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  • “No fue magia” sino celebración de la ternura

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 15/06/2025 07:08

    Especial Carlos Lezcano y Fernanda Toccalino ¿Dónde guardamos las imágenes del pasado? A veces los recuerdos se disparan viendo un objeto, sintiendo un olor o un sonido que nos conectan con el pasado. En “Infancia en Berlín hacia 1900”, Walter Benjamín escribe sobre sus días de infancia en su ciudad natal. Entre las notas aparecen la colección de mariposas, la despensa, y hasta el teléfono: recuerda los destrozos que causaba el ruido en horas de la siesta. “No había nada que suavizara la autoridad inquietante con la que me asaltaba. Impotente, sentía cómo me arrebataba el conocimiento del tiempo, deber y propósito, cómo aniquilaba mis propios pensamientos, y al igual que el médium obedece a la voz que se apodera de él desde el más allá, me rendía a lo primero que se me proponía por teléfono”. Alejandro Vallejos trae recuerdos de su niñez, cuando caía preso del hechizo de los dibujitos animados que veía en la tele. Los personajes reaparecen en sus ilustraciones mezclados con momentos de su cotidiano. A veces dialogan con protagonistas de la televisión actual o con los héroes de nuestra historia nacional. Otras veces Alejandro se dibuja vestido como ellos o utiliza los colores que los identifican para representar algo de su día. En sus dibujos encuentra una oportunidad lúdica y fresca de hacerlos convivir. Aparecen el humor, las preocupaciones, los sentimientos, la intimidad, la familia, los amigos y su compañero perruno: Bodo.La imagen y la palabra se entrelazan en un libro que celebra la ternura: “No fue Magia”. En el prólogo Manuela Asayán Mariscotti dice: Ale le escribe al amor. Ama lo que es y lo que hace. Para conocer el detrás de escena del libro, entrevistamos a Alejandro Vallejos, en “Todos los Vientos”, el programa de radio UNNE, y esa charla es el punto de partida de esta nota. Alejandro Joaquín Vallejo, más conocido como Ninio Grulla. Es diseñador gráfico, artista visual, ilustrador y gestor cultural. Contanos sobre el libro que se acaba de publicar y presentar. El libro se llama “No fue magia”, se publicó por Moglia Ediciones dentro de una colección que se llama Búho, dirigida por Eugenio Led. En la tapa se recorta el dibujo de un perro blanco sobre un fondo amarillo. En una de las páginas hay un dibujo con un texto que dice: “Nace un perro, muere un solitario”. Sos vos con Bodo. ¿Quién es Bodo? Bodo es mi compañero canino, que hace ya 10 años que está conmigo. Y sí, no sé, la gente siempre me tiene como muy solitario, y puede ser que sí lo sea, pero siempre estuve rodeado de mi familia, de mis amigos y desde hace 10 años, de Bodo justamente. Por ejemplo en la pandemia me decían: a vos te tocó estar solo, y no estuve solo, estuve con Bodo. “No fue Magia” ¿Por qué lleva ese título? En un campeonato de tenis, alguien se dio cuenta que todos los contrincantes a los que Del Potro ganó, se habían sacado una foto antes del partido con un periodista colorado. Y subió a redes la secuencia de fotos con esa frase, “No fue magia”. Y como todo lo que hago empieza como algo “hinchabolas”, acuñé esa frase por primera vez el año pasado con una foto de Bodo en una historia de Instagram, al quedar seleccionado para la Beca para Artistas Visuales de Corrientes. Y repetí la historia muchas veces en 2024. Este libro recopila ilustraciones y textos que recorren mis inicios hasta hoy, y en ese recorrido, en todas las anécdotas, tuve a alguien cerca. “No fue magia”, no fue magia. Fue Bodo, y el amor de quienes caminan cerca. Además de Bodo, están presentes tus amigos y compañeros de la facultad. Tal vez no seas una persona solitaria, se te ve siempre acompañado y muy atento a la escena cultural. Tal vez solo hables lo necesario. “El silencio que disfrutamos los que hablamos poco”, decís en el libro. ¿Cómo son los procesos de trabajo y las técnicas que empleas? Sí, soy diseñador gráfico, estudié en la Universidad Nacional del Nordeste, en Resistencia, y un trabajo de la facultad me llevó a volver al dibujo, porque si bien dibujaba mucho de chico, muchísimo, fue algo que fui soltando a medida que crecía, y este trabajo me acorraló y no lo podía resolver, y la mejor forma que encontré para resolverlo en ese momento fue con el dibujo y me fue muy bien. Empecé con lápiz y papel, un recurso que usaba era el collage y sobre eso calcar y así armar las composiciones. Después a Galleguito, un amigo y compañero de la facu, se le funde la computadora y