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La Paz » Politica con vos
Fecha: 12/06/2025 09:50
Entre el recorte y la resignación se va moldeando la nueva realidad de la clase media argentina, forzada a reconfigurar sus canastas de consumos por el aumento desmedido de servicios y, a la par, la erosión de su poder de compra. Mientras el gobierno nacional se entusiasma con una inflación de mayo inferior al 2%, lo cierto es que la clase media se vio obligada a reconfigurar sus consumos debido, sobre todo, a la erosión en el poder de compra de sus ingresos. Un análisis comparado de los datos de consumo, inflación e ingresos puso sobre la mesa al menos tres consecuencias directas que grafican lo que sucede en la Argentina de Milei: reconfiguración forzada de la canasta de consumo; reasignación del presupuesto familiar y retroceso en la escala social. Así vive hoy este segmento social que debe hacer frente a la pérdida sostenida de su capacidad consumo y a un deterioro de su bienestar general. Lo anterior tiene que ver, en gran medida, con el aumento desmedido de los precios relativos –principalmente servicios esenciales- que obligó a rediseñar las canastas de consumo y a desplazar bienes tradicionales -como carne vacuna, lácteos e indumentaria- resignando así calidad de vida. Un dato concreto: el 59% del gasto de los hogares se destinó a servicios, esto representa un aumento de 10 puntos solo en un año. De esta manera, lejos de lograr una mejora para las mayorías, lo que pasó en este tiempo da cuenta de que muchas personas se vieron obligadas a modificar la composición de su canasta de consumo: medido en cantidad de bienes, un ingreso promedio alcanza para pagar medio año menos de la cuota social de un club de fútbol, dos meses menos de gimnasio y casi 66 pasajes menos a Mar del Plata en tren. El ajuste llegó al hogar El gobierno de Javier Milei generó un fuerte deterioro en el poder adquisitivo de los ingresos y, en relación, cada vez mayores barreras en el acceso a bienes y consumos esenciales. “La recuperación salarial observada hacia fines de 2024 resulta engañosa frente a la magnitud del ajuste en el gasto de los hogares”, planteó un informe del Centro económico para la Recuperación Argentina (R.A.) de la Universidad de Buenos Aires. Según los especialistas “aunque hacia fines de 2024 (cuarto trimestre) los salarios mostraron una recuperación —lo que podría interpretarse como una mejora en la situación de algunos hogares—, este dato resulta engañoso ya que muchas personas se vieron obligadas a modificar la composición de su canasta de consumo debido a la variación de los precios relativos”. Así, tras un año y medio de la administración libertaria, el programa económico atado al ancla cambiaria y salarial (con paritarias pisadas en torno al 1% mensual) y un creciente endeudamiento para solucionar –parcialmente y en el corto plazo- la falta de reservas, impactó directamente en la capacidad de consumo y en el bienestar de la población. En lo concreto, poniendo la lupa en el segmento de clase media y analizando lo que ocurrió con el consumo, la inflación y los ingresos durante este último tiempo, es posible detectar al menos tres consecuencias directas de la política libertaria en la vida de la población. En primer lugar, se produjo una reconfiguración forzada de la canasta de consumo. “Se registra un cambio drástico en la composición del gasto de los hogares” se indicó en el informe “La Clase Media Argentina bajo el ‘Efecto Tijera’ de Milei”. Un dato grafica con claridad esa reconfiguración: solo durante el primer año de la gestión de La Libertad Avanza (LLA) el 59% del gasto de los hogares se destinó a servicios, esto representa un aumento de 10 puntos porcentuales respecto al año anterior. En otras palabras, “si bien los salarios pudieron haber mostrado una recuperación nominal, el poder adquisitivo real se vio mermado por la necesidad de cubrir costos fijos ineludibles”, explicaron los economistas. En relación, un segundo impacto tiene que ver con la evidente reasignación del presupuesto familiar. “La inflación intermensual de los servicios superó la de los bienes en once de los doce meses del primer año de gobierno, lo que hizo que los servicios se encarecieran aproximadamente un 33% en términos relativos”, aclararon desde el Centro R.A. Esta disparidad se tradujo en un «efecto tijera» que implicó que mientras los ingresos se “esforzaban” por seguir el ritmo de la inflación general, el costo de vida se disparaba, cada vez más, por el lado de los servicios. Para dimensionar la magnitud de los incrementos, solo en la Ciudad de Buenos Aires el gas aumentó aproximadamente 631%, el transporte 707%, la electricidad 390% y el agua cerca de 350%, “sustancialmente por arriba del aumento promedio del 129% en el gasto en alimentos, donde incluso los lácteos -con un incremento del 174%- quedaron casi 100 puntos porcentuales por debajo del servicio con menor aumento” ejemplificaron y advirtieron por “la presión desmedida sobre los ingresos que se destinan a cubrir necesidades básicas”. Un tercer aspecto que se desprende del análisis de la situación actual de la clase media argentina tiene que ver con “la erosión del poder adquisitivo y el retroceso social” ya que los salarios se volvieron insuficientes para mantener la posición social. Dicho de otra manera “la capacidad de compra de bienes y servicios tradicionalmente asociados a la clase media también sufrió una caída notoria” ya que para que una persona sea considerada de clase media a fines del 2024 debería haber tenido un incremento en sus ingresos de alrededor del 125% desde el inicio del gobierno, sin embargo, “el incremento promedio de los salarios a nivel nacional fue de aproximadamente 119% en el mismo período”. Esta diferencia se tradujo en una pérdida real del poder adquisitivo y, en muchos casos, en un descenso en la escala social. Qué consumos se recortaron Mientras la clase media ve como retrocede el valor real de su dinero disponible, el ajuste cotidiano se tradujo recortes en bienes, indumentaria y otros consumos habituales. ¿Qué consumos sufrieron el impacto? Si se mide la cantidad de bienes que se puede comprar con un ingreso promedio en la era Milei se detecta que una persona de clase media puede pagar casi medio año menos de la cuota social de un club de fútbol, dos meses menos de gimnasio y casi 66 pasajes menos a Mar del Plata en tren. Otro ejemplo es lo sucedido en shoppings, espacios tradicionalmente frecuentados por la clase media y que registraron una caída en las ventas cercana al 24%, según puntualizaron desde la UBA. Entre los rubros más afectados aparecen librería y papelería, con una contracción de alrededor del 57%; perfumería y farmacia (-37%); ropa y accesorios deportivos (-17%) y patios de comida (-3%). Todo ello pone sobre la mesa el impacto directo de las políticas libertarias que derivaron en “un desproporcionado aumento de tarifas y servicios en comparación con los salarios, con reconfiguración forzada de las canastas de consumo y marcada caída en sectores clave, pruebas irrefutables de la erosión de los ingresos de esta clase social”, subrayaron los investigadores. Más allá de un número, las realidades concretas de las familias muestran el esfuerzo cotidiano para intentar llegar a fin de mes, con un acceso a bienes y actividades cada vez más limitado, y sostenida pérdida de la capacidad de consumo, lo que termina por afecta el bienestar general de la mayor parte de la población. (El Destape)
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