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  • Así se gestó la estrategia detrás del 'boom' de Málaga, sede del segundo Foro del Mediterráneo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 15/06/2025 10:13

    La capital de la Costa del Sol se convertirá el martes y el miércoles próximos, días 17 y 18 de junio, en el epicentro del gran ágora sobre el futuro del arco mediterráneo español, como ciudad anfitriona de la segunda edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo que impulsa Prensa Ibérica y la Fundación La Caixa con el objetivo de convertir a este enclave estratégico del Mare Nostrum en un territorio referente a nivel global, centrando el análisis en cuatro ejes principales: el crecimiento, las personas, la innovación y la coopetencia. En los últimos años, Málaga ha conseguido situarse bajo el foco como una ciudad atractiva para visitar y también para quedarse a vivir, un polo de atracción de población y visitantes, de sellos culturales y gigantes tecnológicos. Es precisamente esa triada estratégica, la del turismo, la cultura y lo tech, lo que se esconde bajo el boom de la localidad andaluza. La cosecha de esa fama no es, ni mucho menos, flor de un día ni tampoco forma parte del azar sino que son los frutos de los planes estratégicos diseñados específicamente para marcar el paso al desarrollo de la ciudad, donde tienen un claro papel protagonista el Ayuntamiento de Málaga y la Fundación Ciedes (Centro de Investigaciones Estratégicas y Desarrollo Económico y Social), una entidad sin ánimo de lucro integrada por las principales instituciones, entidades público-privadas y agentes económicos y sociales con el objetivo de profundizar en la planificación del municipio. Los difíciles años 90 Pero no todo fue fácil. La capital de la Costa del Sol se adentró en la década de los 90 recuperándose de la extirpación del que era uno de sus motores económicos, Torremolinos. Era uno de sus barrios más pujantes, más lustrosos, gracias a una potente planta hotelera pionera en el turismo de sol y playa y reconocida internacionalmente como uno de los destinos favoritos de las celebridades del cine norteamericano y de la denominada jet set. El aeropuerto de Málaga, el decano de todos los aeródromos españoles, era la puerta de entrada a ese ecosistema de ocio y disfrute del que la ciudad no formaba parte, quedando relegada a ser un mero escenario de paso que había encogido su padrón y su potencial económico tras la independencia del barrio torremolinense. A esa pérdida de competitividad se sumaron la celebración de macroacontecimientos como los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, acaparando estas ciudades no solo una gran atención mediática, sino también una fuente importante de inversión pública. Esto llevó a Málaga a plantearse en 1992 la necesidad de trazar una hoja de ruta que marcase los objetivos de la capital y, de esa voluntad, nació su primer Plan Estratégico, teniendo entre sus principales objetivos la voluntad de convertirse en la "capital económica y tecnológica de Andalucía", "la capital turística y de ocio europea» y una «ciudad educadora y formadora". En la elaboración del último Plan Estratégico, que lleva por título Málaga 2030, han colaborado más de 400 expertos en un sinfín de temas. Ese mismo año se produjo un gran hito para el devenir tecnológico de Málaga: la inauguración del Parque Tecnológico de Málaga, hoy conocido como MálagaTechPark. A este se le sumarán otros tantos como la peatonalización de su calle principal, la calle de Larios, un paso clave en la renovación del casco histórico de la capital; la apertura del Museo Picasso en 2003, que situó a la ciudad en el mapa como destino cultural; la llegada del AVE en 2007, facilitando su conexión con la capital española y la inauguración del Muelle Uno en 2011, siguiendo ese anhelo de integrar el puerto de Málaga con la ciudad y convirtiendo una zona puramente portuaria y logística en un espacio comercial, de ocio y de restauración de primer orden. Turismo, tecnología, cultura En la actualidad, Málaga es uno de los destinos turísticos favoritos del mercado europeo y cada vez más competitivo en el norteamericano, el asiático y el oriental. Su carácter de hub tecnológico se ha consolidado con el desembarco de gigantes del sector como Google y Vodafone y, además, se la conoce como la "ciudad de los museos" con un rico patrimonio histórico y cultural, con monumentos reconocidos como es la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro y el Teatro Romano, en pleno centro histórico. Málaga, como