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  • Insfrán desbordado: usó un acto escolar para defender a Cristina Kirchner y agitar la militancia peronista

    » Diariopinion

    Fecha: 10/06/2025 22:40

    Lejos de los valores republicanos, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, transformó este martes 10 de junio la inauguración de una escuela pública en un mitin político partidario, en el que destiló odio, manipulación y una alarmante confusión institucional. El acto en la EPEP N°488 de la Colonia San Isidro, en General Belgrano, se convirtió en el escenario de un discurso de barricada, donde el mandatario —una vez más— priorizó su supervivencia política antes que el respeto a la comunidad educativa. Como si se tratara de un jefe de unidad básica y no de un gobernador en ejercicio, Insfrán apeló a viejos fantasmas del peronismo para victimizarse, acusó sin pruebas al gobierno nacional de reprimir opositores y sostuvo que existe una persecución judicial contra Cristina Fernández de Kirchner para "proscribirla", como si se tratara de una reencarnación del general Perón. "No le tengo miedo, no me van a hacer callar", lanzó, en tono desafiante, dirigiéndose al presidente Javier Milei y a la ministra Patricia Bullrich, a quienes denominó "la montonera del bien". Pero lo más grave no fueron sus exabruptos personales, sino su claro llamado a utilizar las elecciones del próximo 29 de junio como un plebiscito para "escribir la nueva Constitución de nuestra provincia", incorporando "la filosofía del Modelo Formoseño basado en la doctrina justicialista". ¿Qué significa esto? ¿Que planea una reforma constitucional para eternizarse aún más en el poder? No sorprende que Insfrán, con más de 28 años como gobernador y 8 de vice, haya perdido el sentido de los límites entre Estado y partido, entre gobierno y militancia. Lo alarmante es la naturalización de este atropello institucional. Lo hace en actos escolares, delante de niños y docentes, en una ceremonia que debió ser un símbolo de integración, no de división. Por si faltaba más, no dudó en manipular la historia reciente, afirmando que Juan Grabois fue detenido sin orden judicial "por defender el Instituto Juan D. Perón", un hecho desmentido públicamente: Grabois fue demorado por usurpación, tras irrumpir ilegalmente en una propiedad pública. Pero para el gobernador, los hechos no importan cuando hay una épica partidaria que construir. También tuvo tiempo para disparar contra los libertarios locales, a quienes tildó de "oportunistas" y acusó de querer "mojar la media luna", una expresión que, en boca del caudillo formoseño, denota su desprecio por toda disidencia política. A su juicio, los únicos habilitados a decidir en Formosa son los que lo votan a él. Gildo Insfrán no es un gobernador cualquiera: es el símbolo más crudo del feudalismo moderno, un dirigente que utiliza la estructura del Estado para perpetuarse y blindarse con impunidad. Su modelo no es educativo ni productivo: es un aparato clientelar al servicio de su continuidad. Los formoseños merecen mucho más que actos partidarios disfrazados de eventos escolares. Merecen un gobernador que eduque con el ejemplo, no que adoctrine con odio. El 29 de junio será una oportunidad para demostrar que en Formosa no todo está rendido: que aún queda dignidad, coraje y voluntad de cambio. Porque, como dijo Insfrán, "en Formosa deciden los formoseños". Y está en sus manos decidir si el futuro se escribe con libertad o con miedo.

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