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» El Ciudadano
Fecha: 09/06/2025 03:23
Fuente, Tiempo Argentino “Si estoy tan acorralada o acabada políticamente, ¿por qué no me dejan competir y me ganan en las urnas?” La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó el desafío desde el Portal de Oro de la Patria, en la ciudad de Paso de los Libres. El mensaje resonó en el acto a la vera del río Uruguay, junto al candidato a gobernador del peronismo, Martín Ascúa. La frase fue un reto a duelo con destinatarios múltiples. También fue una definición de impacto nacional. CFK reiteró así su voluntad de participar como primera candidata a legisladora por la Tercera Sección en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. “Es una elección sumamente importante por su representación no solamente cuantitativa y cualitativa sino también profundamente simbólica”, justificó. Desde el escenario correntino, la titular del justicialismo hizo frente a las versiones que circulan sobre la próxima reunión plenaria de la Corte, prevista para el martes. Columnistas y redactores que siguen la información judicial anticiparon que el tribunal podría dejar firme la condena en su contra. Si eso sucediera antes de la inscripción de candidaturas bonaerenses (19 de julio), Cristina quedaría inhabilitada para competir en elecciones. Perdería todos sus derechos electivos como ya ocurrió con otros líderes latinoamericanos que gobernaron sus países, leáse el ecuatoriano Rafael Correa y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En el caso del actual presidente de Brasil, sin embargo, el Supremo Tribunal Federal (STF) revisó luego todo lo actuado. Fue en abril de 2021. Las condenadas fueron anuladas y se lo habilitó nuevamente para ser candidato. Lula había pasado 580 días en la cárcel. Pero en 2022 le ganó a Jair Bolsonaro y llegó otra vez a la presidencia. La parábola del retorno de Lula sobrevoló en los cantitos que se escucharon en el acto. “Cristina presidenta, Cristina presidenta”, se coreó en Paso de los Libres. La ciudad limítrofe con Brasil alude en su mismo nombre -caprichos del destino- al valor mismo de la libertad. Al referirse a las versiones sobre su futuro y el destino de la causa Vialidad, Cristina las vinculó sin dudarlo con el “poder económico hegemónico”. “Salió el anuncio (por su confirmación de que se postulará en PBA) y se desataron los demonios. Comenzaron a pedir que me metan presa. No hay que enojarse. Hay que estar atentos. Todos estos editoriales que dicen ‘está acorralada, está acabada’”, reflexionó y encargó, ante la multitud que la escuchaba en la ciudad litoraleña. También a quienes la seguían en vivo desde la transmisión televisiva o por sus redes. Sentada sobre un taburete, sonriente y vestida de violeta con chaqueta de cuero y pantalón tipo palazzo, la exmandataria apeló a la historia y al humor para fundamentar su tesis de que la política no debe manejarse por “escalafones”, como había planteado el lunes ante el periodista Gustavo Sylvestre. En ese momento insistió en que su intención es “poner el hombro como candidata a diputada en la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires”. Y agregó, sin ocultar la ironía: “Anuncié eso y bueno, ole, empezaron (a decir) ‘¿cómo va a ir?’. De repente algunos me hicieron recuperar estatura de estadista”. En cuanto a la cita histórica, recordó un trance difícil para el peronismo, que desde septiembre de 1955 estaba proscrito: las elecciones de 1962 en la provincia de Buenos Aires. “Para los más jóvenes, que seguramente no lo saben, en el año 1962 Perón, desde el exilio, fue candidato a vicegobernador de (Andrés) Framini. Por supuesto no le aceptaron la candidatura, pero sirvió para que la gente identificara que era el candidato de Perón”, señaló. No fue ese el único mensaje pensado específicamente para las propias filas. En otro tramo de su discurso hizo una advertencia para quienes se identifican con el peronismo. “No es la primera vez en la historia de nuestro partido que alguien llega (al poder) en nombre de nuestro y después va por una aventura personal. No va a ser la primera vez y seguramente no va a ser la última”, amonestó, pero sin identificar nombres propios. En intervenciones recientes había planteado lo mismo: que en el espacio opositor debía primar la construcción colectiva y no individual. Esa recomendación había estado acompañada por críticas al desdoblamiento de las elecciones locales, decisión tomada por Axel Kicillof. Sobre su futuro personal, CFK dijo que si la condenaran y le impidieran participar de la vida política eso debería ser leído como una venganza -aunque no usó ese término- de los grupos concentrdos del poder económico. “Lo que nunca me van a perdonar es que en esos doce años pudimos lograr los niveles de desempleo más bajos pero también la participación (en el ingreso) más alta de los trabajadores de toda la historia nacional”, subrayó. Luego profundizó sobre los factores de poder que, en su visión, están impulsando su condena y proscripción. Mencionó una vez más al “poder económico hegemónico”, al que definió como “muy inteligente, mucho más que algunos dirigentes de nuestro propio espacio”. Sugirió que sectores buscan inhabilitarla para impedir que se repita un proceso similar al ocurrido entre 2017 y 2019. De su balance de esos años, tras competir en las legislativas de medio término, Cristina valoró que contribuyó a aglutinar a “las fuerzas que se habían fragmentado del peronismo y el panperonismo”. “Presentamos batalla y vencimos”, repasó sobre la elección presidencial de 2019 La dos veces presidenta se mostró combativa y frontal. Cuestionó con desparpajo al propio Javier Milei y a otros representantes del mileísmo. “Manga de burros y burras, nunca vi semejante nivel de brutez (sic)”, describió. También fue lapidaria en su crítica a la crueldad motorizada desde la cima de la administración. “Tener un hijo discapacitado no puede ser una maldición. Energúmenos y bestias, ¿cómo le dicen a la gente que el Estado no tiene la culpa de que tengan un hijo discapacitado? ¿Cómo se puede ser tan h de p (sic)?”, repudió. Su discurso, que se extendió más de lo habitual para sus últimas apariciones, recuperó la épica de tiempos convulsionados. Y mientras ella batallaba en Corrientes, varios actores del poder hacían sus apuestas sobre lo que ocurrirá la próxima semana en el cuarto piso de Tribunales.
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