la sexta capital española más poblada del país, se consolida como un polo de atracción de población que, pese al derrumbe imparable de la natalidad -en realidad un problema endémico en todo el territorio español- mantiene en alza el balance demográfico. Estos incrementos poblacionales tienen efectos positivos sobre el territorio, fortaleciéndolo con más capital humano, mano de obra, mayor diversidad y dinamismo económico. No obstante, al mismo tiempo genera una serie de consecuencias que hay que planificar y gestionar, como una mayor presión sobre el transporte y el mercado de la vivienda, tal y como abordó el Consejo de Málaga en el marco de los preparativos llevados a cabo para organizar el segundo Foro Económico y Social del Mediterráneo. Un pujante ecosistema de 'start-ups' Málaga se ha confirmado en estos años como el principal motor económico de Andalucía y se alza además como un claro foco emergente tanto a nivel nacional como internacional. La provincia cuenta actualmente con cifras récord tanto en volumen de trabajadores (755.000 cotizantes a la Seguridad Social, con un crecimiento de más 100.000 en menos de cinco años) como de empresas (59.200). La densidad empresarial supera las 75 por cada mil habitantes, la mayor de toda Andalucía y por encima también la media española. Eso sí, el presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier Gónzalez de Lara, reconoce que falta alcanzar una mayor dimensión de las compañías (casi el 90% son micropymes) y más diversificación sectorial: el turismo sigue siendo su principal industria, aunque segmentos como el agro, el tecnológico y la propia construcción, que vive un nuevo auge, aportan cada vez más. «Málaga sigue su propio camino, una evolución que nos sitúa cada vez con mayor fortaleza y proyección no solo respecto de España, sino a nivel internacional. Pero nuestras empresas necesitan ganar competitividad, ser más productivas y crecer en tamaño», ha afirmado en varias ocasiones. El salto cualitativo y cuantitativo de la provincia ha estado protagonizado en buena parte por la Málaga tecnológica, un pujante ecosistema que tiene su piedra angular en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), que cuenta ya con casi 28.000 trabajadores (creció en más de 3.000 el pasado año) y con 715 empresas instaladas. El PTA mira además el futuro del recinto con mucho optimismo, teniendo en cuenta el gran efecto que generará la futura implantación en el recinto del centro de diseño de microchips del IMEC de Lovaina (Bélgica), que contará con 615 millones de inversión de las diferentes administraciones (500 del Gobierno central) y que abrirá un nuevo vector de crecimiento: el de la industria de la microelectrónica, uno de los campos considerado de interés estratégico por la UE. La apertura se prevé para 2030. Especialmente relevante es el efecto de atracción que Málaga viene ejerciendo sobre las empresas extranjeras. Un estudio reciente elaborado por el ayuntamiento de la capital de al Costa del Sol revela que las compañías foráneas (se han detectado más de 450) aportan ya más de 1.730 millones de euros al PIB de la ciudad (el 16,5% del total) y un volumen de casi 40.000 puestos de trabajo directos e indirectos. El desembarco de Google en la ciudad a finales de 2023 con su Centro de Ciberseguridad, de la mano de la start-up malagueña Virus Total de Bernardo Quintero, fue un gran hito más para una urbe que, no obstante, asiste desde hace años a la continua llegada de nuevas multinacionales. El ecosistema malagueño está alimentado además por una pléyade de start-ups locales ya consolidadas como Freeepik y Uptodown, e incubadoras como el BIC Euronova. En todo caso hay voces que siguen destacando la necesidad de fortalecer la red de desarrollo de empresas emergentes para asegurar el surgimiento sostenido de nuevos negocios. Se busca fomentar, sobre todo, un tejido de inversores privados que evite que tengan que emigrar a Madrid o Barcelona cuando su negocio se dispone a despegar. "Una start-up busca rápidamente rondas de financiación y aquí no hay inversores. Por eso el desarrollo de Madrid o Barcelona, incluso de Valencia, donde sí hay. Los inversores quieren tener cerca las start-ups que financian. Málaga necesita desarrollar un conjunto de start-ups de alto valor que crezcan aquí y fortalezcan el equilibrio entre el desarrollo de las grandes empresas y el local. Al final, el éxito de un lugar está en su capacidad de desarrollar empresas emergentes. Aquí lo tenemos, pero muchas se van", comentó recientemente el director general del PTA