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» Radiosudamericana
Fecha: 15/06/2025 01:41
Sábado 14 de Junio de 2025 - Actualizada a las: 21:48hs. del 14-06-2025 CORRIENTES El Tribunal Penal de Goya le impuso 13 años de prisión a D.E. Valenzuela, suboficial de la Policía de Corrientes, por los abusos sexuales cometidos contra su hermana durante su infancia. Pese a la condena, permanece en libertad hasta que la sentencia quede firme. Este sábado, la Jefatura de la Policía de Corrientes informó oficialmente la separación de sus filas del suboficial D.E. Valenzuela, tras conocerse la condena a 13 años de prisión dictada por el Tribunal Penal Oral de Goya por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante y agravado. La víctima es su hermana por parte de madre, Evelyn, hoy de 27 años. “Respecto a la condena de 13 años impuesta por un tribunal judicial de Goya en relación a un abuso sexual, al suboficial D.E. Valenzuela de la Policía de Corrientes, se informa que el mismo actualmente se halla separado de la fuerza policial como tal, quedando a disposición de la Justicia, y además se están llevando a cabo las diligencias del caso”, señala el comunicado emitido por la institución y al que accedió la redacción de Radio Sudamericana. La sentencia reconoce que los abusos comenzaron cuando Evelyn tenía apenas 8 años y se extendieron durante casi una década, en la vivienda familiar de la localidad correntina de Mantilla. “Desde que tengo uso de memoria, esto pasaba”, relató la joven en diálogo con Radio Sudamericana. El hecho La denuncia fue presentada en 2022, cuando Evelyn rompió el silencio y decidió avanzar judicialmente. “Lo denuncié cuando supe que no era la única. Él está cerca de mis sobrinas y de muchos niños, y era un peligro para la gente que amo”, expresó. Según reveló, otras mujeres del entorno familiar también fueron víctimas de Valenzuela, incluyendo su hermana mayor, María, de 35 años, y al menos dos primas que no se animaron a denunciar. “Cuando hablé por primera vez, todo explotó. Me di cuenta que no estaba loca, que no estaba sola”, dijo. Durante el juicio, desarrollado en Goya entre el jueves y el martes pasado, Evelyn y su hermana prestaron declaración. El tribunal, conformado por los jueces Jorge Carbone, Ricardo Carvajal y Julio Duarte, también impuso la prohibición de acercamiento a la víctima en un radio de 100 metros y la inhabilitación para portar armas. Pese a la condena, el tribunal rechazó el pedido de prisión preventiva por mayoría, por lo que Valenzuela continúa en libertad a la espera de que la sentencia quede firme. Evelyn denunció que, hasta el momento de su separación formal de la fuerza, el condenado continuaba prestando funciones como agente en Mantilla, e incluso llegó a cruzárselo en actos públicos y en la escuela donde debía votar. La joven también relató el dolor familiar que atravesó desde que hizo pública la denuncia. Su madre se presentó como testigo a favor del acusado durante el juicio y declaró que “dudaba” de su palabra. “Declaró que él no vivía más en Mantilla desde 2007, que no estaba en la casa. Que yo no podía haber sido abusada ahí. Ya sabía que no iba a apoyarme, pero igual me volvió a romper el corazón”, confesó Evelyn. Tampoco recibió apoyo de su padre, quien inicialmente le manifestó creerle, pero luego le pidió que le pidiera disculpas a su madre. Ambos cortaron la relación y dejaron de ayudarla económicamente. “A los pocos meses de denunciar a mi hermano, me dejaron de pagar el alquiler en Resistencia. No pude seguir un tratamiento psicológico porque no podía costearlo”, relató. Mientras tanto, Valenzuela continuaba frecuentando la casa familiar. “Se construyó una casa al lado de la de mis padres. Era imposible para mí volver. Tenía ataques de pánico cada vez que pensaba en acercarme”. A pesar del aislamiento y la falta de apoyo de su entorno más cercano, Evelyn siguió adelante. “No sé cómo hice para seguir viva. Me lo preguntan y no sé qué contestar. Supongo que fue el miedo de que otros chicos pasen por lo mismo”, sostuvo. Actualmente está a dos materias de recibirse de contadora pública. “No sé si hay justicia suficiente para todo lo que pasamos, pero esto demuestra que hablar sirvió, que no quedó impune”, concluyó.
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