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  • Atención a las personas sin hogar por el calor: «No es mucho, pero esta noche como»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/06/2025 17:46

    Un hombre descansa en un banco de las paradas de Aucorsa de Colón. Sin camiseta y con un perro que le hace compañía. Hacen 38 grados a las 19.30 horas y reposa con una botella de agua a su lado. Es una imagen que se repetirá a lo largo del verano en parques, jardines y zonas verdes de Córdoba, que se convierten en una suerte de refugios climáticos para las personas sin hogar hasta el mes de septiembre, cuando las temperaturas empiecen a dar tregua. José Sánchez de Dios lleva mucho tiempo sin empleo y va a cumplir 60 años. Dice tener un lugar donde dormir, pero no tiene servicios de agua ni de luz y «está que se va a caer». Vive en situación precaria y cuenta solo con las asociaciones para comer o incluso hacerse con sacos de dormir. Soporta el calor «échandome agua, intentando ducharme y así vamos tirando». Es uno de la docena de usuarios que cada martes, jueves y sábado recibe la comida, agua fresca y compañía de los voluntarios de Cruz Roja en la plaza de Andalucía. «Tenemos que agradecer que vienen incluso lloviendo y que podemos contar con ellos, haya más o haya menos, no es ninguna deshonra», agrega. Los recursos para paliar el calor en Córdoba están activos desde el mes de mayo y la primera salida de la unidad de calle con productos adaptados a estas temperaturas fue el pasado 5 de junio. Gazpacho, cola cao, leche, un bocadillo y agua fresquita sustituyen al caldo caliente y las mantas de los meses de invierno. Y la compañía, aunque sea por unos minutos, es de lo que más agradecen. Conocen a los voluntarios, Ana Valverde, Ángeles Urbano, Paula Rodríguez y Javier Alférez han salido este primer día de atención por el calor, aunque es un trabajo que hacen sin importar la estación. Rafael Muñoz lleva años en esta situación. «Es lo que hay» se resigna al descansar bajo la sombra de los árboles en una zona verde detrás de la oficina de Extranjería en Córdoba. Es una de las paradas habituales que hace el dispositivo de Cruz Roja, que sale tres días a la semana a atender a las personas sin hogar, y hasta altas horas de la noche. Él es de los que tiene techo para dormir, pero no le alcanza para comer. «Nos apañamos como podemos y esto –el reparto de Cruz Roja- es un aliciente, no es mucho, pero esta noche como», expresa. Javier Alférez atiende a un hombre en la para del bulevar de Gran Capitán. / Víctor Castro Los voluntarios se preparan horas antes de salir. Suben los productos en la furgoneta, cogen las carpetas con la lista de los datos de las personas que atienden, se visten con chalecos y ponen marcha al primer punto sobre las 21.00 horas. El recorrido siempre es el mismo. La avenida República Argentina, la Plaza de Andalucía, Ronda de los Tejares, Gran Capitán -el punto más grande-, los soportales de Ollerías, plaza de la Mosca y la Fuensanta. En las zonas de los albergues también se suelen concentrar, o en el Vial Norte. Además de la alimentación tres días a la semana, una vez al mes reparten kits de higiene. También cuentan con un móvil conectado al 112 para atender posibles emergencias, como puede ser un golpe de calor. Las personas que atiende el dispositivo están en torno a 60, aunque durante el invierno el número baja porque se van a los albergues, pero cuando esas camas se cierran pueden llegar a ser 70 y 80. El perfil mayoritario es el de un hombre español de entre 40 y 55 años. En la época de las campañas agrícolas es cuando suelen atender más inmigrantes, sobre todo de Argelia o Marruecos, pero es una población nómada, que va y vuelve por trabajo. En la parada del bulevar del Gran Capitán, la de mayor número de personas, hay cordobeses, sevillanos o gaditanos. El próximo miércoles uno de ellos se desplazará a Málaga para trabajar como albañil, por ejemplo. Hay personas que han salido de este círculo y han vuelto, Rubén lleva en la calle desde los 14 años. Viene de una familia desestructurada y con adicciones. Hace poco se fue a Alemania a trabajar en un centro logístico, pero ya está de vuelta en Córdoba, siendo atendido de nuevo por las asociaciones, según cuentan los voluntarios, que consideran que hacen falta recursos en Córdoba para atenderlos, sobre todo plazas en los albergues, que se reducen cuando llega el calor. Un hombre posa sonriente tras ser atendido por Cruz Roja. / Víctor Castro Los voluntarios defienden que su trabajo «no es solo repartir bocadillos», sino que va más allá de lo meramente asistencialista. Se trata del «trato cercano, nos preocupamos por ellos, les preguntamos cómo van y si necesitan hablar nos quedamos un rato», eso que nadie hace cuando pasan por una zona donde hay personas sin hogar. Además, aseguran que a los usuarios les gusta ver caras conocidas y en los voluntarios encuentran esa confianza y que, a veces «son ellos los que te animan a ti», porque, a pesar de vivir una situación muy dura, van casi siempre con una sonrisa y algún chiste. Suscríbete para seguir leyendo

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