15/06/2025 20:31
15/06/2025 20:31
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
15/06/2025 20:30
» Diario Cordoba
Fecha: 15/06/2025 10:46
-Hace unas semanas estuvo en las jornadas de Imagen y Sonido del IES Ángel de Saavedra. ¿Qué relación tiene con su antiguo instituto? -Me ha pasado igual que con la Escuela de Cine de Madrid. Es curioso que nunca te escriben hasta que ganas un premio (jajaja). Yo estoy super agradecido y satisfecho, pero es como si hasta que no tienes el reconocimiento de la industria no existieras. A mí me encanta recordar mis orígenes, con esos sitios donde has crecido y donde has aprendido todo. Estoy muy contento con la formación que he recibido, tanto en Madrid como en Córdoba, pero me llama la atención que no se acuerden de ti hasta que ganas un premio. -¿Ha sido la primera vez que ha participado en esas jornadas? -Sí, las conocí gracias a Álvaro Medina, con quien he coincidido en distintos sitios y que estuvo conmigo en la charla. Fue él quien me habló de las jornadas del Ángel de Saavedra y me sorprendió que ni a mí ni a mi hermano Antonio, que ha hecho más de 50 películas, nos hayan dicho nunca nada. Para mí, fue una experiencia muy divertida y muy bonita y les he pedido que cuenten conmigo para lo que quieran. -¿Cuál es el consejo que da a los jóvenes que estudian cine? -Que trabajen en equipo y que aprovechen la oportunidad porque una vez salen del instituto, esa libertad creativa que te da tener todos los medios a tu alcance y profesores que te animan a jugar no la van a tener. Lo importante es que practiquen, que encuentren su vocación y derrochen imaginación porque luego no van a poder hacer lo que ellos quieran sino lo que otros le digan. Y que sean y se rodeen de muy buenos compañeros. -Todo cineasta español sueña con un Goya. ¿Qué le dijeron sus hermanos que se dedican al cine, siendo además usted el más pequeño? -Yo me dedico al cine por mis hermanos, porque cuando me cuidaban, en vez de jugar, me ponían películas que obviamente no eran para mi edad y yo me quedaba embobado. Ganar un Goya es un sueño que tienes ahí... Yo siempre he tenido un respeto enorme por mi hermano Antonio y si yo lo he ganado es por su culpa. Así que cuando me nominaron, la primera persona a la que llamé fue a él para decirle que quería que estuviera conmigo porque no se me ocurre otra persona mejor con quien compartir esa experiencia. -¿Se puso celoso? -Un poco sí (jajaja) porque él ha hecho muchas más películas y ahora me están llamando a mí por los premios, lo que decía antes. Pero nos llevamos muy bien y no hay celos, solo un pique profesional muy bonito que por suerte no llega a lo personal (jajaja). -¿Qué efectos ha tenido ese Goya a mejor montaje que ha recibido este año por la película ‘Segundo premio’? -Bueno, me han concedido el Cordobés del Año, que es algo que no me esperaba nunca jamás, y a nivel personal, me ha permitido poder elegir dónde trabajar. En un mundo tan efímero, hay que aprovechar que todo el mundo te conozca. Yo no busco ganar otro Goya, lo que quiero es poder trabajar con gente que me inspire, que me guste lo que hace y que sea buena gente porque sé que así voy a estar cómodo, eso no está pagado. Elegir con quién trabajas es de las mejores cosas que te pueden pasar. -¿Con quién le gustaría trabajar? -Pues me encantaría trabajar con Pilar Palomero. Estudiamos juntos en la Escuela de Cine de Madrid y me gustaría mucho hacer algo con ella. -¿Tiene algún director fetiche? -De España, Amenábar siempre me ha parecido muy admirable y chapó con todo lo que hace porque sus trabajos son increíbles.Tesis fue una película que me marcó mucho en su momento, y en su día escribí algo sobre ese tema, sobre esa nueva mirada a la hora de hacer cine. Y a nivel internacional, siempre hablo de Scorsesse y de Spielberg que son mis referentes. -¿Le atrae la idea de trabajar fuera de España montando películas? -No me disgusta la idea, me acoplaría a trabajar en cualquier proyecto fuera de mi zona de confort, pero no me veo viviendo fuera de España. Otra cosa es que algo así vaya a pasar. -¿Qué importancia dan los directores de cine españoles al montaje de sus películas? -La gente que trabaja en esto sabe perfectamente que cada profesión tiene su importancia aunque he notado más respeto hacia mi labor cuando vas cogiendo protagonismo. No es que antes no escucharan tus propuestas o lo que vienes a aportar, pero sí que los premios hacen que los directores tengan más en cuenta tu opinión. De todas formas, cuando trabajas con un director en el montaje de una película, se genera una relación tan íntima y tan privada que se crea un vínculo muy próximo y muy bonito de respeto mutuo y eso no es algo singular conmigo, sino que ocurre con todos los profesionales. -¿Nunca quiso ser director? -Siempre digo que me habría encantado ser director de cine, pero odio los rodajes, odio a los actores por una cuestión de paciencia y de egos. Además, yo me di cuenta de que no era bueno inventándome historias pero sí ayudando a otra gente a contar las suyas. Descubrí que se me daba bien escuchar, que puedo aportar a eso que ellos quieren transmitir y que en eso consiste el trabajo del montador, dar un punto más, un apoyo a la visión que tiene el director. Me siento muy cómodo en esa faceta, creo que se me da bien y me siento muy bien. No pido mucho más. -¿Qué habilidades debe tener un montador de cine? -Empatía, paciencia y buen humor. Yo destacaría sobre todo la empatía porque en el cine se trabaja con material muy sensible, hay gente que lleva años trabajando en un proyecto y no puedes decirles «esto es un desastre, yo esto lo haría de otra forma...» Todos deberíamos desarrollar la empatía, no solo en el cine sino en cualquier trabajo. -¿En qué está trabajando ahora? -Lo que puedo contar es que estoy acabando una serie para Movistar con Diego San José, el creador de Ocho apellidos vascos y Celeste, uno de los mejores guionistas de España, con Javier Cámara, que se llama Yakarta. Creo que es una de las mejores series que he hecho en mi vida porque no había visto una interpretación tan brillante como la de Cámara y ya estoy con otra serie, también para Movistar, con Victoria Martín, autora del podcast Estirando el chicle, que tiene un punto de vista muy sincero y muy divertido que creo que va a gustar mucho. -¿Augura larga vida al cine en pantalla grande, en las salas? -No, por las plataformas, que ahora te marcan el camino de lo que hay que ver y cuándo. La paradoja es que ahora tenemos más trabajo que nunca y podemos hacer cosas que antes no se podía hacer por falta de presupuesto, pero al mismo tiempo, el cine, tal y como lo conocemos, está muriendo. Eso hace que tenga una relación de amor-odio a las plataformas porque es lo que nos da de comer y al mismo tiempo lo que está acabando con esa forma de consumir cine. Es un poco triste, pero creo que esa cosa mágica de ir al cine aún seguirá existiendo un tiempo. -¿La gente del cine va al cine? -Yo muchísimo, al menos, una vez por semana. Y siempre insisto a los jóvenes en que compartir una película con amigos o con una pareja es algo muy mágico. Yo creo que si no disfrutas del cine en su formato original, en la gran pantalla, es muy complicado que seas un buen profesional del cine. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original