de Málaga, Felipe Romera. | JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ Esto exige tener una red de transporte público completa y robusta que ofrezca opciones de intermodalidad a la población, de manera que el vehículo privado no sea la única opción posible para desplazarse, así como una gestión pública que esté orientada al refuerzo de los servicios públicos, una planificación urbana sostenible y una movilidad sostenible. Con este panorama, es una realidad que la expansión de la urbe depende en gran medida del salto a su corona metropolitana, debido a las propias limitaciones físicas de una ciudad que tiene la suerte de estar bañada por el Mediterráneo al tiempo que está acotada por los Montes de Málaga, una cadena montañosa perteneciente al Sistema Penibético situado a solo cinco kilómetros de la zona norte de la localidad. Eso sí, esa efusión de la ciudad hacia su área metropolitana no solo responde a las limitaciones físicas del propio territorio, sino a la necesidad de esponjarse debido a las carencias observadas en los recursos de la propia capital para hacer frente a dicho crecimiento demográfico, siendo el déficit de vivienda digna y asequible el problema hoy por hoy más urgente. Una gran demanda de vivienda junto a un importante interés inversor a los que solo puede responder una escasa y desorbitada oferta mantiene al mercado inmobiliario en una situación de tensión, con precios absolutamente disparados que se escapan a la capacidad económica de los ciudadanos locales, quienes se ven forzados a buscar su hogar en localidades limítrofes. Esta situación es una realidad palpable en Málaga, con el movimiento de población que se está desplazando a municipios limítrofes como Alhaurín de la Torre y Cártama, en busca de una oferta de vivienda más asequible que la que ofrece la capital. Hay que tener en cuenta que cuando el lugar de residencia se sitúa en el área metropolitana y el puesto de trabajo, el ocio y las relaciones sociales se encuentran en Málaga, el efecto directo es el incremento de desplazamientos. Expansión y movilidad Ese es el gran desafío de la Málaga metropolitana, articular una red de transporte público que dé sentido a la expansión urbana de la ciudad, evitando la sobrecarga de las carreteras y los embotellamientos que, por ejemplo, caracterizan ya a algunas vías como la A-7, la autovía del Mediterráneo, a su paso por el acceso este. Esa red de transporte necesita construirse a una velocidad lógica, que se pueda acompasar con el crecimiento poblacional de Málaga. Para ello es necesario pensar en soluciones a corto plazo, que pasan por el refuerzo del transporte público por carretera y el refuerzo de las conexiones ferroviarias existentes. Por otro, proyectos a largo plazo que pasan, sin duda, por el impulso definitivo del tren litoral, la conexión ferroviaria que uniría Nerja con Algeciras, conectando en ese trayecto, por fin, con Marbella, que es la única ciudad española de más de 150.000 habitantes que todavía no tiene tren. Esta infraestructura, según un informe elaborado por el Ministerio de Transporte, podría llegar a sumar más de 60 millones de pasajeros al año entre los corredores ferroviarios de la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar. Después de más de dos décadas sin avances, está en proceso la redacción de un estudio de viabilidad. Conexión parada Otro elemento clave es el metro de Málaga, no solo por su aportación a la movilidad urbana, esto es, dentro de la ciudad, sino porque podría convertirse en una herramienta esencial para aquellos que necesitan desplazarse entre la capital y su área metropolitana. En este sentido hay que recordar el proyecto de línea 3 del suburbano, que no llegó a desarrollarse y que planteaba una conexión subterránea entre la capital y el Rincón de la Victoria. Este necesario desarrollo, tanto en lo que se refiere a infraestructuras de transporte, como la vivienda y los servicios que esta requiere, se topa con el escollo de la lentitud burocrática que caracteriza a la tramitación urbanística. Esto provoca que se tarde cerca de una década en desarrollar los suelos que están pintados en el planeamiento de la ciudad y su área metropolitana, creando un gap cada vez más profundo entre las necesidades reales de la población y la materialización de todos estos proyectos. Dotar de agilidad a la administración pública sin renunciar a un procedimiento garantista es otro de los desafíos que hay que afrontar para no atrofiar el progreso de las ciudades del siglo XXI.

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