me presta su tableta para que la pruebe, y me encantó. Me la compré, y ahí empecé a hacer ilustración digital directamente desde la compu, desde Photoshop, con una tableta Wacom, y así lo sigo haciendo hasta ahora, desde que me la compré en 2015. Y el proceso de las ilustraciones que tiene que ver con Bodo por ejemplo, surgen de los paseos, de las andanzas, de las historias que subo y las interacciones que generan. O van por el lado de la música, por ahí matchea lo que estoy sintiendo con lo que estoy escuchando, o con algo que es tendencia, como una serie. Estoy paveando y subo una historia con una frase o algo y a veces eso se vuelve canon con una ilustración. ¿Vos hablás por Bodo o Bodo habla por vos? se han mimetizado mucho. Mejor dicho, en el libro los personajes no hablan, vos hablás por ellos. ¿Es así? Yo tampoco hablo mucho. Jaja. En esta colección, un artista visual tiene que ser acompañado por un escritor. En este caso yo cubrí los dos roles con los textos que acompañaban las publicaciones de Instagram. Algunas frases estaban dentro de la ilustración, y lo que hice fue sacarlo y tipearlo al costado para cumplir con el formato. En realidad son fragmentarios, no hay una secuencia, no hay un guión. Claro. Y siempre hay alguna referencia, ya sea en lo visual o en el texto, sobre Dragon Ball, sobre los Power Rangers, Pokémon, Digimon, siempre hay algo, un guiño. Y haces un juego de pasado-presente, porque no haces una réplica exacta de esos personajes de los noventa. Por ejemplo hay dibujos donde estas vos caracterizado, te pones vos en el rol de ellos o pones a otra persona ¿no es cierto? Sí, sí, lo ubico en mi cotidiano también, como un Pidgey posado sobre un lapacho, o Bodo como Super Saiyajin. Le busco alguna retórica para mostrar esas situaciones. ¿Cuál es el cotidiano? Y eso, salir a pasear con Bodo, ir a ver una muestra, ver un partido de fútbol, jugar uno, no sé, depende de lo que esté pasando, y siempre está pasando algo. Y por ahí, algo surge también. El entorno de las imágenes no está descripto, solamente algún elemento da cuenta del territorio: una silleta, el tere, la bicicleta. ¿Siempre fue así, de dejar los fondos vacíos y de depositar el lugar a través de ciertos objetos? Creo que siempre dibujé para mí nomás, y algo que aplico y también insisto mucho cuando hablo con otros artistas es que hay que compartir lo que uno hace, y bueno, acá aparece el lugar, o el no lugar, que permite que le llegue a gente cercana, como del litoral, pero también a otras que están más lejos. De Bolivia, por ejemplo, que hay alguien que siempre me contesta las historias y se siente identificado en lo que hago, con su día a día. Eso tienen las redes sociales, llegan a todos lados. Este vínculo con el dibujo, ¿surge de leer cómics? No, principalmente viene de ver dibujos animados, de sintonizar Magic Kids, Cartoon Network, Nickelodeon. Recuerdo que cuando iba a la casa de mi abuela podía ver Disney Channel, y cuando iba los veranos a Córdoba, a lo de mi tía Coca, podía ver Fox Kids. O sea, es más televisivo. Sí, terminaba de ver un capítulo de algo y me ponía a dibujar. Al cómic llegué más de grande. Aunque de chico leí mucho las tiras de Mafalda y Garfield. Algunas de las imágenes que están en el libro ya las conocíamos del Instagram, pero cobraron otro significado al verlas todas juntas en el libro. Eso realmente me gustó. También haces stickers. Sí, hice muchísimos stickers. En muchos apareció Bodo. Hacer stickers es un recurso publicitario. Empecé pegando en la Facultad, aún hoy me empiezan a seguir por algo que sigue pegado por ahí. Cuando viajo, a Buenos Aires o Rosario, es muy común entrar a los baños y que esté repleto de stickers, es algo que por acá se está viendo recién ahora. También está bueno para cambiarlos con los colegas. El dato del sticker es que si alguien lo ve, y le copa, te empieza a seguir, por eso le pongo siempre el @niniogrulla. ¿Y por qué el nombre Ninio grulla? Desde que estoy en el colegio hago grullas como una forma de reciclar. En ese tiempo después de pasar a exponer iba y hacía una grulla con el afiche y se lo regalaba a alguien. Y bueno, eso se amplió, no sé, me daban un panfleto en la peatonal y terminaba haciendo una grulla y lo dejaba en uno de los banquitos. Y así todo el tiempo. Ahora no tengo un papel cerca, sino ya estaría haciendo una grulla mientras hablamos. Y un día se dio nomás el nombre. Estábamos en la vereda de casa ya en esta etapa de facultad y una amiga que estaba hablando por teléfono dice “estoy con el Niño Grulla”. Y me gustó. Al otro día me hice una fanpage