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» El litoral Corrientes
Fecha: 15/06/2025 05:01
n Mozo, café para los que están haciendo la fila – dijo Mario Brodersohn, presidente del Banco Nacional de Desarrollo y miembro del equipo económico del gobierno de Alfonsín. Era el miércoles 19 de junio de 1985. Los tres días hábiles anteriores habían sido feriados bancarios: viernes, lunes y martes. El Gobierno había anunciado un cambio de la moneda y el congelamiento de las tarifas, entre otras medidas. Nacía así el Plan Austral, el primer intento de estabilización económica desde el retorno de la democracia. CURUZÚ CUATIÁ y Juan Carlos Raffo se salvan de ¡Milagro! Es que dada la amistad que se forjó en la Cámara de Diputados de la Nación al ingresar Álvaro Alsogaray, el autor de esta nota creyó oportuno, dado el crecimiento de la UCEDE de que los liberales porteños y los locales, al mejor estilo de Bartolomé Mitre y Juan Esteban Torrent, se empiecen a conocer. (Recordamos que su abuelo, Álvaro Antonio Alsogaray, fue teniente coronel del Ejército argentino, y combatió junto a nuestros jóvenes militares liberales Artaza, Baibiene, Plácido Martínez, y otros estuvo presente en los combates de Yatay, Paso de la Patria, Estero Bellaco, Tuyutí, Y así fue que Alsogaray fue invitado primero a Curuzú Cuatiá a festejar su cumpleaños Nº 72 el 22 de Junio y allá fue acompañado de su esposa Edith Gay. Relata Raffo: “Es que una vez organizado el evento, me preocupé por encontrar un lugar para mil personas y solamente estaba disponible el Gimnasio del Club Curuzú. Lo decoramos con 3.000 sillas y no pensamos jamás en llenarlo. El doctor Ricardo Balestra presidente de nuestro Comité Departamental estaba nervioso y todo terminó tres días antes de la conferencia, cuando Alfonsin anuncia el Plan Austral, y las sillas se agotaron 2 horas antes de la fijada que fue a las 20 hs. Concurrieron liberales y autonomistas de Curuzú y toda la provincia y radicales e independientes que recorrieron kilómetros para saber, por boca del gran economista DE QUE SE TRATABA LA COSA. El público estaba como todos los argentinos, preocupado por la suerte de su dinero. Fue a los bancos a averiguar por sus ahorros, al mejor estilo final de la película Nueva Reinas, todas las personas ahí juntas apiñadas, con la ñata contra el vidrio, como dice el tango, ahí en 25 de Mayo entre Bartolomé Mitre y Cangallo (hoy Juan Domingo Perón). Habría que cambiar el nombre. Cangallo fue una de las grandes batallas finales de la Independencia. A cuadras de ahí, en el Ministerio de Economía, había preocupación entre los integrantes del equipo económico. Sus dudas eran dos. Primero, que la inflación no bajara rápidamente como habían pensado quienes elaboraron el plan. La inflación mensual venía en torno al 30%. Segundo, había miedo de que la gente fuera a los bancos a retirar sus depósitos. Esto último se desactivó rápido. Cuando Brodersohn llegó a la puerta y vio una cuadra de fila en la puerta del edificio se asustó. “¡Sonamos!” dijo en voz alta. Se hizo pasar por alguien del público aprovechando que aún no era tan conocido (pronto sería designado secretario de Hacienda). Brodersohn no solo era el presidente del banco sino que había tenido un rol clave en las negociaciones con el FMI y Estados Unidos en las semanas previas antes de lanzar el nuevo programa.Che, qué quilombo con esto, ¿no? dijo al boleo auscultando el sentimiento de las personas en la fila. El economista siguió preguntando en la fila. Obtuvo varias respuestas así. Sin más que la evidencia anecdótica, concluyó que las personas habían ido para averiguar y no para retirar sus depósitos. Fue su experimento no en base a un censo sino una muestra microscópica.Brodersohn entró y fue al bar del banco. “¡Café para todos los de la cola!”, ordenó. Luego se dirigió a su oficina. Llamó al Ministerio de Economía. «Juan, va todo espectacular, está todo bien.» Era Juan Sourrouille, el ministro de Economía. Su jefe.El lanzamiento del Plan Austral tenía demasiadas incógnitas. Un primer test era, precisamente, con los bancos. Al día siguiente de la primera jornada en la que volvieron a abrir las entidades financieras, Clarín tituló “el 80% de la gente renovó sus depósitos y la Bolsa subió 15% tras el feriado del viernes y el lunes”.Quedaba despejar el otro temor del equipo económico. Quizás el principal de los economistas. Y de los políticos: que la inflación no cediese rápidamente.La Argentina venía perdiendo la carrera de la inflación de manera nítida y hacía que el proyecto político de Alfonsín perdiera apoyo: la inflación en 1984 había sido más alta que en 1982 y 1983. ¿No era que con la democracia se vivía mejor? Encima en octubre había elecciones.Y hacía meses habían comenzado los juicios a los militares.La gestión del Plan Austral comenzó en febrero con la visita de Alfonsín a Ronald Reagan a la Casa Blanca. Fue apoyo político total de Washington a un país líder en la apertura democrática. Luego llegó el trabajo técnico que demoró hasta junio. El Ministerio de Economía anunció formalmente, a través de un comunicado de doce líneas, un arreglo con el FMI, un entendimiento con los bancos acreedores y activas gestiones ante Estados Unidos para obtener un crédito puente.En esos días hubo que cerrar detalles de la impresión de los australes, definir pautas para modificar los contratos, las deudas (¿qué pasa con las deudas y acreencias cuando hay desinflación brusca?), normas para los bancos y cuestiones legales. Los feriados bancarios y cambiarios de los días viernes, lunes y martes sirvieron para adelantar parte de ese trabajo.El Austral mató la inflación. Al menos en 1985 (el final es conocido). La tasa mensual pasó de 30,5% a 6,2%, luego a 3,1% y así. En octubre fue 1,9%. Alfonsín ganó la legislativa con más holgura que la presidencial de 1983.Al día siguiente del triunfo del oficialismo, el Premio Nobel Franco Modigliani aterrizó en Ezeiza diciendo “vine para interiorizarme sobre el milagro argentino y para apreciar cómo se aplica el Plan Austral, cuyo éxito interesa a todo el mundo». Israel pronto aplicaría un programa similar. David Mulford, representante del Tesoro, arribó horas más tarde diciendo: “Se trata del más firme esfuerzo de estabilización realizado por un gobierno argentino en los últimos quince años.Por algo Carlos Pellegrini casi 100 años antes, apenas nueve meses después de creado el 26 de octubre de 1891 el Banco Nación Argentino, determina que se abra en Curuzú Cuatiá la primera sucursal del país. Este prestigioso abogado, la gran figura política después del Gral. Roca, timoneó la crisis del 90 y logró que los capitales de los productores no quedaran prendados por la Banca extranjera. Fuente Ezequiel Burgo
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