15/06/2025 07:09
15/06/2025 07:09
15/06/2025 07:09
15/06/2025 07:09
15/06/2025 07:08
15/06/2025 07:08
15/06/2025 07:08
15/06/2025 07:08
15/06/2025 07:08
15/06/2025 07:08
» Facundoquirogafm
Fecha: 14/06/2025 19:46
El 14 de junio de 1982, tras 74 días de enfrentamientos, culminó la guerra de Malvinas con la rendición de las tropas argentinas en Puerto Argentino. A 43 años de ese momento, el conflicto sigue siendo una herida abierta para la sociedad argentina y un recordatorio de las consecuencias de una decisión militar improvisada, tomada por una dictadura en crisis que arrastró al país a una contienda desigual. La llamada “aventura militar” fue impulsada por la Junta encabezada por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, quien apostó a una rápida recuperación del archipiélago como vía para fortalecer un régimen que ya mostraba signos de desgaste. El 2 de abril de 1982, las fuerzas argentinas desembarcaron en las islas, expulsaron al gobernador británico y tomaron el control en una operación inicial sin resistencia. Sin embargo, lo que se pensó como una maniobra diplomática se convirtió en una guerra con una potencia mundial respaldada por Estados Unidos y la OTAN. La ofensiva británica comenzó semanas después y, tras duros combates en Monte Longdon, Dos Hermanas y Harriet, las tropas argentinas comenzaron a replegarse. El último bastión fue Puerto Argentino, donde el general Mario Benjamín Menéndez, gobernador militar del archipiélago, enfrentó la presión de una derrota inminente. El 14 de junio, firmó la rendición ante el mayor general Jeremy Moore, en lo que fue una entrega con condiciones: los oficiales conservaron sus armas de mano, las tropas quedaron bajo el mando de sus jefes y se autorizó el uso de banderas propias. Así, se evitó una rendición incondicional que podría haber agravado aún más la humillación. La firma del armisticio fue resistida por Galtieri, quien ordenó continuar el combate a pesar del deterioro de las posiciones argentinas. “No me podía garantizar ningún apoyo. Entonces le dije: ‘Me voy a hacer responsable’, y le corté”, recordó Menéndez en una entrevista años más tarde, aludiendo a la desconexión de la Junta con la realidad del frente. Con el regreso de la democracia, el informe Rattenbach —desclasificado en 2012— analizó las responsabilidades de la cúpula militar y calificó la guerra como una decisión carente de planificación y estrategia. El documento responsabiliza a los altos mandos, pero destaca el coraje de los combatientes, señalando que las Fuerzas Armadas enfrentaron con valor a una potencia muy superior. En los 74 días que duró la guerra murieron 649 argentinos. A las pérdidas humanas se suman el hundimiento del ARA General Belgrano, la destrucción de embarcaciones como el Alférez Sobral y el Narwal, y la pérdida de más de 90 aeronaves. A ello se agregan el endeudamiento externo, el aislamiento diplomático y la ruptura de una larga tradición de resolución pacífica de los conflictos. La rendición en Malvinas no solo marcó el fin de una guerra, sino también el comienzo del derrumbe definitivo de la dictadura. A 43 años, la memoria colectiva honra a los caídos y exige justicia, verdad y soberanía sin improvisación.
Ver noticia original