de Facebook con ese nombre para subir las ilustraciones y quedó. Y como la ñ es complicada para las redes, es “ninio”. Además, es como más ingenuo, más directo. Hace poco leí un artículo sobre un ilustrador que me encanta, Lui Mort es su seudónimo. Yo estaba convencidísima de que era una mujer y hasta me había imaginado un perfil de mujer en particular. Y al leer la nota me entero que era un varón, y que Lui Mort venía del francés, que quiere decir que “él está muerto”. O sea, yo me hice una película completamente diferente. Hay algo de misterio y de anonimato en el seudónimo. Pienso: qué película se hará quien lee Ninio Grulla. ¿Se borra el nombre o es otro nombre? Y Ninio Grulla es mi firma de artista. Cuando soy diseñador gráfico, gestor, es Alejandro Joaquín Vallejos. También cuando soy curador. Tu libro es parte de la colección que ya mencionaste, que se llama Búho y que dirige Eugenio Led, ilustrador y artista visual. Nos comentó que él publicó el primer libro: “Torreón del Páramo”, y que le propuso a Leo Moglia hacer una colección de diferentes artistas ilustradores. Comenta que ya se publicaron siete libros y uno de ellos es bilingüe, “Exogénesis” de Marcos Kura. Dice que se inspiró en las colecciones de libros de arte Gaglianone, que es una manera de rescatar de las sombras o del anonimato a los artistas, que es una tarjeta de presentación. “No fue magia” se presentó en el Espacio Mariño, y fue mucha gente a acompañarte y a celebrar el nacimiento de tu primer libro. ¿Cómo fue el proceso de edición? Varias veces estuve en el rol de editor, y en el de diseñador editorial. Y aunque acá ya había un formato establecido, me costó un poco no tener control en esos aspectos. Y el rol que sí tenía que cumplir, el de artista, fue sencillo. Ya tenía todo el material, solo tenía que elegir, pero como se fue estirando la fecha de publicación, fui agregando más material nuevo. Al final llegué a tener 150 páginas de las 94 que debían ser. Ahí aparecía Eugenio, que además de ser vecino, también frecuentaba la misma comiquería que yo, y sin querer o queriendo, íbamos puliendo frecuentemente el libro. ¿Por qué la dedicatoria a Akira Toriyama? Cuando acepto la propuesta de Eugenio de hacer el libro lo primero que pienso es en dedicárselo a don Toriyama. Creo que millones de niños, como yo, empezamos a dibujar por Dragon Ball, su obra. En el medio de la realización de “No fue Magia”, Akira Toriyama fallece, y aunque la noticia de mi libro nunca le iba a llegar, deseaba que sea un homenaje en vida. Pero bueno, ahora tiene que bancarse la inmortalidad. ¿Hay posibilidad de ver una muestra de este material? Y sí, tal vez pueda armar algo si hay un hueco entre tantas exposiciones. Hace poco Bodo cumplió 10 años, e invité a amigos y seguidores a hacer una muestra sobre él. Llegaron 51 obras de viejos conocidos y caras nuevas. Pintura, dibujo, ilustración digital, estampado, bordado, videoarte y hasta tuvo un diseño sonoro. Lo inauguramos en El Vivero, donde estuvieron casi todos los artistas participantes presentes. Estuvo bueno porque fue una explosión de talentos, donde para varios artistas fue su primera muestra, y pudieron compartirla con artistas de gran trayectoria. También fue mi mamá y llevó tortas, así que tuvimos que cantarle el feliz cumpleaños a Bodo, idea que me pareció tonta hasta darme cuenta que estábamos rodeados de tanta gente y tanto cariño. Ya había hecho antes esta convocatoria, cuando cumplió 3, 4 y 7 años y también entonces participó mucha gente. Es muy famoso Bodo. Junto a Julián Barreto coordinan El Vivero la galería de arte que está dentro del Espacio Mariño. ¿Cómo es la galería? ¿Qué tiene de particular? El Vivero es la sala donde los artistas visuales emergentes pueden presentarse. Desde 2022 convocamos a artistas a armar y presentar sus proyectos allí. De particular tiene dos paredes de cristal, que dejan ver todo hacia el patio de la Mariño, y también eso, que está ubicado en el corazón del Espacio Mariño, asique muchísima gente frecuenta la galería todos los meses. Creo que desde su inicio como “La Enredadera” en 2016 hasta su transformación en “El Vivero”, este espacio promueve y apoya el arte visual, principalmente el emergente. Y para terminar, invitamos a leer el libro “No fue Magia” compartiéndoles alguna de sus frases: “Si empuño la espada no puedo abrazarte. Si la suelto, no puedo protegerte”. Dejándoles una pregunta “¿Hace cuánto no besas de día?”. Y sentenciando: “Malditos terrícolas, arruinaron la tierra. ¡Ley de humedales ya!”

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