que no sé cómo le ha ido al mundo con la familia tradicional”. Y finalizó: “A lo mejor no es malo que una mujer tenga un hijo o una pareja cuando así lo desee. Insisto, no sabemos cómo nos va a ir con las familias monoparentales, tampoco sabemos cómo nos irá con algo que la gente critica mucho, que son las familias de matrimonios igualitarios que adoptan o tienen un hijo por vientre subrogado”. —¿La vasectomía ayuda en algo? —Sí, también. En lo personal, no tengo los datos de vasectomías, pero también sé que han aumentado un montón cuando. Esto representa también un compromiso en todo esto también del varón.
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